Fachada de la sede de Grifols en Coslada (Madrid).

Fachada de la sede de Grifols en Coslada (Madrid). Ricardo Rubio Europa Press

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El 'annus horribilis' de Grifols: del ataque de Gotham a la posible opa de exclusión

La familia y Brookfield proponen una solución drástica a las turbulencias de la compañía en el mercado: comprarla y retirarla de la bolsa.

9 julio, 2024 02:21
Mercedes Rivera Laura Piedehierro

Está siendo un año intenso para la compañía española Grifols. Un annus horribilis, más bien. La empresa de hemoderivados arrancó 2024 con el ataque de Gotham City Research. El fondo bajista la acusó de manipular sus cuentas y consideró que sus acciones valían cero. Ahora, la familia fundadora y el fondo canadiense Brookfield exploran una opa de exclusión.

Fue el pasado 9 de enero cuando Gotham publicó el informe Grifols SA: Scranton y las deudas no reveladas, en el que indicaba que Grifols estaría notificando un apalancamiento de seis veces su ebitda, pero este sería de entre 10 y 13 veces. En el caso de Scranton Enterprises (accionista de la compañía a quien también señala), el apalancamiento se multiplicaría por 27. La compañía catalana sufría entonces la peor sesión bursátil de su historia al caer un 26%

El texto indicaba que tanto Grifols como Scranton -un vehículo de la familia Grifols que posee el 8,4% de la farmacéutica- estarían engañando sobre sus estados financieros. "Si nuestra estimación del verdadero apalancamiento de Grifols fuera correcta, afrontaría unos costes de financiación notablemente mayores", advertía el documento. 

Unas afirmaciones que desde la compañía de hemoderivados negaron. De hecho, unos días después, presentó ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York de los Estados Unidos una demanda contra Gotham City Research y contra el director y fundador del fondo, Daniel Yu. Solicitó el resarcimiento por los daños financieros y reputacionales causados a raíz del informe difundido por el fondo bajista.

Y, mientras tanto, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) inició una investigación sobre diversos aspectos de la contabilidad de Grifols, así como los vínculos de la compañía con la sociedad Scranton.

Fachada de la sede de la CNMV.

Fachada de la sede de la CNMV. Europa Press

Se acumulaban los problemas para Grifols cuando apareció de nuevo Gotham. Un segundo informe, publicado el 20 de febrero, en el que el fondo bajista realizó una serie de preguntas que consideró que la farmacéutica catalana no había resuelto.

Sin embargo, este ataque tuvo un impacto mucho menor que el primero: las acciones de la compañía sólo cayeron un 0,36%. 

Unas cuentas sin auditar 

Los ataques de Gotham, la investigación de la CNMV... y el 29 de febrero llegaron las cuentas de la compañía del ejercicio 2023 sin auditar. Grifols perdió 2.600 millones en bolsa en un día por este motivo. Así, su valor en el mercado se situó por debajo de los 5.000 millones de euros. A cierre de 2023 valía casi 10.000 millones. A pesar de ello, KPMG daba luz verde a sus resultados unos días más tarde.

Pero las aguas no terminaron de calmarse cuando, el 6 de marzo, Grifols recibía un nuevo golpe de Gotham. El tercer ataque del fondo bajista, acusando a la farmacéutica de prestar fondos a una entidad propiedad de Scranton obteniendo menos intereses. "Los accionistas están siendo engañados", dijo en un nuevo informe. 

Una de las pocas fotos públicas de quien se cree que es Daniel Yu.

Una de las pocas fotos públicas de quien se cree que es Daniel Yu. Reuters

El 21 de marzo, la CNMV hizo públicas sus conclusiones sobre la investigación de Grifols que puso en marcha tras las acusaciones de Gotham City Research. En esas conclusiones, el regulador del mercado español pidió a la compañía de hemoderivados que reexpresase parte de sus cuentas de 2022 y 2023. 

"Como conclusión general, en las investigaciones realizadas no se han identificado errores significativos en las magnitudes cuantitativas de los estados financieros principales del periodo analizado", indicó la CNMV.

Nacho Abia, consejero delegado de Grifols.

Nacho Abia, consejero delegado de Grifols. Olympus

En mitad de la crisis, Grifols nombró un nuevo consejero delegado que tomó posesión de su cargo el 1 de abril de este año. Nacho Abia llegaba a la compañía coincidiendo con el fin de la etapa ejecutiva de la familia Grifols dentro de su consejo de administración.

