Carlos Pérez, el mosso purgado por coordinar la seguridad de Vox: "A los de Puigdemont no los cesan"
La División de Asuntos Internos de los Mossos d'Esquadra considera que hay incompatibilidad entre ambos cargos. El afectado, que operaba en Gerona, alega que se trata de "una persecución" que lo ha hundido psicológicamente.
23 mayo, 2024 02:30Carlos Pérez lleva de baja laboral desde abril de 2023. Coincide con la fecha en la que la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos d'Esquadra le mandó un carta informándole de que, durante un año y un mes, quedaba suspendido de empleo y sueldo. El argumento era que su desempeño como Coordinador del Departamento de Seguridad Nacional de Vox en Gerona, cargo orgánico del partido, era "incompatible" con su desempeño profesional en el cuerpo policial. Él alegó que lo hacía en sus ratos libres, que no cobraba ni un euro por ello y que, además, no desempeñaba ninguna actividad que fuese en contra del reglamento interno de los mossos. Sin embargo, la DAI fue implacable y lo cesó temporalmente.
"Como cargo de Vox, mi única función era la de informar a través de correos electrónicos o llamadas a los interlocutores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en este caso a los mossos, de los eventos que iba a realizar el partido", explica Pérez en exclusiva a EL ESPAÑOL. "Era un enlace. Simplemente trasladaba la información de interés policial. No ejercía ningún tipo de seguridad privada, porque el propio cargo orgánico del partido lo prohíbe. Ellos ya disponen de su propio personal exclusivo de protección. Se está haciendo un uso espurio de mi actividad".
A modo de prueba, Carlos Pérez comparte una de las cartas informativas que mandaba a los correos de las autoridades cada vez que se celebraba un acto de Vox en Gerona. "Buenas tardes, les comunicamos que el próximo sábado día 25 se montará una mesa informativa en Santa Colona de Farners de 9:00 a 13:00 de la mañana a la que asistirá...". Los correos, casi siempre del mismo formato, iban firmados con su nombre, y eso fue la excusa que utilizó Asuntos Interiores para purgarlo.
[Un mosso, suspendido de empleo y sueldo por colaborar en la seguridad de Vox en su tiempo libre]
En 2012, Carlos Pérez ya había desempeñado las mismas tareas para otro partido político, Ciudadanos, y jamás recibió queja ni ningún tipo de represalia. El afectado también se pregunta sobre lo que ha venido a llamar "el doble rasero moral de Asuntos Internos", ya que no sabe por qué él tiene abierto un expediente disciplinario y ha sido suspendido de empleo y sueldo y no los dos mossos que acompañaban a Carles Puigdemont cuando este fue detenido en Alemania en marzo de 2018. Posteriormente, ambos fueron juzgados y absueltos, pero nunca cesados.
"El argumento para no sancionarlos a ellos es que yo sí me había significado políticamente de forma pública al tener un cargo orgánico en Vox. Como si ir de escolta de Puigdemont no fuese significarse políticamente. Sin embargo, cuando se trata de los mossos del expresidente, aseguran que se desconoce lo que estaban haciendo en su tiempo libre. Es surrealista. Han interpretado todo el asunto de forma maniquea para construir un relato. Van a por mí porque pertenezco a Vox. Si fuese de cualquier otro partido, nunca habría ocurrido. Lo más gracioso de todo es que, como sigo en la formación, a mí me siguen llamando las autoridades para pedirme información cada vez que hay un acto que comunicar".
Pérez asegura que la DAI "es una sastrería que hace trajes a medida y habla de supuestos, de cosas que insultan a la inteligencia humana", en referencia a lo que él denomina "un caso falso construido contra él". El mosso de Vox purgado asegura que el jefe inspector de su comisaría de aquel momento "era hermano del jefe de la División de Asuntos Internos, un hombre que salía en sus redes sociales en carreras de atletismo posando con fotos frente a una estelada". "A los de Vox nos tratan como si fuéramos unos monstruos de la fachosfera que comen niños. Y Gerona es el feudo del independentismo. Un lugar donde no aceptan a los que podamos pensar diferente. Es fácil unir los cabos", incide.
Una de las partes del informe que más ampollas ha levantado a Pérez es la siguiente: "En consecuencia, el agente inculpado no era un mero afiliado de Vox o asistente al mitin, sino que ejercía las funciones de coordinador de seguridad para dicho partido, no sólo realizando comunicaciones escritas a miembros del CME (Cuerpo de Mossos d'Esquadra), sino también sobre el terreno, en dichos actos políticos, realizados en lugares públicos, que tuvieron lugar en la provincia de Girona, de forma que su misión como coordinador de seguridad del partido Vox ha sido la de garantizar la seguridad de dichos actos políticos y de sus asistentes, entre los cuales están los dirigentes políticos".
Un acto que suponía un "conflicto de intereses" en caso de que se produjese un incidente. "Como, por ejemplo, que se produzcan actos espontáneos que alteren el orden público o actos organizados por grupos contrarios a Vox, encontrándose en la disyuntiva de tener que escoger ejercer sus funciones como agente de los Mossos d’Esquadra y velar por la seguridad pública... o como coordinador de seguridad que defiende los intereses de un partido político".
