Una fotografía compartida por la organización israelí Breaking the Silence.

Una fotografía compartida por la organización israelí Breaking the Silence. BTS

Oriente Próximo

Varios detenidos y un soldado israelí aseguran que las FDI utilizaron a civiles como escudos humanos en Gaza

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La organización israelí "Breaking the silence", compuesta por veteranos de las FDI desde los tiempos de la Segunda Intifada, denunció este jueves el uso de civiles gazatíes como escudos humanos en diversas operaciones contra Hamás.

Dicha ONG aportó el testimonio de un soldado israelí en Gaza y de varios detenidos que habrían pasado por la experiencia. La práctica, conocida como "Protocolo Mosquito", consistía en utilizar como avanzadilla a un grupo de locales para proteger a las unidades militares en sus asaltos.

De esta manera, el ejército israelí podía avanzar con mayor seguridad en determinados entornos urbanos, túneles y edificios. "Si nos habían tendido una trampa o había alguna bomba preparada, les estallaba a ellos y no a nosotros".

Estas actividades se venían rumoreando desde casi el principio de la guerra, pero las FDI siempre las habían negado, dejando claro que su propio reglamento las prohibía al ir contra la legalidad internacional.

En esta ocasión, "Breaking the Silence" aporta a los testimonios una serie de fotografías que ilustrarían el comportamiento denunciado. En estas fotografías, se observa a palestinos con los ojos vendados o entre ruinas, abriendo el camino a las fuerzas israelíes.

Según apunta la cadena estadounidense CNN, que ha encargado su propia investigación al respecto, todos los detenidos con los que pudo hablar habrían sido puestos en libertad después de hacer de escudos humanos. De esto se infiere que no tenían relación con Hamás ni se les acusaba de nada en concreto.

Austin siembra dudas sobre el ataque a un hospital

Los abusos de Israel contra la población civil ha sido un motivo de denuncia constante por parte de la comunidad internacional, incluyendo el Tribunal Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia.

Estados Unidos amenazó hace un par de semanas con cortar la ayuda militar si el gobierno de Netanyahu no se comprometía a solucionar la situación de catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza. No es la primera vez que lo hace: de hecho, coincidiendo con la entrada en Rafah, el presidente Biden en primera persona llegó a detener el envío de determinado tipo de bombas que podían utilizarse contra civiles.

La batalla entre ambas administraciones al respecto es dura e incluye altas dosis de hipocresía e impotencia. Por mucho que insista EEUU en denunciar los excesos de Israel no solo no es capaz de detenerlos, sino que sigue enviando generosas partidas de armamento a su máximo aliado.

El último desencuentro tuvo lugar este jueves, cuando el Secretario de Defensa, Lloyd Austin III, de visita desde principios de semana por la región, puso en duda la versión israelí del ataque a un hospital a las afueras de Beirut.

Las FDI justificaron el bombardeo aduciendo que bajo el hospital se ocultaba un centro de mando de Hezbolá en el que habrían amontonado millones de dólares en billetes. Es la justificación habitual cuando Israel ataca un hospital o una escuela y rara vez se apoya en pruebas concluyentes.

En este caso, Austin afirmó no haber visto evidencia alguna de dicho centro de mando, una declaración bastante significativa, pues podría haber eludido el tema o haber sido más diplomático en la respuesta.

Mientras tanto, el Secretario de Estado, Antony Blinken, ha viajado a Doha, donde pretende continuar las negociaciones para un alto el fuego y el consiguiente intercambio de rehenes por prisioneros palestinos.

A la cita acudirán representantes egipcios e israelíes, destacando la presencia del jefe del Mossad, David Barnea… pero no habrá delegación alguna de Hamás, que, pese a la muerte reciente de Yahya Sinwar sigue exigiendo la retirada del ejército israelí de Gaza como condición previa a cualquier diálogo.

Macron, con Líbano ante la "barbarie" israelí 

También Francia, en boca de su presidente, Emmanuel Macron, quiso amonestar a Israel por su política de bombardeos masivos sobre Gaza y, especialmente, Líbano. Al tratarse de un antiguo protectorado francés y tener su idioma como uno de los habituales, en París quieren ser parte activa de cualquier acuerdo. De entrada, Macron anunció este jueves el envío de varios millones de euros para fortalecer al gobierno interino de Beirut y se ofreció a ayudar a reclutar más hombres para el frágil ejército nacional, incapaz de plantar cara a las milicias de Hezbolá.

El mensaje de Macron a Netanyahu fue contundente: “Se habla mucho de la necesidad de la civilización, incluso de la necesidad de defender la civilización… pero no estoy seguro de que eso se pueda hacer mediante la barbarie”, dijo el presidente francés en alusión a los recientes bombardeos sobre objetivos civiles. Hay que recordar que Macron ya propuso recientemente parar los envíos de armas a Israel, posición en la que no encontró el apoyo de la mayoría de los líderes occidentales.