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El oro, China o las acciones value son las posiciones más comunes a las que llegan las grandes firmas de inversión internacionales cuando se les pregunta dónde invertir la cartera en 2021. El ejercicio que viene será clave para los inversores tras un año marcado en rojo por la crisis sanitaria y económica del coronavirus.

Cuando analizan cómo está el mundo hoy día y en qué merece más la pena entrar, todos los expertos toman como punto de inicio a Estados Unidos, que acaba de elegir a Joe Biden como su próximo presidente para el periodo 2021-2024.

Ante una posible recuperación en forma de W, el Partido Demócrata podría tener que esperar hasta la investidura de Biden, que tendrá lugar el 20 de enero, para aprobar un paquete presupuestario considerable, lo cual no estará exento de dificultades si el Partido Republicano se hace con el control del Senado.

Más allá de esto (y en parte para posibilitar su financiación), “resulta probable que presenciemos una cierta subida de impuestos que afectará a aquellos que perciben unas rentas mínimas de 200.000 dólares, mientras que los gravámenes sobre las plusvalías podrían aumentar ligeramente para situarse un poco más en línea con los impuestos sobre las rentas personales de cara a no desincentivar el trabajo”, prevé Sebastien Galy, responsable de Estrategia Macroeconómica en Nordea Asset Management.

A su juicio, “ello debería contribuir a financiar un sistema de seguros médicos más amplio, la inversión en infraestructuras, la condonación de préstamos a estudiantes y un plan de 1,7 billones de dólares (al menos, en teoría) para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero antes de 2050”.

Se descuenta el inicio de un ciclo con el dólar débil que, según Didier Saint-Georges, director general y miembro del comité estratégico de inversión de Carmignac, debería ayudar a que suban los precios de las commodities, donde “el oro sería el mayor beneficiado”, y resultará en “una tasa de reflación global, donde Europa se verá menos beneficiada que los mercados emergentes, pero también se verá beneficiada”.

La gestora francesa todavía tiene una visión constructiva sobre los mercados de renta variable. Sigue prefiriendo los sectores de crecimiento, pero reconoce que poco a poco se está abriendo a las temáticas que tienen que ver con la reapertura de las economías. Además, recuerda que hay “viento de cola para las energías alternativas”.

Oro y el gigante asiático

En un documento titulado ‘Diez recomendaciones de inversión para 2021’, la suiza Lombard Odier reitera, entre otras apuestas, su confianza en el oro. “Las incertidumbres a corto plazo deberían mantener el precio del oro en el rango de 1.850 a 2.000 dólares por onza. Esto ofrece una cobertura eficiente contra la volatilidad de la renta variable”, apunta Stéphane Monier, director de Inversiones del banco privado. Añade que “la depreciación del dólar puede ayudar a la demanda física de oro, pero esperamos que la demanda financiera siga siendo el impulso al precio más fuerte”.

A pesar de la caída del dólar americano en un 12% desde marzo, la moneda sigue sobrevalorada y podría verse más debilidad en ella hasta 2021.

En vistas a más largo plazo, “en 2021 una vez que se produzca una recuperación, los tipos reales es probable que vuelvan a sus niveles normales y los inversores vuelvan a aumentar su exposición ante activos de riesgo, y probablemente el precio del oro tenderá a acercarse a nuestro objetivo a 12 meses de 1.600 dólares por onza”, asevera sobre el metal dorado.

Xi Jinping, presidente de China.

Los focos también están puestos en China. "Las tensiones entre EE.UU. y China, el movimiento hacia la desglobalización y las repercusiones de la actual pandemia del coronavirus están reduciendo el interés por China en las carteras de muchos inversores”, denuncia David Cienfuegos, director de Inversiones de Willis Towers Watson en España. Por ello, anima a escarbar en las mejoras del gigante asiático. “Las reformas de su mercado financiero no han cesado durante los últimos años, haciendo que China sea más atractiva y de más fácil acceso para los inversores globales”, apunta.

A pesar de los recientes progresos realizados por los responsables políticos del país asiático, la media de asignación institucional a China es de, aproximadamente, el 5% en las carteras enfocadas al crecimiento. En cambio, el análisis de escenarios de esta consultora sugiere que los inversores deberían acumular una asignación de hasta el 20% de este tipo de activos en sus carteras globales en los próximos diez años.

