"Hay poquísimas obras que para mí no sean un retrato a su vez de Alberto y lo vivido juntos". Así presenta Ana Arambarri las obras que ha seleccionado como comisaria para El cazador furtivo de quien fuera su marido, el hombre que diseñó la España de los años 80. La exposición de pinturas y esculturas de Alberto Corazón que llega a La Lonja de Alicante se convierte en la mirada más personal —y especial por el carácter inédito de la mayoría de las piezas exhibidas—, un año después de su fallecimiento.
A petición del también comisario Rafael Sierra, Arambarri empezó a seleccionar entre las muchísimas obras que tenía su marido "porque Alberto era un hombre de una capacidad de trabajo infinita". Así lo cuenta mientras descansa un momento de la parte final del montaje que acogerá la sala Explanada de este centro desde este viernes y hasta el 8 de mayo.
Los ojos de Arambarri brillan al describir el proceso de selección. Son en su gran mayoría, 45 de 60, pinturas que no se habían expuesto antes de esta iniciativa que puso en marcha en 2021 la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha para Casa Zavala de Cuenca. Ahora empieza su itinerancia en Alicante antes del intenso recorrido que tiene previsto para este año.
Este proceso es una forma de cumplir el pacto que se hicieron Sierra y Arambarri el pasado febrero. Como desvela el primero, "nunca íbamos a hablar en pasado de él, no lo íbamos a enterrar sino que lo queríamos vivo". Y lo dice así "porque España es un país de necrófilos, en el que te escriben muchos obituarios y te sepultan directamente". En este caso, el comisario se reveló porque "me parecía injusto" que sucediera lo mismo con una persona que había contribuido tanto a la imagen de modernidad del país.
Redescubrir
Con una trayectoria tan estudiada, optaron por revivirlo precisamente con lo menos visto. "Y Ana fue generosísima", agradece Sierra. Un trabajo que le resultó fácil a Arambarri porque "llevo haciendo esto desde que lo conozco. Le conocí y decidí que esta era mi vida nueva y lo llevo haciendo desde hace 36 años. Las exposiciones de diseño se las monté yo y también recorrieron muchas ciudades, he trabajado en exclusiva con Alberto y para Alberto".
Bodegones, arenas, acantilados o su mesa de trabajo son algunas de las temáticas que ha escogida la comisaria. De cada una de ellas tiene las historias con las que ofrece una nueva luz. "Son las que me llegan al alma y las que tienen una fuerza especial", apunta. Si en los dibujos hay mucho de los veranos pasados en Almería, por seguir esa línea, en las piezas hechas en bronce le llega el recuerdo de París. "Rafa me ha dejado libre para elegir lo que he querido", concluye.
Y ahí hay una selección de la capacidad por transmitir con la economía de medios. "En tres trazos ya había construido el acantilado o mesa", señala orgullosa al pasar por delante de estas creaciones. Hechas con ese trazo nervioso, Arambarri concede que sí hay una obra que "aún me está removiendo" porque "refleja toda la personalidad de Alberto: es un enigma, una noche, los fuegos de salida".
Ahora esos interrogantes se presentan en una sala en la que el espectador lo descubre todo en el golpe de vista al entrar. "Te enfrentas sin artificios porque la propia sala es la escenografía", explica Sierra que con esta ya ha montado tres exposiciones en La Lonja a partir de la colección Roberto Polo. "La sorpresa de cada espacio es cómo te cambia la visión de la obra", añade Arambarri. La profundidad de esta sala Explanada les impedía guardarse las cartas en el montaje.
En los últimos preparativos para El cazador furtivo, Sierra mira con orgullo la disposición de un espacio al que le tiene pillada la medida. "Esta no es una exposición fría", asegura.