Alicante

Escultura, pintura… y costura. La falta de estudios en las Bellas Artes dedicados a la aguja y el hilo es una de las reivindicaciones que plantean las artistas de Gramáticas Textiles. Esta exposición en la ciudad de Alicante reúne a creadoras de toda España que demuestran la capacidad de esta técnica más allá de la artesanía.

"Quien quiera formarse como artista textil se tiene que ir a las escuelas de artes y oficios, no puede salir con una formación académica de Bellas Artes", así retratan estas artistas una situación particular de España. Mientras que sí se da escultura y pintura en cualquiera de estas facultades, crear cosiendo no está reconocido en ellas.

Otros países sí lo tienen en sus itinerarios educativos. La comisaria María Ortega destaca esa diferencia en el currículum internacional que ha podido comprobar a lo largo de su carrera. Así, en Lituania está incluido como también aparece en Hispanoamérica, donde tuvo su momento de auge y ahora atraviesa dificultades con algunos departamentos que han cerrado.

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"El arte textil en los años 70 y 80 tuvo fuerza, pero en los 90 la perdió", explica Ortega tras repasar la variada oferta recogida en esta exposición diseñada para Espacio Séneca. "A partir de los 2000 se reivindicó con bienales, como la From Lausanne to Beijing de China, y otras como la de Riga en Letonia, donde existe esa formación académica en Bellas Artes", señala.

La primera muestra

Ortega, rodeada de creadoras como Aurelia Masanet, Susana Guerrero y Maite Ortega, valora que "actualmente hay un resurgimiento del textil". Un interés como el que pretende fomentar con esta primera exposición dedicada a este arte que se presenta en Alicante.

Masanet valora en particular de ver una reunión así. La artista alcoyana sabe bien de la tradición textil pues su padre tenía una fábrica del sector en la que creció. "Todo el divertimento de los domingos era ir a la fábrica y me enseñaba lo que era un telar, la trama, la urdimbre. Y cuando volvía a casa siempre llevaba muestras de algodón, lana y fibra y me decía que lo oliera y lo tocara", recuerda.

Cuando le llegó el momento de decidir su futuro quiso estudiarlo, pero en la provincia no había oportunidades. Tuvo que ir a Barcelona a la Escuela Massana, donde sí lo impartían. Años más tarde, con una carrera internacional consolidada, es ella la que ha ido dando cursos y talleres "porque falta reconocer esa técnica".

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De ahí que Masanet valora especialmente esta oportunidad que compara con las bienales internacionales que mencionaba Ortega. "Y espero que eso que se vea aquí se pueda repetir y crear aunque sea una pequeña bienal", como esta donde "se dará a conocer también a nuevas artistas como Maite".

Maite Ortega es la más joven de las tres artistas que han acompañado la inauguración en Espacio Séneca. Eso le permite aportar otra perspectiva generacional al tema, desde su familia en Yecla hasta los estudios en Valencia y luego en Bélgica, donde sí que se incluía esta técnica aunque ella lo aprendió en Madrid. "De pequeña me interesaba mucho el hilo, pero mi abuela no me enseñó", recuerda, "y creo que antes muchas veces las mujeres estaban obligadas". Por eso cree que luego había un rechazo porque no se quería obligar a las nuevas generaciones.

"Ahora está casi de moda", valora la joven, "pero aprender hace diez años me costó y era una cosa de mayores". Aquellas clases de bordado en las que aprendió las técnicas tradicionales le sirvieron para probar con otros materiales, como el papel que también ha manejado Masanet o los cables con que cose Guerrero. "Lo delicado y lo pequeñito parece que genera un rechazo", concluye, "cuando es algo muy bonito y que con un lenguaje que no tiene nada que ver".