El pasado mes de septiembre una de las peores gotas frías de los últimos años ocasionó graves daños en las provincias de Alicante y Murcia. Ríos desbordados por las lluvias, cultivos destrozados, el agua entrando en las casas sin posibilidad de que sus dueños pudieran hacer nada por impedirlo, etc.
Esta situación se repite en muchas ocasiones en diferentes lugares de nuestra geografía, además de en muchos otros países. Las lluvias provocan inundaciones que dejan a su paso numerosos daños que se traducen en pérdidas millonarias para los lugares que asolan.
Adelantándose a estos problemas, y con una clara visión de futuro en la que las ciudades y pueblos del mundo entero se desarrollan cuidando del medioambiente, pero también afrontando las posibles adversidades con antelación, nace este proyecto: un parque inundable capaz de canalizar el agua de las crecidas provocadas por fuertes lluvias.
Hablamos del Parque de La Marjal, en Alicante. Cuenta con 3,6 hectáreas de superficie y es capaz de recoger hasta 45.000 m3 de aguas pluviales (o lo que es lo mismo, 45 millones de litros) gracias a su infraestructura, pionera en toda España.
El lugar cuenta con dos colectores situados en las avenidas con tendencia a inundarse, donde se recoge el agua, la cual se canaliza hasta los dos estanques del parque. De allí pasa a la planta de depuración de aguas residuales de Monte Orgegia y, finalmente, el agua es reutilizada para el riego urbano de toda la ciudad, gracias a los más de 70 km de redes de agua regenerada que recorren Alicante.
No solo se evitan las consecuencias catastróficas de las inundaciones provocadas por fuertes temporales, sino que además se da un uso al agua de lluvia muy provechoso para la ciudad. Esto se traduce en ahorro de agua, de costes a largo plazo, cuidado del medioambiente y una clara mejora de la sostenibilidad del entorno.
El parque se ubica en una zona de urbanizaciones en la Playa de San Juan, en Alicante. El pasado 21 de agosto esta infraestructura alcanzó su dato de almacenamiento máximo hasta la fecha: 22.000 metros cúbicos, casi la mitad de su capacidad máxima, durante el temporal que azotó con fuerza la zona. Este dato muestra su gran utilidad y lo necesario que es un proyecto como este.
Su nombre, “La Marjal”, no ha sido escogido en vano: los marjales son los humedales típicos de la región mediterránea. Gracias a ellos las inundaciones no son tan catastróficas, y en estos terrenos encuentran su hogar diferentes especies de vegetación y avifauna de la región.
SUEZ presenta el parque inundable en el marco de la COP25
El encargado de la construcción del parque ha sido SUEZ, empresa dedicada a la gestión de agua y residuos, que ha aprovechado la celebración de la COP25 en Madrid para presentar todo el proyecto. Se trata de un ejemplo de infraestructura verde urbana al combinar resiliencia urbana y biodiversidad.
Además, durante la cumbre ha sido seleccionado como uno de los 101 ejemplos empresariales españoles de acciones #PorElClima, por considerarse un modelo de eficiencia en la lucha contra las consecuencias del cambio climático en las ciudades. Según Amelia Navarro, directora de Desarrollo Sostenible en Aguas de Alicante (Grupo SUEZ), La Marjal "es una infraestructura verde que cumple una triple función: la hidráulica, como área de acumulación temporal de un volumen de 45.000m3 de agua pluvial; la social, como parque municipal para uso de la ciudadanía; y, por último, la ambiental, como pulmón verde para la ciudad que favorece la biodiversidad.”
Estos reconocimientos a La Marjal se suman a los que ya acumula, como haber destacado como ejemplo de solución empresarial para la mejora de la acción climática en las ciudades, dentro del proyecto Caja de Herramientas de Cambio Climático de Forética, o ser parte de la consecución del premio “Ciudad Sostenible” por parte de la ciudad de Alicante, otorgado en 2018 por la Fundación ‘Forum Ambiental’ y Ecomed en la categoría del Ciclo Integral del Agua, por la candidatura “Gestión Sostenible del Parque Urbano Inundable La Marjal”.
De este modo SUEZ deja clara su preocupación por el cuidado del medioambiente y del planeta ante la crisis climática y alinea su estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, entre cuyos pilares se encuentra el referido a la adaptación a las consecuencias del cambio climático (como son las inundaciones cada vez más habituales y desastrosas) con acciones y planes de resiliencia para superar este tipo de situaciones.