El Atticgo Elche ha coronado el mejor ciclo deportivo de su historia con la clasificación, por primera vez, para la final de la Liga Guerreras Iberdrola, único título nacional que le falta y por el que peleará a partir del jueves ante el Costa del Sol de Málaga.
El equipo que entrena Joaquín Rocamora destronó a Super Amara Bera Bera con el factor cancha en contra y ahora busca su triple corona española, tras haber conquistado en los últimos años una Copa de la Reina y la Supercopa y haber convertido en rutinaria su presencia en las competiciones europeas.
La transformación del conjunto ilicitano en un grande del balonmano femenino español no se puede entender sin la figura de su entrenador, quien llegó al club en enero de 2016, avalado por su trabajo en la cantera, con el equipo en la penúltima posición y en una situación crítica.
Rocamora logró una permanencia milagrosa aquella temporada y poco a poco fue poniendo los cimientos de un equipo que acabaría consolidándose en la zona media alta de la tabla.
Jugadoras como Ana Martínez o Ivet Musons tomaron el liderazgo de un equipo que ya nunca más miró hacia la parte baja de la tabla y que dio su primer gran golpe en 2020, cuando se clasificó, contra todo pronóstico, para su primera final de la Copa de la Reina.
El conjunto ilicitano perdió ante el Rincón Fertilidad Málaga (20-24), pero esa experiencia competitiva resultó clave. Esa misma temporada 2019-20, el Elche se dio cuenta de que podía pelear por la Liga Guerreras Iberdrola, pero la pandemia se cruzó en su camino cuando era segundo en la tabla y tenía que recibir en su pista al Bera Bera, líder.
Acabó la temporada, interrumpida de forma prematura, como subcampeón, pero con la sensación de que esa Liga Guerreras Iberdrola podía haber sido suya. La final perdida en Málaga también sirvió de experiencia, según comentó Rocamora, para que el equipo ilicitano, pese a perder a una jugadora como Jennifer Gutiérrez, se llevara el título de la Copa de la Reina, por fin, en 2021 tras superar en la final al Aulas de Valladolid en Telde.
Meses después, el grupo ilicitano escribió una nueva página de la historia del club tras superar al Bera Bera en la final de la Supercopa (23-18) y sumar de esta forma su segundo título oficial.
Paralelamente a estos éxitos, el técnico fue renovando la plantilla en puestos concretos, pero dando prioridad a los jóvenes talentos de la cantera ilicitana y a jugadoras extranjeras en edad de formación y, sobre todo, haciendo equipo y grupo.
Rocamora pidió a la directiva un esfuerzo para retener el talento que tenía en el vestuario con renovaciones de piezas importantes y el Elche, en la mayoría de los casos, pudo mantener a jugadoras determinantes.
Paralelamente a estos éxitos en las competiciones domésticas, el Atticgo Elche está disfrutando de su mejor etapa en Europa, ya que hasta la llegada del técnico oriolano sólo se había asomado al continente en dos ocasiones.
Tras una renuncia por motivos económicos y una aventura frustrada por el covid, el pasado año cayó el Elche llegó a cuartos y esta temporada hasta las semifinales de la EHF Copa Europea, competición en la que sólo perdió un partido y fue apeado por el Atlético Guardés.
Tras la decepción que supuso caer en la Copa de forma clara ante Bera Bera, que acabaría ganando el torneo, el equipo se centró en hacer un buen 'playoff' de Liga para desquitarse y cerrar el curso con un buen sabor de boca.
Logró superar al Porriño en la primera eliminatoria de cuartos y en la segunda hizo historia al destronar al Bera Bera, campeón de las tres últimas ediciones, pese a tener en contra el factor pista.
Ahora, ante otro rival con hambre de gloria y al que ya fue capaz de ganar en su pista esta temporada, buscará escribir una nueva página de oro, aunque pase lo que pase no será el final de un ciclo, ya que el club se ha asegurado la continuidad de su entrenador y de la base del equipo para la próxima temporada.