Sin embargo, Carlos Pérez lo niega taxativamente y limita su actuación a su gestión administrativa. "Durante la campaña de 2021, para darle sentido al plato que estaban cocinando, recogen un vídeo de YouTube de la campaña política en el que yo asistía al principal acto de campaña. Vino Abascal. Yo estaba con mi mujer y mi madre paseando. Pero extrajeron a modo de prueba un fotograma de ese vídeo, que está en YouTube, y lo colocaron en el expediente diciendo que se me ve en una 'actitud vigilante'. Hombre, llevo 30 años de policía, lo de 'ser vigilante' viene de oficio, pero yo no estaba haciendo nada más que disfrutar del evento".
La incompatibilidad de funciones
En el expediente disciplinario de Carlos Pérez, 56/21-ED, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se especifica en todo momento que la causa de la sanción proviene de un "comportamiento irregular" que está "relacionado con las tareas de seguridad privada que realizaba para una formación política de ámbito estatal", en este caso Vox. "No hay duda de que las tareas que desarrolla el agente inculpado son del ámbito de la seguridad, como se ha acreditado en el transcurso del expediente, aunque no conlleven ninguna labor policial, ni realice tareas de escolta o de protección de personas", reconoce el texto más adelante.
En el informe se cita el artículo 68.1 de la Ley 10/1994, de 11 de julio, de la Policia de la Generalitat-Mossos d'Esquadra, que literalmente establece como motivo de sanción muy grave "el incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades, si da lugar a una situación de incompatibilidad". Entre ellas se encuentra cualquier tipo de actividad vinculada con el sector de la seguridad (aunque no entra en más detalles y tal supuesto está sujeto a interpretaciones).
El desempeño diario de Carlos Pérez no implicaba ni ser escolta ni operar como guardia de seguridad en los eventos de Vox. Es más, el propio partido impide en su protocolo interno que los cargos orgánicos ejerzan funciones de seguridad privada, bajo pena de expulsión. Sin embargo, el mero hecho de estar vinculado a tal ámbito fue suficiente para que el Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña recomendase su sanción de un año y un mes, la mínima 'pena' dentro de las sanciones muy graves, que pueden ser de hasta seis años.
"Los mossos podemos pedir a la administración la compatibilidad de funciones", explica el responsable de comunicación de los Mossos d'Esquadra, el inspector Carles Vallès. "Si yo quiero ser jardinero, escritor o lo que sea además de mosso porque mi horario me lo permite, tengo que solicitar la compatibilidad. Entonces, la administración me da un certificado para poder desarrollar esa tarea, siempre que no interfiera en mi actividad principal. En su caso [el de Carlos Pérez], si la hubiese pedido, seguramente se le habría denegado, no por ser de Vox, sino porque hay excepciones a esta compatibilidad, y la suya probablemente lo era".
[La ‘rebelión’ del OCON-Sur contra Marlaska: el 95% respaldó al polémico comandante Oliva]
Cuando un mosso pide la compatibilidad para realizar una actividad, la petición la gestiona la Subdirección General de Recursos Humanos, que está integrada en el propio organigrama policial. "Son ellos quienes deciden si una actividad que ha pedido un mosso o una mossa se puede realizar o no", argumenta Vallès, quien incide en que Pérez no tenía tal autorización. "[Pérez] lo que hace es trabajar como responsable de seguridad de Vox. Lo dice él mismo en las llamadas y en los correos, que se vincula a sí mismo a ese partido y hace las tareas propias de ese cargo, que puede ser voluntario, nadie lo discute, pero lo que al final valora Asuntos Internos es que de forma pública se define como tal, independientemente de si cobra o no por ello".
Sobre los escoltas de Puigdemont que fueron detenidos en Alemania junto al expresidente de le Generalitat, el inspector argumenta que sus casos fueron llevados por el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional y, tras el procedimiento correspondiente, fueron absueltos. "Hubo dos más que aparentemente hicieron actividades de seguridad o de escolta, pero no se pudo acreditar. Se trata de hechos que ocurrieron fuera de Cataluña, con lo cual la capacidad de perseguir infracciones administrativas disciplinarias es más reducida". Y añade: "A aquellos mossos técnicamente sí que se les abrió un expediente disciplinario. Terminaron en vía judicial y esta quedó archivada. Tales sentencias dicen que un mosso fuera de servicio puede hacer lo que quiera, siempre no caiga en esa incompatibilidad".
A juicio en diciembre
Antes de que pudiera ejecutarse su suspensión, el díscolo agente purgado, que hoy alude a una "persecución ideológica brutal" por pertenecer a la formación que dirige Santiago Abascal, decidió pedirse la baja. "Me comunicaron la sanción el 12 de abril del año pasado. No pude más con la presión y la pedí. En cuanto me den el alta tendré que empezar a cumplir la sanción", asegura Pérez.
Su única esperanza, asegura, es que ha llevado el caso a los tribunales. El 12 de diciembre se celebrará un contencioso en Barcelona en el que se decidirá si Carlos Pérez es merecedor, o no, de esa sanción. "Confío en la justicia, porque no he cometido ninguna irregularidad y puedo demostrarlo. Sólo hace falta ver el expediente disciplinario que me abrieron. Lo tengo a disposición de quien quiera leerlo".