"El patrimonio común no está en almoneda. La Dama de Elche volverá al Arqueológico Nacional (MAN), que no le quepa a nadie la menor duda", dijo la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el 3 de marzo de 2006 tras la firma del convenio con el alcalde de Elche de entonces, Diego Maciá, por el cual se acordaban los términos de la cesión durante seis meses, del 18 de mayo al 1 de noviembre.
De aquellos momentos se extrajeron las conclusiones que se repiten con el tiempo. Madrid no las tenía todas consigo con el traspaso de la pieza predilecta del MAN. De hecho, los informes técnicos que pesaban desde 1996 eran contrarios a su salida del museo por criterios conservacionistas. Y, cuando se acordó su entrega temporal, hubo voces totalmente contrarias, como la del director de la Academia de Bellas Artes, Ramón González de Amezúa.
Pero por encima de los criterios técnicos están los políticos, o al menos en España. Y en eso se basó el alcalde, Carlos González, este miércoles en una rueda de prensa con una réplica de la Dama tras de si, cuando dijo que "la cesión es una decisión política y los criterios técnicos están sometidos a la política".
Sin embargo, de momento se ha encontrado con las puertas entornadas por parte del ministerio de Cultura, que este miércoles dijo, tras la polémica dimisión de la directora general de Bellas Artes, que "no hay ninguna decisión ni intención" sobre la cesión de la pieza ibérica.
Revulsivo en 2022
Entonces, por qué insiste Elche en traerla. El regidor socialista ha respondido en varias ocasiones que buscan cumplir "un anhelo del pueblo ilicitano" que se remonta, como contó este periódico recientemente, al principio del franquismo cuando una serie de ideólogos falangistas reivindicaron por primera vez su regreso.
Las respuestas apuntan también, y sobre todo, al revulsivo económico, cultural y por qué no decirlo, político, que puede traer consigo la Dama en Elche. González ya ha trasladado a Cultura que quieren que venga por un año, no seis meses como en 2006, y así atraer a un millón de visitantes. "La Dama tiene una relevancia no solo nacional, sino también mundial, lo que supondrá una repercusión notable en términos de visitantes que repercutirá en la economía", aseveró ayer el primer edil.
La repercusión de 2006
Si atendemos a las cifras aportados por el propio consistorio en aquel momento, la Dama trajo consigo un empujón al maltrecho turismo local sin precedentes, sirviendo de broche final, en lo político, para un alcalde que estaba de despedida tras tres mandatos sucesivos en el cargo.
En concreto, pasaron por el Museo Arqueológico e Historia de Elche (MAHE), inaugurado para la ocasión, 370.000 visitantes, el 80% de los cuales no eran de la Comunidad Valenciana, sin olvidar 45.000 estudiantes de colegios e institutos de la provincia.
En ocupación hotelera, se registraron más de 81.000 pernoctaciones entre mayo y octubre, un 65% más que el mismo periodo del año anterior, aunque con un porcentaje de ocupación similar al de 2005, entre el 60 y 80%, que se explicaba porque en solo 12 meses la ciudad había doblado sus hoteles, de 5 a 11 hoteleros y de 700 a 1.500 plazas hoteleras.
Pero se fue la Dama y con ella los turistas y la actividades culturales, que en los seis meses que estuvo se contabilizaron 1.200 espectáculos artísticos. Si bien la ciudad ha ido ganando músculo turístico desde entonces, sus datos siguen siendo discretos, mientras que la concejalía de Cultura sigue bajo mínimos.
El director del MAN, Andrés Carretero, dijo en una entrevista a El País el sábado "que el alcalde de turno piense que teniendo tal objeto en su pueblo ya soluciona los problemas del municipio y que el turismo va a ir a raudales a verlo es un planteamiento bastante inocente". "Esto no es el cuento de la lechera, ya lo hemos demostrado en 2006 y no pasa nada si viene la Dama", respondió el alcalde ante la atenta mirada del busto ibérico.