"Buscar cuevas ya es, en sí mismo, buscar tesoros en la Costa Blanca", así presenta José Mancebo este recorrido por las doce cuevas de la provincia de Alicante. "Más allá de lo que podamos descubrir dentro de ellas", cuenta el director del Patronato de Turismo Costa Blanca, con ellas se promueve "una experiencia única y diferente". Y una forma perfecta de huir del calor, ya sea para nadar o para adentrarse en ellas.
Un recorrido por esta docena de lugares recuerda que "la Costa Blanca es un destino que nunca te terminas". Por eso Mancebo presume de que "podemos presentarla una y mil veces, de formas distintas, para su disfrute y promoción".
Visitarlas en verano suponer vivir una "experiencia icónica", recalca. "Muchas veces, ni los de aquí conocemos el vasto patrimonio natural, quizá haya sido de las pocas cosas positivas que nos ha dejado la pandemia, redescubrir y ver con ojos distintos nuestra tierra".
[¿Dónde están las 5 cuevas más impresionantes de Alicante?]
Cuevas de Canelobre (Busot). Situadas a 700 metros de altitud en la ladera septentrional de la sierra del Cabeçó d'Or, las Cuevas de Canelobre suponen uno de los grandes espectáculos geológicos de la provincia de Alicante. Un espacio, de más de 80.000 metros cuadrados, es soportado por una bóveda de 70 metros, la más alta de España, donde las estalactitas de caliza datadas del mismo Jurásico superior conforman un conjunto de estatuas naturales conocido como la Sagrada Familia, en la que destaca un candelabro, o canelobre, entre otras esculturas. Un rincón épico donde los colores y la música desempeñan un papel determinante en este paraíso para los amantes de la espeleología.
Cuevas de las Calaveras (Benidoleig). Con más de 900 metros de longitud, las cuevas de las Calaveras deben su nombre a una expedición realizada en el siglo XVII que desveló los restos de doce personas en su interior. Un intrigante dato que supone el mejor gancho para asomarse a esta gruta habitada durante los períodos Neandertal y Homo Sapiens. Icono de La Marina Alta, la entrada de la cueva se ubica a 70 m sobre el nivel del mar, en la entrada de la Sierra de Seguili, ideal para la práctica de senderismo.
Cueva del Rull (La Vall d'Ebo). Descubierta por José Vicente Mengual, el Tío Rull, durante una mañana de 1919 en la que salió a cazar conejos, la cueva del Rull invita a realizar una visita con guía especializado a fin de experimentar todo su encanto. Iluminada a través de un sistema de bombillas LED, la cueva mide 220 m de longitud y permite un recorrido en sentido circular a través de sus diferentes perspectivas. Otras cuevas de interés son la Cova Fosca o el Avenc Ample.
['La Sagrada Familia de Alicante': así es la cueva con una de las bóvedas más altas de toda España]
Cova de l’Or (Beniarrés). La Cova de l’Or de Beniarrés se abre a 675 metros sobre el nivel del mar en la vertiente meridional del conjunto de relieves que conforman la sierra del Benicadell. Recoge en su interior un yacimiento arqueológico de enorme importancia para el conocimiento y la investigación del Neolítico de la fachada mediterránea de la Península Ibérica.
Cuevas del Rodeo (Rojales). Situadas en el municipio de Rojales, estas cuevas excavadas en la roca entre los siglos XVIII y XX, componen un complejo de viviendas tradicional que hoy en día son un museo al aire libre que muestra la historia y la cultura de la zona. Además de su valor artístico, las Cuevas del Rodeo también son un testimonio de la historia y la forma de vida de la zona. Durante siglos, los habitantes de Rojales han utilizado estas cuevas como viviendas y almacenes, aprovechando la frescura de la roca para combatir el calor del verano y para la conservación de alimentos.
