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Las precipitaciones extremas que están asolando la Comunitat Valenciana resalta la importancia de los tanques antitormentas en la ciudad de Alicante, capaces de albergar millones de litros de agua y evitar que se inunden las calles. Y así el de San Gabriel se ha llenado para impedir los problemas.

Joaquín Marco, director de operaciones de Aguas de Alicante, empieza diferenciando los dos tipos de tanques que hay y que se encuentran en la capital: antinundación y anticontaminación.

Y son de aspectos muy diferentes. El parque La Marjal es el depósito antitormenta que funciona a su vez como espacio verde recreativo en la playa de San Juan. "Cuando el nivel de lluvia es importante y la red de colectores de drenaje pluvial que existen llegan a su nivel de saturación, actúa como una especie de interruptor", explica.

En esas condiciones cumple con el propósito de su nombre, ser un enorme depósito de agua al aire libre que evita inundaciones localizadas. "Lo que hace es meter el agua en ese depósito, mientras siguen funcionando los colectores, para que, el agua no alcance una altura en la calle y evite que se produzcan problemas", detalla.

El parque La Marjal, abierto en 2015, es capaz de retener 45 millones de litros. Una cifra que no ha llegado a alcanzar aunque tuvo dos episodios históricos cuando acumuló 5 millones en 2019 y 25 millones en 2021. "Todavía no se ha dado la oportunidad, afortunadamente, de que se llenase por completo", apunta el director.

Las puertas del parque se cierran al público cuando se prevé que puedan haber problemas por esta causa. El éxito de este proyecto de ingeniería es de tal nivel que recibió premio por el Ministerio de Medioambiente y se le considera pionero no solo en España, también en Europa.

Así, esta infraestructura de Alicante está sirviendo de ejemplo para que en el continente se estudien sus ventajas y ya hay varios parques en España que se están diseñando según ese modelo, como resalta Marco.

Si este tipo de tanque antitormentas es exterior, el otro que hay en la ciudad se encuentra en el barrio de San Gabriel y para encontrarlo hay que ir bajo tierra, concretamente la de un campo de fútbol.

Visitarlo es entender las enormes dimensiones de esta instalación que es capaz de albergar 60 millones de litros. Una cifra a la que sí llega de forma habitual porque su función es la de evitar la contaminación.

La catedral del agua

Las enormes columnas visibles en su totalidad cuando está vacío dan una idea de lo que representa esta catedral del agua. Pero su función es más prosaica, recoger el agua de la lluvia para evitar que la suciedad que se recoge vaya directamente al sistema de alcantarillado o al mar.

Este martes, con las lluvias recibidas, "se ha llenado totalmente". Inaugurado en 2011, su efectividad tan alta ha animado a que se planificaran más como este en la ciudad y ya hay en marcha otros cuatro que estarán en el Cocó, Atalayas, Palmeral y Teulada.

Estas obras serán posibles gracias a que la ciudad de Alicante ha conseguido la financiación europea para acometer estas millonarias obras. Marco subraya la importancia de la previsión al planear las infraestructuras: "Tienen que estar ubicados en suelos concretos, no los puedes poner en cualquier sitio".

Eso se traduce en que tanto técnicos de Aguas de Alicante como del Ayuntamiento están "trabajando para que en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana que se está redactando esté contemplado que ahí va a haber ese tipo de infraestructuras que son de futuro de ciudad, a cincuenta o cien años".