Ya con Abia a los mandos de la farmacéutica, Gotham lanzaba su cuarto ataque. Era el segundo capítulo del informe publicado en marzo. En este nuevo documento, Gotham afirmó que BPC Plasma, sociedad controlada por la compañía catalana, prestó "a lo largo de los años" fondos que "recibió de un tercero, muy probablemente Grifols", al family office Scranton.

Unos ataques que, al menos, no torpedearon la venta del 20% de su filial china Shanghai RAAS por 1.800 millones. La operación se cerró el pasado 18 de junio y con la cantidad recibida Grifols reducirá su deuda. 

Una buena noticia cuya celebración duró poco. El 26 de junio Moody's rebajó la calificación crediticia de Grifols de B3 a B2 por el apalancamiento y la gobernanza. Las acciones de la farmacéutica se vieron resentidas al caer hasta un 13%.  

Posible opa de exclusión

El primer semestre de 2024 no ha sido el mejor de la historia de Grifols. Y el segundo ha comenzado con las aguas también revueltas. Este lunes se conocía que la familia Grifols y el fondo canadiense Brookfield están estudiando lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por el 100% de la compañía de hemoderivados.

Si la operación tuviera éxito, supondría la exclusión de bolsa de la farmacéutica catalana, cuya capitalización bursátil se ha reducido un 39% desde que comenzó el ejercicio. La posibilidad de dejar de cotizar no ha sentado mal a la compañía en el mercado, ya que sus acciones cerraron la sesión del lunes elevándose un 9,7%, hasta los 9,862 euros.

En opinión de los analistas de XTB, Grifols "se encuentra en un momento crítico". "Tras un año turbulento marcado por acusaciones de fraude y un desplome en el precio de las acciones, la familia fundadora y el fondo de inversión Brookfield han propuesto una solución drástica: comprar la compañía y retirarla de la bolsa", explican.

De concretarse, la opa de exclusión, "tendría un impacto significativo en Grifols". "Los inversores públicos ya no podrían comprar y vender acciones de la empresa, lo que podría afectar a su liquidez y valoración. La familia fundadora y Brookfield, por su parte, aumentarían su control sobre la empresa, permitiéndoles tomar decisiones a largo plazo sin la presión inmediata del mercado", advierten.

“Si sacan a la compañía de bolsa tendrán cuatro o cinco años para desarrollar su plan estratégico y que con eso se cree valor”, apuntan fuentes del mercado consultadas por EL ESPAÑOL–Invertia. Debido a la caída en bolsa, “es normal que alguien oportunista venga y lance una opa”, subrayan.

De esta forma, consideran que la opa podría ser positiva para Grifols al entender que podría ayudar a reducir sus niveles de deuda, uno de los puntos clave de los informes de Gotham, de la investigación posterior de la CNMV y de las consecuentes caídas en bolsa. Sin embargo, advierten de que no sería beneficiosa para los accionistas que con anterioridad a todo lo ocurrido este ejercicio estaban invertidos en la farmacéutica.

“La decisión final sobre la opa dependerá de diversos factores, incluyendo la evaluación en curso de la empresa y las condiciones del mercado. La reacción inicial de los inversores ha sido cautelosa, con algunos preocupados por la valoración de la oferta y otros viéndola como una oportunidad para salir de una inversión problemática”, indican desde XTB.

A falta de conocer más detalles sobre la posible operación, el mercado especula con cuál será el precio que recogerá la oferta. “Si lanzas una opa por debajo del precio de cotización sería muy difícil atraer a los accionistas y daría la imagen de que la empresa podría quebrar”, advierten otras fuentes del mercado. 

En ese mismo sentido, los analistas del bróker advierten de que “el precio debe ser superior al de mercado”. Consideran que “el éxito de la operación dependerá de las condiciones de la oferta”.

Asimismo, subrayan que Grifols “es una compañía que sigue muy penalizada por su situación financiera, tiene un elevado endeudamiento y dificultades para obtener flujos de caja positivos”.

Además, añaden que “durante las últimas semanas ha quedado de manifiesto la pérdida de credibilidad por parte de los inversores, ya que las emisiones de deuda para cubrir los vencimientos del próximo año han sido a unos tipos de interés muy por encima del mercado”.