¿Cuántas veces has leído o escuchado monte Tossal? Significa lo mismo. ¿Y Benacantil? Igual. Son una repetición de contenido que se produce cuando en una zona se hablan dos idiomas. Ese es el concepto de la tautoponimia y en la ciudad de Alicante y su provincia puedes encontrar diferentes ejemplos.
El doctor en filología de la Universidad de Alicante Carles Segura explica que este tipo de palabras surgen "cuando un topónimo incluye una tautología, una repetición de su contenido, ya tiene el concepto que incluye el nombre. Y si sabes el significado te sorprendes. Por ejemplo en Monte Tossal. La gracia o desgracia es que cuando no lo conoces por la razón que sea, no eres consciente de la repetición".
En el caso del Tossal ese cambio lleva en marcha desde el siglo XVIII. Así lo recogen los estudiosos de la toponimia, como señala Segura sobre su colega Marc Salomón, quien lo ha encontrado en diversos documentos. "Seguramente porque los hablantes (o los oficiales encargados de realizar los mapas) ya no comprendían el significado de la palabra tossal", escribe en un trabajo que analiza las denominaciones oficiales en la ciudad.
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¿Y qué pasa con el Benacantil? En este caso se trata de valenciano y árabe, apunta Segura. Aquí hay que tener en cuenta la composición de las palabras que se han unido para formar una sola. "La palabra peña la tenemos pero bena ya no y significa peña", indica. Por eso razona que no hay que confundirlo con el prefijo ben o beni. La segunda parte de este nombre, cantil, aún existe, pero su uso ya no es común.
Eso sí, Segura apunta una pista también del manejo inconsciente de este nombre. "En Alicante no se dice coloquialmente monte Benacantil, dicen el Benacantil. Y si ese monte no necesita que se le diga así es que ya debía tener esa información y de ahí el no decirla". De ahí que cuando se usa monte Benacantil es como decir monte peña peña.
Segura señala risueño que es "fortísimo que los dos montes de Alicante, los dos más importantes con castillo, tengan la misma historia toponímica". Una casualidad que no es única en el territorio. Uno de los casos de tautopónimo más habitual es desierto del Sáhara, cuando se está repitiendo el mismo concepto: desierto del desierto.
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Si se sube por la autopista hacia el norte de la provincia también se puede ver una conocida urbanización cuyo nombre sigue esta misma línea, Altea Hills. El origen árabe del nombre de esta localidad está en alttàya, que quiere decir atalaya, como recogen los estudiantes de Historia de la UA Jaime Zaragozí, Alberto Bravo-Morata y Miguel Santamaría. Por tanto, cuando se creó añadiéndole el inglés se repitió en un juego de palabras nuevo.
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