La Cava Gran de Agres, situada en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Mariola, es una cueva de hielo, un ejemplo de depósito típico de los siglos XVII, XVIII y XIX, que servía para almacenar la nieve que caía durante el invierno y su posterior comercialización en la época estival.
La Diputación de Alicante es la encargada de su titularidad desde 2008, y está reconocida como Bien Inmueble de Relevancia Local por la Ley de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana, junto al resto de ‘pous’ o neveras de la zona.
Esta nevera, que se conocía como Cava Arquejada por la peculiaridad arcada de sillería que sustentaba su cubierta, fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII, y representa todo un ejemplo del rico patrimonio industrial de la provincia de Alicante. La comercialización del hielo con fines terapéuticos, culinarios y conservación de alimentos era una actividad muy popular en la época.
La Cava estuvo en funcionamiento hasta el siglo XX, cuando la Revolución Industrial trajo consigo la aparición de las primeras fábricas de hielo artificial y la consecuente desaparición de las tradicionales neveras de hielo.
Se trata de un depósito de 17 metros de profundidad y 15 de diámetro, con capacidad para almacenar 2.000 metros cúbicos de nieve. Los copos caían por las ventanas situadas en cada uno de sus seis lados. Las tareas de extracción de la nieve se realizaban a través de una galería que tenía acceso al pozo.
De las cuevas a las nevaterías
Tal y como explican desde el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), la actividad industrial comenzaba en invierno. En ese momento era cuando se convocaba a los jornaleros de la zona mediante pregones. Después los trabajadores utilizaban capazos para recoger los copos de nieve del suelo y transportarlos hasta el pozo. Lo hacían por turnos y ayudándose de sacos que se ponían en los pies para protegerse del frío. La nieve se apilaba en capas para que ocupara menos espacio, y una vez la cavidad estaba llena, las puertas de abastecimiento eran ‘cegadas’ para aislar y conservar la nieve hasta el verano.
Durante la época estival es cuando se llevaba a cabo su extracción. La nieve, endurecida y compacta, se serraba y cortaba en bloques. Después, se utilizaban poleas para poder cargar el hielo en las alforjas de las caballerías, que se envolvían en paja y mantas (cada carga pesaba unos 120 kilogramos). El trayecto se realizaba por la noche hasta las 'nevaterías' o casas de nieve donde se procedía a su venta. El hielo era un material muy demandado en verano, así que los productores aprovechaban la demanda para poner precios elevados y hacer frente a las pérdidas ocasionadas durante el transporte.
Con el tiempo, las cuevas de hielo dieron paso a las primeras fábricas de hielo artificial, lo que supuso el ocaso o la revolución de esta industria, de la que todavía pueden verse algunas de estas reliquias arquitectónicas como la Cava del Teix, Cava Gran de Xàtiva o el Clot de la Vila, entre ellas.
Visitarla merece más la pena teniendo en cuenta que en el interior del pozo se encuentra uno de los ejemplares de la 'Teixera d'Agres', una de las poblaciones de tejos más meridionales de Europa.
El próximo miércoles, 22 de septiembre, se celebran las primeras jornadas de Patrimonio Industrial de Alicante, una oportunidad perfecta para conocer más sobre el legado cultural industrial de la provincia y de la Cava Gran de Agres. El director del área de Arquitectura de la Diputación de Alicante, Rafael Pérez Jiménez, será el encargado de hablar sobre la nevera de la Sierra de Mariola y también del Museo del Consorcio Provincial de Bomberos de Alcoy (MUBOMA).