Quién es Antonio Grimal, el 'rey del simpa': más de 60 estafas y una agresión sexual a una Policía
Este conocido delincuente español acaba de ser condenado a un año de prisión por tocar el pecho de una funcionaria policial cuando estaba siendo trasladado a los calabozos después de uno de sus habituales arrestos.
24 enero, 2024 15:57El 'rey del simpa' ha vuelto. Sí, otra vez se ha producido el regreso de uno de los delincuentes más famosos de España en los últimos años. Sin embargo, en esta ocasión no ha sido por una de sus habituales estafas, sino porque la Audiencia Providencial le ha impuesto una condena de un año de prisión por una agresión sexual.
Esta se produjo cuando Antonio Miguel Grimal, su verdadero nombre, le tocó un pecho a una funcionaria de la Policía Nacional, su última fechoría hasta la fecha en una lista que supera los 60 delitos desde el año 2016. Estos hechos tuvieron lugar mientras el 'rey del simpa' era trasladado a los calabozos de la comisaría del Actur tras haberle tomado declaración.
En aquel momento, el 'rey del simpa' había sido detenido por llevar a cabo uno de sus habituales 'robos'. Se había marchado sin pagar una cuenta, cuestión que le ha convertido en famoso en todo el país. Siempre respetando su 'modus operandi', tranquilo y sosegado, ha ido acumulando delitos en los últimos años así como pasos por diferentes comisarias hasta enfrentarse ahora al mayor problema de su extenso historial delictivo.
¿Quién es Antonio Grimal, el 'rey del simpa'?
Antonio Miguel Grimal Marco, delincuente semi profesional de 48 años, se ha hecho famoso en España por emplear siempre una misma técnica, la de acudir a bares y restaurantes para consumir lo que se le antoja, pero después no pagar la cuenta. Una tendencia que ha venido repitiendo en los últimos siete años y que tuvo uno de sus últimos casos más sonados el pasado mes de agosto. Además, siempre tiene la misma actitud cuando encara una situación de este tipo.
No se emplea de un modo violento, sino que pide su menú y tras rematar un buen festín le hace saber al camarero que no está dispuesto a abonar sus consumiciones. Y cuando los empleados del local en el que se encuentra deciden llamar a la Policía, este se manifiesta con la misma actitud tranquila mientras las autoridades le detienen.
Aunque nació en Barcelona en el año 1975, reside en Zaragoza, donde ha llevado a cabo la mayoría de sus estafas. Algunas de ellas realizadas solo unos minutos después de salir de la cárcel tras un arresto previo. Como si fuera una tendencia enfermiza que no puede frenar. La mayoría de los hosteleros de su zona ya le conocen y por ello le han impedido sistemáticamente la entrada a sus locales. Y también conocen que como no tiene bienes a su nombre, no le pueden embargar nada, lo que termina provocando que entre y salga de prisión con total asiduidad.
A través de esta técnica ha acumulado más de 60 estafas leves, siempre de cantidades menores de 400 euros, por las que ha sido detenido en varias ocasiones en los últimos años. Sin embargo, el 2 de abril del año 2022 algo cambió. Aquella fechoría no fue una más en su historial. Fue una agresión sexual por la que ahora se le ha impuesto una pena de un año de prisión.
Antonio ni siquiera se presentó a su juicio, celebrado a comienzos del mes de enero. Quien sí estuvo allí fue su víctima, que compareció ante el tribunal de la Sección Primera. Ella declaró que Grimal le realizó varios guiños durante el interrogatorio y que por eso empezó a sentirse incómoda. Sin embargo, en las grabaciones que se aportaron como pruebas, los magistrados no pudieron considerar como probadas esas circunstancias.
En el momento en el que se produjo el encuentro entre ambos, ella le acusó de haberle tocado el pecho mientras que Antonio asegura que el gesto fue para recriminar que no llevaba su distintivo en el polo de su uniforme. "El tocamiento fue claramente voluntario y lesionó el derecho de la víctima a la autonomía personal proyectada sobre la dimensión sexual del propio cuerpo". Así lo indicaba la sentencia.
Este ha sido el caso más grave al que ha tenido que hacer frente el 'rey del simpa', quien acostumbraba a intentar estafar a todos los establecimientos a los que acudía, y que ahora ha sido condenado a un año de prisión por la Audiencia. Además, tendrá que indemnizar a la víctima con 300 euros por daños morales y pagar las costas del juicio, incluidas las de la acusación particular.