"Si se decide plantar este año, no serán Hogueras". Así de contundente se muestra Josep Amand Tomàs, presidente de Sèneca-Autobusos, sobre lo que implican las demandas de Sanidad para organizar actos populares. La opinión de Elena Bonastre, presidenta de Passeig de Gómiz corrobora la sensación que tienen los representantes de las comisiones. "A partir de ahora, las Hogueras no serán como lo vivido hasta ahora porque serán muy descafeinadas".
Sobre cada una de las comisiones recae estos días el peso de una decisión que marcará la historia de las fiestas. ¿Se celebran este año o se vuelven a posponer y se espera a 2022? Ya no se trata solamente de cómo se recordarán en un futuro estos dos años, como ha alertado la presidenta de la Federació, "los foguerers estamos en una situación complicada y corremos riesgo de desaparecer".
Organizar las fiestas a partir de septiembre tiene sus limitaciones. Tomàs cree que con estos dos factores ya se está hablando de "una fiesta diferente". Según razona, "las Hogueras, lo primero, son tradición. Y la tradición dice que la noche de San Juan es en junio". El otro factor que ve clave es que estas se definen porque "son participación de la gente".
Estos días las comisiones tienen que imaginar cómo sería montar racós, desfiles, visitas a los monumentos e incluso cenas y comidas conforme lo que demanda Sanidad. "Si eso se restringe no son Hogueras", considera el responsable de una de las más premiadas comisiones en los últimos años.
Decidir rápido
Y hacer esos cálculos en cinco días es otra presión añadida. "¿En qué condiciones planta el racó?", se pregunta Bonastre. Como recuerda, llevar a la calle estos espacios populares supone un gasto en muy diversos elementos: montaje eléctrico, de seguridad o de música. "Y decidirlo a bote pronto es muy difícil", apunta. El margen que se dio en la pasada asamblea de la Federació termina este domingo.
"La fiesta es también economía", recalca Tomàs. "Cada Hoguera tiene sus circunstancias determinadas", razona. Por eso reconoce su sorpresa cuando desde el anuncio del lunes trata con otros compañeros. "Yo alucino mucho cuando alguien dice que no se quiere plantar. Cada uno tiene sus circunstancias. Habrá quien tenga el dinero para montar la fiesta y quien no. Y todo es muy respetable".
Sin patrocinadores
Repasar los números es una labor importante que deben asumir las comisiones. "A título personal puedo decir que es muy complicado", reconoce Bonastre, "porque llevamos dos años sin patrocinios". Los ingresos de las grandes marcas de refrescos o cervezas, una parte sustancial de apoyo en los presupuestos, se queda en el aire. ¿Dónde se exhiben los logotipos si no hay monumentos ni actos?
A eso, añadir que las propias cuotas de los comisionados se han tenido que bajar "porque no puedes pedir lo mismo si no se pueden realizar actividades". Sin tener en cuenta los gastos corrientes del local en caso de que sea un alquiler o si es en propiedad de sus impuestos.
"Y por otro lado está el plantar monumento", recuerda Bonastre, "porque muchas están pagadas". Aunque "no es lo mismo gastarse en una Hoguera ocho mil que ochenta mil", tercia Tomàs. En Sèneca-Autobusos, categoría especial, estaban muy cerca de esa cifra. "Y no es fácil llegar a esa cantidad", asegura.
Los artistas
El dinero también preocupa, y mucho, a otra federación. Xavi Bonilla, secretario de la de artistas falleros y foguerers de la Comunidad Valenciana, lo expresaba este miércoles en un comunicado.
"En el caso que la comisión contratante considerase no plantar dentro de ese periodo establecido en 2021, se considerará una rescisión unilateral del contrato", ha indicado el representante de los artistas. Y en caso de llegar a ello, solicitarán "el cumplimiento de las obligaciones contraídas".
En los diferentes encuentros que están organizando en ambas comisiones para decidir qué responder al cuestionario deben debatir estas cuestiones. Sabiendo, como recalca Bonastre, que "en lo emocional está claro que tenemos el interés". Pero, aún así, "hay mucho que mirar en la parte económica". "Son días muy complicados", concede Tomàs. Por eso concluye ella que "tenemos el alma en puño".