Casa Cuenca, en A Coruña, regresa renovado tras pasar por su primera reforma en medio siglo

El cierre de Casa Cuenca en la calle Marqués de Pontejos dejó a muchos vecinos de A Coruña desolados. Hace más de tres meses, el histórico ultramarinos de la ciudad herculina cerraba sus puertas después de casi un siglo de trayectoria. Pero todo ello con un único objetivo, darle un lavado de cara a un negocio que desde 1973 no había cambiado en nada su estética.

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Este miércoles, los vecinos de la zona que paseaban por la calle se toparon de nuevo con las puertas abiertas de su ultramarinos favorito. Un poco asustados, entraron al local para comprobar que seguía siendo el mismo. Y así era. Detrás del mostrador les esperaban los dependientes de siempre y Kenia, la gerente que tomó el relevo del negocio hace tres años, junto con el dueño.

Muchos se pasaron a darles la enhorabuena, a decirles lo bonito que había quedado el negocio y a comprobar que la selección de productos gourmet seguía siendo la misma. Su especialidad, el bacalao salado, se mantenía como el gran protagonista del escaparate, así como los embutidos colgados del techo y las estanterías plagadas de vino, chocolate, conservas, y demás. 

Con la reforma desaparecieron los carteles de papel que señalaban el precio de los productos y se sustituyeron por pizarras. Aprovecharon el espacio del local para hacerlo más visual para el cliente. Con ello, Casa Cuenca regresa renovado, sin perder su esencia de ultramarinos, adaptándose a los tiempos de ahora. 

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"El producto es el mismo, pero a mayores añadimos aquello que nos van sugiriendo los clientes", señala Kenia. Por el momento no han abierto de forma oficial: estos días son de prueba. El viernes y el sábado se vestirán de gala para hacer la inauguración. "Un momento en el que poder brindar con los clientes de toda la vida", concluye.