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    Los jugadores y los jueces, de vuelta al 'túnel' del frontón

    Tras el partido, a los vestuarios. Jugadores y árbitros abandonan la cancha y se dirigen al túnel de la salida, que es el mismo por el que se entraba y salía del frontón hace más de un siglo. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Cuatrocientos espectadores para ver la la vuelta de los juegos al 'Vaticano de la pelota' de Madrid

    La pelota vasca era uno de los deportes más populares en la España del siglo XX. Hoy, decenas de personas -entre ellas, muchas con orígenes del País Vasco- han vuelto a presenciar este juego que goza de gran popularidad en Euskadi y Navarra. El partido de exhibición lo han jugado los pelotaris gipuzkoanos Iñaki Lizaso, Julen Urruzola, Iker Urmeneta y Arkaitz Esnaola. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Zagueros y delanteros

    En apenas unos segundos, los zagueros, desde atrás, cambian de posición para el ataque y defensa, mientras los delanteros -que son los más próximos a la pared- intentan recibir los rebotes más cercanos. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Desde el 'gallinero' del Beti Jai

    Desde las gradas del frontón madrileño, se aprecian unas vistas privilegiadas del juego. Pero hoy solo son accesibles durante los días que las instalaciones permanecen abiertas como centro de interpretación: de martes, a domingo. Antíguamente, a las partes superiores de las gradas, se les conocía como gallineros: donde se mezclaba la plebe -por ser la parte más económica- y donde no había unas vistas tan privilegiadas como en las plateas. Pero desde luego, eso no ocurre con las zonas altas del Beti Jai. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    La pelota vasca en Madrid, en modo analógico total

    Ni marcadores electrónicos, ni cronómetros a pie de campo... El juego de la pelota ha vuelto a este frontón de la forma más tradicional, como ha sido toda la vida. Hasta con un encargado de llevar el marcador y las actas. Otro punto para el equipo local: empate. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Unos tacos muy diferentes

    El pelotari Julen Urruzola prepara sus tacos antes del partido, pero no sin antes haber calentado las manos un buen rato. Estos tacos sirven para que los jugadores puedan golpear mejor a la bola, esta amortigue mejor y pueda evitarse el dolor. En este caso, las protecciones de Urruzola son de esparadrapo y unas espumas técnicas. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    La cesta, siempre en manos de los jueces

    Los árbitros de este juego, los jueces, son los encargados de guardar las pelotas y pasárselas a los jugadores siempre que sea necesario. Como en el tenis, los pelotaris comprueban que el juego es posible con esa bola. Las pelotas, forradas con cuero o goma maciza y con un núcleo de caucho y lana, dejan un sonido espectacular cada vez que son golpeadas contra la pared. Fotografía realizada con Leica SL3. 

    Jose Verdugo
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    Si parpadeas, pierdes

    Jovenes y mayores han disfrutado de una jornada de exhibición única desde hace mucho tiempo en Madrid. Antes de la pelota vasca, ha sido el turno de otro popular juego en décadas pasadas que a día de hoy sigue practicándose mucho: el frontenis. Dos parejas se han enfrentado, raqueta en mano, al mejor de tres sets. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Punto para el equipo rojo; punto para el equipo azul

    Aquí también se han enfrentado rojos contra azules, con toda la deportividad del mundo. Mientras, el juez principal, sostiene en su mano los contadores para los puntos. Al igual que el marcador que maneja su asistente, este particular conteo se hace de forma analógica. Manteniendo las costumbres. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Un ritual

    Todos los deportes tienen sus particulares rituales. Los más antiguos y también los más nuevos. Con el juego de pelota no podía ser diferente. El partido se inicia con un riguroso paseillo desde fuera de la cancha hasta su mitad. Pelotaris y jueces saludan a los aficionados y el juez principal, en este caso Julio Fuentes, procede al sorteo del saque lanzando al aire una moneda. Que comience el juego. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    El Beti Jai, un frontón urbano entre el 'maremagnum' de calles y edificios del centro de Madrid

    Como si de un edificio más se tratara, el frontón tiene un obligado encaje urbano. En uno de los extremos de la calle Marqués de Riscal, en el barrio de Chamberí, se sitúa la puerta que da acceso a las instalaciones del frontón. Todo alrededor de este lugar ha cambiado desde aquel año 1894 en que quedó inaugurado. Fotografía realizada por Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Testigos del regreso

    Decenas de personas han sido testigos del regreso de los juegos de pelota a este lugar. Había colas para entrar este fin de semana y era necesaria una reserva para poder vivir en primera persona las exhibiciones de frontenis y pelota de mano. Fotografía realizada con Leica SL3.

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    Una ikurriña en el gerriko

    Se llama gerriko a la pequeña faja que los pelotaris ajustan en torno a su cintura. Es muy habitual que estos particulares cinturones de tela lleven bordado una ikurriña, el escudo navarro o sencillamente el escudo del club. Fotografía realizada con Leica SL3. 

    Jose Verdugo
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    Que conste en acta

    La Federación Madrileña de Pelota también apunta los tantos de la forma más tradicional a la par que habitual en este tipo de competiciones. Foto realizada con Leica SL3.

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    Una 'joya arquitectónica' recuperada también por la insistencia de la plataforma 'Salvemos el Beti Jai'

    Estas instalaciones que hoy vuelven a estar abiertas han sido restauradas durante los últimos años por el Ayuntamiento de Madrid. La voz de alarma ante la degradación que sufría el fronton hace apenas unos años, la pusieron desde la Plataforma 'Salvemos el Beti Jai'. Hoy, muchos vecinos y participantes de la plataforma, han podido volver a disfrutar de este lugar tan icónico. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    El 'Vaticano' que antes fue taller de coches y refugio de okupas

    Esta "institución sagrada" que se decía en el periódico El Liberal en 1893, apenas unos meses antes de la inauguración del Beti Jai, no subsistió incólume al paso de los tiempos. El frontón echó el cierre hace exactamente 105 años y en las siguientes décadas se ha utilizado tanto como Centro de Ensayos de Aeronáutica, así como de concesionario, garaje y taller mecánico, pasando por fábricas de diversa índole y viviendas. También fue refugio de okupas allá por comienzos de los 2000. Ahora, ha vuelto a abrir sus puertas tras ser rehabilitado en su totalidad y reacondicionado por el Ayuntamiento de Madrid. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Un deporte de mucho tacto y golpes, con las manos, de 100 km/h

    El pelotari Iker Urmeneta enseña sus manos, totalmente protegidas, por sus tacos. Son su herramienta de trabajo y, seguramente, uno de sus bienes más preciados, con los que consigue golpear la pelota a velocidades que pueden superar los 100 kilómetros por hora. 

    Jose Verdugo
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    Cambiar la chapa en el frontis para cada modalidad

    El frontenis y la pelota de mano, aunque se jueguen en la misma cancha, tienen unas reglas un tanto diferentes. La chapa cambia su altura entre una modalidad y la otra en la pared de rebote. El sonido de la pelota al impactar en el aluminio es una de las cosas por la que más se reconoce a este juego. Fotografía realizada con Leica SL3.

    Jose Verdugo
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    Final del partido

    Punto y final. En el enfrentamiento amistoso y de exhibición entre Iñaki Lizaso y Julen Urruzola contra Iker Urmeneta y Arkaitz Esnaola, han acabado ganando los primeros con un resultado de 22 a 20. La pelota ha vuelto a rodar, volar, chocar y sonar en este lugar público que es de nuevo transitado y disfrutado por muchas personas. Fotografía realizada con Leica SL3. 

    Jose Verdugo