Alicante

Adentrarse en una aventura en otro país para aprender otro idioma y seguir formándose. Una actividad que suele relacionarse con el programa Erasmus que ofrecen la mayoría de las universidades españolas. Sin embargo, son cada vez más los colegios e institutos que se suman a la iniciativa de proponer a sus alumnos irse durante un periodo corto a otro país para desarrollar ahí nuevos conocimientos. 

Es el caso del Colegio San Agustín de Alicante. Este centro educativo concertado ofrece desde el año 2017 un proyecto que permite a algunos de sus alumnos vivir una experiencia única en centros de otros países. Así, cada año, alumnos desde tercero de la ESO a segundo de bachillerato son previamente seleccionados por el centro para participar en esta experiencia única.

Como si de la universidad se tratase, los alumnos son enviados durante periodos cortos como una semana a otros países para intercambiar conocimientos, conocer la cultura y practicar su nivel de inglés, el idioma oficial y requerido para participar en este proyecto.

Dos programas

Siendo ambos proyectos cofinanciados por la Unión Europea, los programas Erasmus+ del colegio San Agustín de Alicante se centran en una temática concreta.

Además de permitir a sus alumnos vivir una experiencia única, siendo acogidos por familias locales y viajando a distintos puntos clave de cada país, los programas se focalizan en el uso de las nuevas tecnologías.

Alumnos de 1° y 2° de bachillerato en la movilidad a Hungría.

El programa Log in back the real life es fruto de una colaboración entre el colegio alicantino y centros de Hungría, Portugal, Alemania y Turquía, país al que viajarán el próximo mes de abril. Por otro lado, el programa Digital Wellness colabora con centros educativos de Alemania y Letonia, a donde volarán una decena de alumnos en marzo.

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Tanto el proyecto Log in back the real life como el programa Digital Wellness se centran en concienciar al alumnado sobre el uso tóxico e insano de las pantallas en el día a día. 

Uso de las nuevas tecnologías

Con la pandemia vivida con el coronavirus, la adicción a los móviles y otros aparatos electrónicos se ha convertido en un problema que afecta a los más jóvenes de nuestra sociedad. A raíz de ello, se han multiplicado problemas de malos comportamientos, autoexclusión, depresión, desórdenes psicológicos y otros más peligrosos.

Son precisamente estos malos comportamientos que el centro pretende prevenir mediante la concienciación a los jóvenes. 

El propio centro educativo fomenta el uso de las tecnologías con un fin educativo, siendo habitual la imagen de los alumnos estudiando en clase con sus dispositivos iPad. Sin embargo, el uso de teléfono móvil privado está regulado y prohibido en el centro cuando no se hace con un fin educativo.

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Conscientes de la importancia de las nuevas tecnologías y de las consecuencias negativas que pueden engendrar hacer un mal uso de ellas, el colegio decidió proponer una formación para sus alumnos desde la educación.

Una oportunidad única

El coordinador del proyecto, David Sequí, destaca el carácter pionero que tiene este programa: "Se trata de una oportunidad única para nuestros alumnos".

Recordando con emoción viajes anteriores que lleva realizando con sus alumnos desde el año 2017, el coordinador asegura que, además de empaparse de conocimientos, se produce "un cambio real en los alumnos".

Haciendo inciso en que el programa se fundamenta en los principios del programa Erasmus+ de la Unión Europea, Sequí asegura que el mayor objetivo de este proyecto reside en "ampliar la perspectiva" y "abrir la mente" de los alumnos.

Los alumnos del colegio alicantino presentando su país en una movilidad en Irlanda.

Una experiencia que no solo beneficia al alumnado, sino al propio profesorado. Sonia Gómez forma parte del equipo de coordinación y, al igual que David, ha participado ya en múltiples intercambios. Una experiencia que califica de "inolvidable" a pesar de "todo el trabajo que conlleva".

Y es que los miembros del equipo de internacionalización del colegio San Agustín deben compaginar sus horas de docencia con este "trabajo extra" de coordinación. Un claro ejemplo es el de David, quien imparte matemáticas, Sonia que imparte francés e inglés y Diana, profesora de filosofía y miembro del equipo Erasmus+.

Más allá de la educación

Además de aprender y concienciarse sobre el uso de las tecnologías, los alumnos que participan en estos programas vuelven con la mochila cargada de recuerdos, amigos y experiencias. 

La mayoría de ellos siguen manteniendo el contacto con las que fueron sus familias de acogida en el país extranjero. "Ellos están siempre encantados y agradecidos y solo el hecho de notar su felicidad compensa todo el trabajo de coordinación que lleva detrás", asegura la coordinadora Sonia Gómez.

Con este programa, los estudiantes pueden disfrutar de una experiencia única en otro país sin tener que esperar ingresar en la universidad. Descubrir otras realidades, empaparse de conocimiento y forjar lazos de amistad para toda la vida es lo que ha brindado a los alumnos del colegio San Agustín esta experiencia única.