Los estudiantes de la Comunitat Valenciana, los que peores notas sacan en la PAU junto a Baleares

Las diferencias en el sistema educativo español y las desigualdades que crea entre los estudiantes de distintos territorios es, como cada año, un debate que explota al final del curso, coincidiendo con las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). El ranquin autonómico de comunidades con alumnos con más sobresalientes deja claro el desfase, siendo la Comunitat Valenciana una de las peores paradas, ya que ocupa la pero posición de menos sobresalientes junto a Baleares.

El Observatorio del Sistema Universitario (OSU) ha analizado las notas de los últimos años en su informe Notas de acceso a la universidad: ¿son equitativas?, llegando algunas conclusiones claras: el lugar donde estudies importa, influye si se hace en un centro público o privado y se sacan mejores notas en Bachillerato que en Selectividad.

El informe revela que, o hay zonas de España más inteligentes que otras, o hay que revisar el sistema. Las grandes diferencias en las puntuaciones hacen pensar lo segundo. La lista, con datos de 2022, de mejores notas en la fase general de la PAU la lidera Asturias con un 12 % de estudiantes que obtienen sobresalientes, notas entre 9 y 10. Una cifra seis veces mayor que la de los valencianos, con apenas un 2 %, los penúltimos, ligeramente por delante de Baleares (1,9 %). El podio lo completan Castilla y León con 9,9 % y Cantabria con 9, 4 %. 

En cuanto a Bachillerato, las notas son mucho más altas, llegando hasta un 25, 1 % de sobresalientes en Asturias, que vuelve a ser la primera. Mientras que la Comunitat Valenciana multiplica por nueve los datos de la PAU y registra un 18, 5 % de alumnos entre el 9 y el 10, saliendo de los últimos puestos, donde Baleares vuelve a dar la nota negativa con tan solo el 12, 7 %.

Pero ¿cómo puede haber resultados tan dispares? Esto se debe a que el Ministerio de Educación fija el 50 % de las enseñanzas mínimas del currículo del Bachillerato en las comunidades autónomas que cuentan con lengua oficial, y el 60% en las que no la tienen, dejando a las comunidades gestionar el resto de las horas lectivas.

Fuente: OSU / Sistema Integrado de Información Universitaria: Nicolás Alba

Por tanto, los exámenes varían entre zonas geográficas. Para ver qué nivel de dificultad hay en cada autonomía, este medio ha elaborado un mapa interactivo, realizado por Nicolás Alba, que establece una nota a cada territorio dependiendo de la complejidad de sus pruebas, basándose en las de 2023.

El mapa interactivo muestra cómo los exámenes influyen en las notas finales de los estudiantes y en las opciones de elegir cómo continuar su carrera académica, con comunidades como Galicia, que obtuvo la nota de dificultad más alta con un 6,25, lo que explica que los jóvenes gallegos sean los terceros por la cola en sobresalientes.

Baleares, la última en la tabla de la PAU, obtiene un 5,75 promedio de dificultad, solo por detrás de Galicia y Cataluña y el País Vaco, con 6. Sin embargo, los exámenes a los que se enfrentan los estudiantes valencianos suspenden en complejidad y están entre los más fáciles con un 4, 25 de media. Solo Castilla y León, con un 4; de la Comunidad de Madrid o de Murcia, empatadas con un 3,75; de Navarra, con un 3,5; y de Andalucía, Ceuta y Melilla, con un 3,25, tienen pruebas más asequibles.

Centros públicos y privados

El informe del OSU establece una correlación entre las notas más altas en Bachillerato y los centros privados. "En primer lugar, se observa que al final del período (año 2022) en los centros privados, sean estos concertados o no, hay más estudiantes con notas superiores o iguales a 9 que con notas entre 8 y 9, lo cual no deja de ser sorprendente", señala.

La evolución de estas notas más altas (entre 9 y 10) ha sido "fulgurante" en estos centros: mientras en los centros públicos aumentaban 7,8 puntos porcentuales, en los privados aumentaban 11,1 (concertados) y 11,0 (no concertados).

Además, se refleja la una diferencia entre los centros privados según si son concertados o no, pues los centros privados sin concierto presentan "resultados algo más extremos" que los concertados: más estudiantes con notas más altas y menos estudiantes con notas más bajas.