Un nuevo embalaje para las botellas de vino que aprovecha los desechos que generan la poda de la vid, el deshoje de racimos o el prensado de uva. La Cooperativa La Viña de La Font de la Figuera coordina este proyecto estratégico, denominado Raspons, en colaboración con el Instituto Tecnológico del Plástico, AIMPLAS, y el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la Universitat Politècnica de València (UPV) con el fin de mejorar la competitividad del propio sector mediante el desarrollo de productos sostenibles e innovadores en un proyecto financiado por la Generalitat Valenciana.
El objetivo es valorizar dentro del propio sector vitivinícola los restos de sarmientos, raspones y hollejos para fabricar cajas de bioplástico compostables y sostenibles, similares a las de cartón que emplea actualmente esta industria para almacenar, transportar y distribuir sus botellas.
La iniciativa cuenta, además, con el respaldo económico del Instituto Valenciano de la Competitividad e Innovación (IVACE+i) y financiación de la Unión Europea en el marco del programa FEDER Comunitat Valenciana para el periodo 2021-2027.
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A través de Raspons se pretende proporcionar a las empresas vitivinícolas una solución innovadora en el marco de la economía circular a las más de dos toneladas de desechos que anualmente se generan en España durante el proceso de elaboración de vino. Tradicionalmente, estos subproductos se han usado como fertilizantes, biomasa o se han derivado a otras industrias para la obtención de alcoholes o bioetanol. El objetivo ahora es producir un nuevo material, alternativo al cartón, que sea sostenible y económico.
Según expone la investigadora líder en Agricultura y Medio Acuático de Aimplas, Chelo Escrig, los nuevos productos plásticos no sólo han de ser compostables y mantener las propiedades mecánicas requeridas para el embalaje y transporte, sino que deberían reducir, además, los costes de la materia prima, al sustituir el cartón por subproductos de la propia industria.
Economía circular
Según la nota de la Generalitat, los compuestos de plástico símil cartón que se han obtenido ya en el marco de Raspons cumplen con estos requisitos. Desarrollados a partir de biopolímeros y de desechos agrícolas con alto contenido en celulosa, estos materiales son biodegradables y semirrígidos y, además, gracias a los extractos obtenidos de los hollejos (los restos sólidos del prensado de la uva) es posible tintarlos de forma sostenible.
“La valorización de los subproductos derivados del vino surge de la necesidad de la industria vitivinícola de encontrar una alternativa viable que ofrezca a estos productos de desecho una segunda oportunidad. A través de Raspons se la damos en forma de productos símil cartón compostables, que se pueden utilizar en la propia bodega para introducir las botellas para su comercialización, como artículos de merchandising o como productos de plasticultura para el cultivo de la vid, protectores de plantones”, precisa la investigadora.
El proyecto, que concluirá este 2024, está impulsado por la Cooperativa La Viña, que es la responsable de determinar una metodología de recuperación y acondicionamiento de los subproductos agrícolas y que trabajará a su vez en el desarrollo de cajas y estuches para su uso en el sector agrícola. Por su parte, Aimplas contribuirá con su amplio conocimiento sobre bioplásticos en la formulación y obtención de nuevos compuestos con propiedades mejoradas, mientras que su validación final corresponde al COMAV.
La iniciativa se alinea con las conclusiones del Comité de innovación en Economía Circular, que aboga por la valorización más eficiente de los residuos y, en concreto, por la exploración de alternativas al reciclado mecánico como vía para aprovechar los desperdicios. Asimismo, Raspons se encuadra en los ejes principales de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.