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Fondos de inversión

Los 'hedge funds' anticipan una nueva etapa dorada para el sector por el frenazo de los 'siete magníficos'

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Los hedge funds vivieron sus años dorados entre 1990 y 2009, cuando las fuerzas fundamentales mandaban en el mercado. Pero llegó Madoff y echó por tierra el sector. Entre 2010 y 2019, época de la globalización y expansión cuantitativa o monetaria postcrisis, estos vehículos sufrieron una auténtica pesadilla.

De 2020 a 2024, con la globalización retrayéndose y con un mercado más normalizado en cuanto a tipos de interés, los hedge funds han regresado a las conversaciones de los inversores, que los están volviendo a mirar con curiosidad. Pero es en 2025 y 2026 cuando los hedge funds podrían resurgir y vivir una segunda juventud.

Varios de ellos han estado esta semana en Madrid de la mano de Union Bancaire Privée (UBP), uno de los bancos más avanzados a la hora de introducir activos alternativos en las carteras de sus clientes. Según sus responsables, los dos próximos años serán clave para el sector por el presumible frenazo de los siete magníficos. Hablamos de Alphabet (Google), Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia y Tesla.

El crecimiento de las ganancias anuales de los siete gigantes tecnológicos o digitales de Wall Street disminuirá en relación a las otras 493 compañías del S&P 500. Y en un mercado más disperso y no tan inducido por ellos, donde la selección de valores volverá a cobrar relevancia para apostar por los buenos y descartar -o jugar en corto- los malos, los hedge funds tienen muchas oportunidades de destacar al alza.

Venimos de un 2023 donde el crecimiento de las ganancias anuales de los siete magníficos fue del 35%, frente a un decrecimiento del 4% en el resto del selectivo americano. La previsión de UBP para este año es que sea un 29%, por un paupérrimo 2% de las 493 mayores cotizadas estadounidenses. Pero las tornas se cambiarán a partir del próximo ejercicio.

El banco suizo calcula crecimientos parejos del 19% y el 13% para 2025, y del 14% y el 10% para 2026. A río revuelto, ganancia de los hedge funds.

“Agregar hedge funds a una cartera favorece la diversificación y un mejor binomio rentabilidad-riesgo”, defiende Fredrik Langenskiöld, especialista sénior de inversiones de UBP Alternative Investments Solutions. Los clientes del banco privado helvético tienen, en promedio, un 10% de sus carteras invertidas en hedge funds.

El órdago de Harvard

UBP está paseando entre potenciales inversores españoles joyas de su corona como el Campbell Absolute Return (gestionado por Kevin Cole), el Brigade Credit Long/Short (Doug Pardon) o el Bain Capital Global Equity L/S Responsible (Joshua Ross). Los tres hedge funds son líquidos en formato UCITS y están registrados en Irlanda.

“En las inversiones no todo es cuestión del precio más bajo. En los hedge funds estás pagando por alfa”, es decir, por sacarle un extra de rentabilidad a la media del mercado y los grandes índices, sostiene Cole. Mientras que Ross recuerda que, a diferencia del capital riesgo, tan de moda en la actualidad, “los private equity suelen estar apalancados y los hedge funds no, o no tanto”, lo que evita las caídas en barrena.

Las grandes instituciones educativas de Estados Unidos son el referente para el resto de inversores. Por ejemplo, las universidades de Yale y Princeton, cuyos endowments administran 40.000 y 34.000 millones de dólares, respectivamente, tienen un 16% de hedge funds en cartera. Y ya un paso por delante, Harvard ha metido la sexta marcha, doblando su peso hasta el 32%.