Cuevas marítimas
Cova dels Arcs (El Poble Nou de Benitatxell). Considerada por expertos y fotógrafos como una de las cuevas más bonitas no solo de la Costa Blanca, sino de toda España, la Cova del Arcs es un milagro en la tierra y perfecto preámbulo a la Cala del Moraig, en Benitatxell. Inundada durante el último ascenso del mar hace más de seis mil años, este lugar ancestral dibuja formas cósmicas al permitir la entrada del sol a través de sus arcos y gran bóveda desnuda, además de ser un paraíso para los amantes del esnórquel.
Cova Tallada (Xàbia). En la fascinante porción de costa entre Dénia y Xàbia se ubica la espectacular Cova Tallada, una gruta excavada en las faltas de los acantilados y bañada por la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni. La mejor excusa para iniciar una ruta de senderismo a través de la Torre del Gerro, construida en defensa contra los piratas, y para la que recomendamos utilizar calzado cómodo, especialmente en el tramo de acceso a la cueva. Al llegar, solo tendrás que sucumbir a leer la historia en las bóvedas naturales reflejadas en las aguas. Recuerda que entre el 15 de junio y el 30 de septiembre el acceso está regulado y deberás solicitarlo aquí.
[Estas son las cuevas acuáticas en las que te puedes bañar este verano cerca de Alicante]
Cova Testos (El Poble Nou de Benitatxell). Ubicada en la hermosa Cala Testos de la Costa Blanca, esta cueva es una auténtica joya geológica que cautiva a los visitantes con su belleza y misterio. Esta impresionante cueva, esculpida por el poder del mar a lo largo de los siglos, se encuentra enclavada en un entorno natural paradisíaco de aguas cristalinas y acantilados imponentes.
Senderismo
Cueva del Bolumini (Alfafara). La sierra de Mariola supone el punto de unión de las comarcas de L'Alcoià, El Comtat y la Vall d'Albaida a través de los siglos. La madre del río Vinalopó, de neveras naturales, riachuelos y pueblos fascinantes también reserva espacio para cuevas como la del Bolumini, accesible desde el pueblo de Alfafara y situada en la ladera del Barranc del Cantal de la Vila. Una entrada de 15 metros de altura y una profundidad de 30 metros revelan los secretos de este icono donde reposan restos iberos y una historia fascinante.
El Forat de Bèrnia. El límite entre las dos Marinas (Alta y Baja) dibuja una ruta circular en plena Sierra de Bèrnia cuya recompensa bien merece ponerse el calzado de montaña. A través de la umbría de la sierra, la parte más desconocida y por ello más fascinante, se inicia una ruta desde Xaló que discurre entre 2 kilómetros de almendros y vistas de ensueño hasta revelar el Forat, un arco de unos quince metros de largo que supone la mejor ventana al Mediterráneo que soñamos.
Cova de les Finestres (Alfafara). Regresamos a Alfafara, en la sierra de Mariola, para partir en busca de su cueva más enigmática. A 2 kilómetros del casco antiguo de Alfafara nos topamos con el Barranc del Pont Trencat (o Barranco del Puente Roto). Al llegar, una pared de roca despliega hasta 12 cuevas a modo de ventanas talladas cuya historia supone un enigma en sí mismo. Según los expertos, este complejo data de la Edad de Bronce (1.500 a. C.) y se cree que sus "ventanas" eran utilizadas como almacenes por los pobladores.
Cova de l'Aigua (Dénia). Existen ventanas naturales que bien merecen una ruta de senderismo, y una de ellas en la Cova de l'Aigua, en Dénia. Partiendo del casco antiguo de Dénia, se accede por el Camí Pou de la Muntanya hasta ascender poco a poco hasta una cueva sellada por una inscripción romana datada del año 238 d. C. Considerado como espacio de culto durante la época romana e islámica, la cual utilizó un sistema de tuberías de barro para abastecer a las poblaciones del Montgó, la Cova de l'Aigua supone el mejor caleidoscopio a un Mediterráneo lleno de historia.