En el futuro desempeño de China, Biden tendrá mucho que ver. “El país también será uno de los primeros beneficiarios de cualquier intento por retomar las relaciones comerciales con EE.UU. bajo la presidencia de Biden”, adelanta Monier, de Lombard Odier, para quien el gigante actúa a la perfección como un contrapeso muy rentable en las carteras. “La recuperación económica de China y el hecho de que su economía esté más impulsada por el mercado interno hace que los mercados de valores del país estén cada vez menos correlacionados con los índices del resto del mundo”, en palabras del experto.

Europa y España

La noticia de una vacuna ha eliminado el peor escenario posible para la recuperación, haciendo de “las acciones cíclicas, incluyendo las pequeñas capitalizaciones, más convincentes”, según el banco privado helvético.

Esto prepara el terreno para una “recuperación parcial” de las valoraciones y beneficios de las acciones industriales, del sector de la construcción, las financieras y energéticas, así como en los mercados europeos donde estos sectores son predominantes. Implica la posible vuelta del estilo valor (o value investing) tras una década rezagado.

A pesar de su remontada, la demanda de los valores de calidad en el sector sanitario y tecnológico continuará en 2021, especialmente después de la fase inicial de recuperación, ya que sus cimientos siguen siendo fuertes, coinciden la mayoría de los expertos. “El estilo de crecimiento (o growth) volverá a marcar la diferencia”, si bien, como matiza Saint-Georges, de Carmignac, “hay más acciones growth a un precio razonable en Asia que EE.UU.”.

Laboratorios de la farmacéutica española.

En lo que respecta a España y Portugal, los analistas Virginia Pérez, Guillermo Barrio y Juan Ros, de Intermoney Valores, han seleccionado para las carteras nombres como Acciona, Euskaltel, ROVI o Faes Farma. Se trata de “valores defensivos, con potencial de revalorización atractivo, que además ofrecen cierta rentabilidad por dividendo y con negocios de mayor visibilidad en resultados en un escenario de elevada incertidumbre”. También la lusa Jerónimo Martins.

Adicionalmente, han escogido a CIE Automotive para tener exposición al ciclo “en caso de que la recuperación se produzca a un ritmo mayor de lo previsto”, dando así alas al value.

De su lado, Matthew Benkendorf, director de Inversiones de Quality Growth (una boutique de Vontobel Asset Management), señala hacia Cellnex, la mayor empresa independiente de torres de Europa. “Es líder en el segmento de la banda ancha móvil, que crece rápidamente, y es también un consolidador del mercado”, recuerda.

Subidas generalizadas

Con todo este contexto, Stefan Kreuzkamp, director de Inversiones de DWS, se aventura a hacer un pronóstico de rentabilidades para el año próximo, que será “sorprendentemente positivo para los activos de riesgo a pesar del reciente rally”.

Según sus cálculos, la renta fija subirá un 2% en promedio, mismo porcentaje que harán las divisas. Por su parte, el inmobiliario y los multiactivos se revalorizarán un 3% de media. La gran noticia llegará desde la renta variable, que se alzará un 8% en promedio, según la gestora alemana.

Las carteras diseñadas por Kreuzkamp se centrarán en bonos privados con grado de inversión y también de alto rendimiento (high yield), así como en deuda emergente dentro de la renta fija; acciones asiáticas y tecnológicas relacionadas con Internet y el clima, en renta variable, y logística de la última milla y residencial en ubicaciones de cercanía en cuanto al real estate.

Por último, Japón también tendrá un pequeño espacio en los pensamientos de Benkendorf, de la filial de Vontobel. En las últimas décadas, la renta variable nipona ha generado rendimientos mediocres, pero la rentabilidad de este año ha sido sólida.

“Si bien ha habido amplias mejoras en la productividad de las empresas, las compañías japonesas siguen a la zaga de sus pares estadounidenses y europeas, ya que el progreso es lento. Sin embargo, algunas están avanzando en la gestión empresarial, como Olympus y la cervecera Asahi”, ilustra el gestor, quien cree que “los gestores activos pueden encontrar ahora oportunidades de calidad en Japón”.

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