Alicante es uno de los principales destinos turísticos de España. Alicante ciudad, Benidorm, Dénia, Jávea o Torrevieja, son algunos de los municipios más concurridos de la provincia. Aunque mucha gente piensa en las playas como principal atractivo turístico, lo cierto es que hay gran cantidad de actividades y lugares por visitar: castillos y fortalezas, pueblos con encanto en el interior, los mejores restaurantes o los lugares con las mejores vistas. Este artículo pretende dar algunas ideas para aquellos y aquellas que acaban de llegar, aunque también para los que residen aquí y no saben qué visitar.
Alicante medieval
Los castillos y las fortalezas construidos en la época de dominación musulmana son comunes en la provincia de Alicante. Algunas edificaciones están mejor conservadas que otras, pero sin duda todas ofrecen una gran aventura en la que grandes y pequeños podrán disfrutar y aprender historia a la vez.
La primera de ellas es el Castillo de Santa Bárbara, situado en el monte Benacantil, próximo al casco antiguo de la ciudad. En sus laderas se han encontrado restos arqueológicos de gran importancia histórica. En segundo lugar, en la cima del monte Tossal está el castillo de San Fernando, construido en la Guerra de la Independencia, es uno de los ejes principales del Ensanche de la ciudad.
Los municipios de las localidades próximas también cuentan con grandes fortalezas. Es el caso del castillo de La Atalaya en Villena, el castillo de San José en Guadalest, castillo de Banyeres de Mariola, el castillo de Petrer en el casco histórico del municipio. Además de otros como la fortaleza de Santa Pola, el Castillo de Dénia, el Castillo de Castalla o el Castillo de Sax.
Visita sus cuevas
Los amantes de la espeleología también pueden pasárselo en grande con alguna de las cuevas más misteriosas y particulares de la provincia. La Cueva de Adsubia o del Canelobre está situada en el Tossal de Llop. De su interior, destaca una sala de 600 metros cuadrados que alberga grandes conjuntos de estalagmitas y estalactitas, su gran atractivo turístico.
Las Cuevas del Canelobre, en plural, están situadas en la sierra Cabezón de Oro, en el término municipal de Busot. Los habitantes de la zona conocen el lugar como la “catedral más antigua del mundo, surgida de la naturaleza”, pues alberga una gigantesca bóveda, de 700 metros, similar a la de una catedral. En la Vall d’Ebo, una localidad con poco más de 200 habitantes, se encuentra la Cueva del Rull, una cueva con una longitud de 220 metros, y un desnivel de 19 m
La Cueva de las Calaveras está situada en la localidad alicantina de Benidoleig. La gruta destaca por sus techos altos. Fue descubierta durante una expedición espeleológica realizada en el siglo XVII, en la que se descubrieron los restos de doce personas en su interior. Por último, entre los municipios de Dénia y Jávea se encuentra la Cova Tallada, una impresionante gruta excavada al pie de los acantilados en el interior del cabo de San Antonio.
¡A comer!
Todo el mundo sabe que el plato fuerte de los alicantinos es el arroz, y para preparar un delicioso guiso es imprescindible contar con un buen caldero, donde la salmorreta (sofrito con ñora) es lo principal. Hay quien lo prefiere seco, otros meloso y alguno que otro caldoso. Da igual, en la ciudad de Alicante hay gran variedad de restaurantes y arrocerías especializadas en prepararlo.
Están los restuarantes clásicos como El Racó del Pla, el Bocaito o el Caldero, el Dársena, Casa Salvi, Casa Filo, Riquelme, Valencia Once e incluso Nou Manolín. Sin embargo, hay otros restaurantes que se han puesto de moda con el tiempo y se han popularizado a través de la puntuación de los usuario de internet. Es el caso de Quovadis, situado en la plaza Santísifa Faz o César Anca Restaurante & Barra, próximo al puerto de Alicante.
