El anuncio del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y de la consellera de Turismo, Nuria Montes, de que antes de Navidades la Comunitat Valenciana derogará la tasa turística impulsada por el Gobierno de Ximo Puig (PSOE-Compromís-Podemos) y aprobada hace un año por las Cortes Valencianas, tendrá una consecuencia directa en un sector que está viendo como crece cada año la demanda de todo incluido entre los turistas de la Comunitat Valenciana.
Según datos de VisitBenidorm, uno de cada cinco turistas (20%) que viaja a la capital turística de la Costa Blanca lo hace en ofertas "paquetizadas" de esta modalidad. Y uno de cada tres británicos que pasa sus vacaciones en Benidorm se decanta por el todo incluido.
Así las cosas, una diferencia de 2 euros diarios en ofertas que compiten con otros destinos muy potentes, tanto en España como en Europa o el norte de África, supone la desincentivación de estos a la hora de elegir la Comunitat Valenciana para sus vacaciones.
Sin ir más lejos, destinos como Canarias están muy lejos de la Comunitat Valenciana en este espectro del mercado, con hasta el 60 % de sus turistas en resorts de todo incluido. Y cuatro de cada diez turistas proceden del mercado británico. El Gobierno canario, de Coalición Canaria, ya ha reiterado que no impondrá una "ecotasa" a sus turistas.
Desde la patronal hotelera más importante de la Comunitat Valenciana, Hosbec, han argumentado en multitud de ocasiones en contra de la tasa turística. Sobre todo para el turista extranjero, pero también para el doméstico: "Agrava todavía más la presión fiscal de los valencianos, una de las más altas de España, y que van a pagar un 30 % de los turistas que proceden de la propia Comunitat".
En su campaña contra el impuesto, alegaron que "la industria hotelera y del alojamiento turístico valenciano va a perder competitividad respecto a otros destinos con iguales o superiores atractivos a los nuestros"
A lo que añadieron, es una traba "no sólo para el segmento vacacional va a resultar afectado, sino sobre todo el urbano, el de negocios e incluso el turismo de interior. Ninguna ciudad como Málaga, Sevilla, Madrid, Bilbao, Zaragoza, Santiago… ni Canarias, ni Murcia ni la costa andaluza… ni zonas de interior de Cuenca, Teruel, Albacete y Murcia por proximidad van a castigar a sus turistas y visitantes con un impuesto a adicional a los que ya pagan".
Además, alertaron de que el impuesto impulsado por Ximo Puig terminaría "premiando al turismo menos sostenible: al no regulado y que no crea empleo, y todo el que se desarrolla en torno a la economía sumergida. Ninguno de ellos va a pagar tasa alguna por lo que esta figura va en contra precisamente de los criterios de calidad, profesionalización, prestigio y hospitalidad que debe presidir toda la actividad turística en la Comunitat Valenciana".