Los móviles deben estar prohibidos en los colegios y apagados en todo momento en los institutos. Esta es la propuesta del Consejo Escolar del Estado y del Gobierno que ya ha sido adoptada por varias comunidades autónomas. Una de las pocas que aún está en periodo de regulación es la Comunitat Valenciana, donde los niños y adolescentes podrán llevarlo o no dependiendo de cada centro.
El territorio valenciano se desmarca de las medidas tomadas por comunidades como Castilla-La Mancha, Galicia, Comunidad de Madrid o Castilla y León, anteriormente, y Cataluña, Canarias, Murcia, entre otras, que recientemente han optado por limitar su uso en los espacios educativos, siguiendo la línea de los expertos.
Por su parte, la Comunitat Valenciana aún está ultimando los detalles de la norma, pero desde la Conselleria de Educación defienden que "no somos partidarios de prohibir, sino de regular", aclara Esmeralda Llorca, jefa de sección de Igualdad, Convivencia y Compensación de Desigualdades.
La especialista explica que están obligados a regular el uso de dispositivos digitales, pero no tienen por qué prohibirlos, por lo que optarán por la segunda opción que tienen las autonomías: dejar a los centros que decidan cuándo y cómo se pueden usar los móviles, tabletas y demás aparatos electrónicos. Los centros que los restrinjan no los eliminarán completamente, ya que los profesores podrán permitir utilizarlo en clase con fines educativos.
La recomendación del Gobierno es clara, nada de móviles en Primaria porque "el alumnado no los necesita y en la ESO deberán mantenerse apagados desde la entrada al centro educativo hasta la salida del mismo, incluyendo el patio, a excepción de si el docente requiere su utilización", señala la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría.
"No podemos prohibirlos a todo el mundo, tenemos que adaptarnos y enseñar a nuestros adolescentes y a nuestros jóvenes a trabajar con la tecnología y hacer un uso responsable", expresa Llorca, quien cree que su mala gestión puede tener consecuencias en el aprendizaje: "El mal uso de los dispositivos puede influir en el nivel de atención y en el rendimiento académico".
Esta es una de las razones que explica el resultado de España en el informe PISA, el más importante del mundo sobre el nivel de los estudiantes, que ha sido el peor en su historia desde que comenzara a realizarse en el año 2000. La trabajadora de la conselleria añade que hay otros factores que pueden haber afectado, como la mala convivencia, las relaciones sociales, la gestión de los conflictos o un equilibrio emocional que no favorece.
Responsabilidad de los padres
De nada sirve las limitaciones durante las horas lectivas si en casa se hace un mal uso, por eso Llorca pone el foco en las familias, "que son quienes les compran los teléfonos". "La Asociación Española de Pediatría habla de una recomendación a partir de los 16 años y debemos tener en cuenta que no se pueden manejar redes sociales si no superas los 13 y los 14 años", advierte.
La responsable destaca el papel de los padres, porque los menores pueden ser víctimas de delitos o pueden ser ellos los que los cometan, al igual que pueden desarrollar una adicción al uso de los dispositivos, a la pornografía o a los juegos, lo que puede derivar en problemas de salud mental.
Desde UGT Enseñanza coinciden con la visión de Educación y creen la respuesta al uso del móvil en la escuela no puede estar solo en prohibir, "sino sobre todo en educar". En un comunicado, hablan de "defender la autonomía pedagógica y de los centros para no excluirlo dentro de las prácticas educativas de aquellos docentes que lo utilicen con fines pedagógicos".
La organización reivindica un manejo "saludable de los móviles" para que no se convierta en un elemento distractor o de riesgo en su proceso de enseñanza-aprendizaje y que el profesorado pueda trabajar de forma segura dentro de las aulas sin tener que lidiar con "un elemento más que perjudique la calidad de la práctica docente y un deterioro en sus condiciones de trabajo".
Inteligencia artificial
La irrupción de la inteligencia artificial supone otro reto para la enseñanza, ya que puede cambiar para siempre el modelo que se ha seguido durante décadas basado en la repetición de ejercicios para comprender una materia debido a que las múltiples herramientas que están surgiendo pueden resolverlos en segundos.
La velocidad con la que avanza el aprendizaje automático de la IA hace que se haya adelantado a la propia regulación. "Va muy rápido y no hemos tomado decisiones a día de hoy", comenta Llorca, quien asegura que el camino a seguir será adaptarse a nuevas metodologías, formar a los docentes en estas cuestiones y decidir a qué edades es mejor ponerla en funcionamiento.