Alicante

Un proyecto completo, totalmente diseñado y presupuestado, de la que sería la segunda mezquita más grande del mundo tras la Meca. El escenario, Trípoli, en la Libia de Gadafi antes de que estallase la guerra que acabó cobrándose la vida del dictador. Y el autor era un español, el arquitecto alicantino Roberto Pérez-Guerras, quien relata en el libro 'Construyendo fuertes', del periodista Martín Sanz, algunas de las particularidades de este encargo "tan especial". 

Una de ellas fue el no ser musulmán, pese a ser un gran conocedor del Corán y de la cultura islámica.

["El Intempo es una puerta": las memorias de Pérez-Guerras, el hombre que diseñó el cielo de Benidorm]

La anécdota la cuenta Toni Cabot, director de Publicaciones e Investigación del Instituto de Cultura Gil-Albert, editora del libro: "Cuando la maqueta y la obra estaban ya hechas, se le presenta el ministro de Religión, Ismel Achour, y le dice que tiene un problema insalvable. No hay problema insalvable, le respondió Pérez-Guerras. Este sí lo es: que no eres musulmán. Ante eso Roberto tardó medio segundo en contestar: eso también tiene arreglo".

Más allá del humor, la forma de intentar salvar este obstáculo demuestra el pragmatismo del arquitecto alicantino y su empeño en tratar de sacar adelante el trabajo. Hace unos meses incluso colgó en su página web el proyecto de mezquita que pudo ser y no fue. "Ideé una estructura que no necesita pilares, algo impensable para un edificio de este tipo, porque es lo que une el cielo con la tierra", señala.

Diseño del interior de las instalaciones.

La solución: "Hice un montón de agujeros en la cúpula, que era de cerramiento, y puse cuatro espejos que orientasen la luz en vertical hacia el suelo. Debajo coloqué unos proyectores hacia arriba que se unían con la luz que bajaban del cielo, con lo que había conseguido lo que el Corán quería, unir el cielo y la tierra".

Todo el edificio estaba pensado siguiendo las creencias de Mahoma, para lo que visitó multitud de templos de la zona. Otro ejemplo: "La mezquita estaba diseñada en medio de un lago de agua salada, porque la voluntad del Profeta era que el Corán se difundiese a través del mar".

Roberto Pérez-Guerras en la presentación de su biografía en el Intempo, este lunes. Iván Villarejo

"Cuando el jefe quiera"

La mezquita tenía además un complemento un museo de la historia de Libia, una gigantesca torre de 330 metros con una altura adaptable para ir ganando pisos según pasasen los años, y una universidad religiosa. Todo en 30 hectáreas. Era una obra enorme, para la que el régimen ya tenía consignación presupuestaria. 

El visto bueno que faltaba era el del propio Gafadi. "Ya tenemos el dinero, ahora lo haremos cuando quiera el jefe", le dijeron. Luego llegó la guerra, la muerte del dirigente y todo se truncó. El proyecto se ha quedado durmiendo el sueño de los justos, a la espera de que alguien se atreva a rescatarlo.

Uno de los edificios complementarios.

Este episodio es uno más de los que se pueden encontrar en el libro editado por el Gil-Albert, en el que se muestra "la vida y obra" del arquitecto alicantino, poniendo el acento en algunos de sus edifcios más emblemáticos como por ejemplo el Intempo, la torre residencial más alta de España y una de las más altas de Europa. 

La ciudad de Benidorm es, de hecho, protagonista casi involuntaria del libro, donde Pérez-Guerras ha diseñado cinco torres, dos de ellas entre las cinco más altas del municipio. Pero también hay un repaso por todos sus proyectos en la provincia y en lugares como Argelia u Omán, incluyendo un breve repaso al futuro de la arquitectura tras la era Covid.