Paseo por Alicante
Más allá de los sitios más típicos de Alicante, como el puerto de Alicante, La Rambla Méndez Núñez, la concatedral de San Nicolás o el castillo de Santa Bárbara, hay otras calles de la ciudad que merece la pena admirar por su belleza. El Casco Antiguo y los barrios de San Antón, San Roque y Santa Cruz son conocidos por sus calles estrechas, sus casas de colores o las escaleras que solventan el desnivel causado por el monte Benacantil. Si caminas por estas calles céntricas, encontrarás varios locales en los que podrás parar a descansar, tomar algo o incluso cenar al aire libre.
Conoce Guadalest
El municipio, con poco más de 200 habitantes, forma parte de la comarca de la Marina Baja, y está situado a 20 kilómetros de distancia de Benidorm. Guadalest cuenta con el reconocimiento de Conjunto histórico-artístico desde 1974, y además está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Entre los lugares que merece la pena visitar está su castillo, el centro histórico, los restos de la antigua fortaleza, la prisión medieval o el pantano de Guadalest. Además, si visitas la localidad también puedes aprovechar para dormir en el segundo hotel más romático del mundo. Su nombre es 'Cases Noves', y es una auténtica pasada.
Miradores
Los miradores ofrecen unas vistas únicas de la Costa Blanca, una escapada ideal para descansar y disfrutar de la paz que ofrecen las alturas. Pero, no son recomendables para gente con vértigo. El mirador de los Cronistas en Altea ofrece las mejores vistas al mar y al puerto deportivo. Muy cerca se encuentra la Cruz de Benidorm, una gigantesca cruz de hierro que en la década de los 60 era un símbolo para ahuyentar el pecado de los benidormenses. El faro de Santa Pola, en el punto más alto del cabo de la localidad. Además de otros como el mirador de la plaza San Gregorio en Guadalest, o el mirador del cabo de San Antonio, con vistas a la bahía de Jávea y que en el pasado fue utilizado de baluarte frente a los ataques piratas.
En el interior
El interior de la provincia cuenta con localidades con encanto. Es el caso de Orihuela, la ciudad natal del poeta Miguel Hernández. En esta localidad se puede visitar la casa museo Miguel Hernández, donde el escritor y su familia vivieron durante 22 años.
Otro gran destino es Elche, a unos 20 minutos en coche de Alicante. La basílica de Santa María, el Jardín Huerto de el Cura o El Palmeral son paradas obligatorias de este destino. Por otro lado, uno de los pueblos más bonitos del interior de Alicante es Polop de la Marina, un destino estratégico para las aventuras del Cid Campeador. La Iglesia de San Pedro, el Castillo o la muralla medieval llevan a sus visitantes a otra época.
Yacimientos arqueológicos
Los restos arqueológicos ofrecen una perspectiva física y real de la forma de vivir de los antepasados. En Alicante destacan tres. En primer lugar, el Santuario del Pla de Petracos en Castell de Castells, uno de los más destacados ejemplos en toda Europa de Arte Macroesquemático. Por otro lado, el Tossal de Manises, el solar de la ciudad romana de Lucentum, la antigua Alicante. Finalmente, la Illeta dels Banyet en El Campello, uno de los yacimientos arqueológicos alicantinos conocidos y excavados desde hace más tiempo.
Playas con encanto
En Alicante, uno de los lugares de baño más populares es la playa de San Juan. El exterior de la playa está rodeado de bares y restaurantes, por lo que mucha gente aprovecha para comer allí después de darse un baño. Se podría decir que tan solo una línea imaginaria la separa de la playa de Muchavista, perteneciente al municipio de El Campello. En esta zona también hay algunas calas, pequeñas zonas de baño rocosas que suelen estar menos concurridas como la cala del Cabo de las Huertas.
Pero, sin duda, las playas más bonitas se encuentran en la comarca de La Marina Alta. Ciudades como Dénia, Jávea, Calpe o Benissa cuentan con zonas de baño espectaculares, aguas de azul celeste y unas vistas privilegiadas.