El BCE sacrifica el crecimiento de la zona euro a cambio de rebajar la inflación y retrasa la recuperación a 2024
La previsión del instituto emisor del euro apunta a que la economía de la región únicamente crecerá un 0,7%.
17 septiembre, 2023 02:42La reunión que el pasado jueves mantuvieron los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) fue una de las más difíciles que se recuerdan. Ninguna de las dos opciones que tenían los máximos responsables de la política monetaria de la zona euro era fácil: subir los tipos de interés de nuevo y sacrificar el crecimiento económico o mantenerlos y condenar al conjunto de los 20 a una inflación más alta durante más tiempo. El BCE ha preferido jugar la primera carta y retrasar la recuperación económica de la zona euro a 2024 a cambio de derribar la inflación de una vez por todas.
Si algo faltó en el encuentro del Consejo de Gobierno del pasado jueves fue unanimidad. La decisión se tomó únicamente por "sólida mayoría", pues los gobernadores de los bancos centrales nacionales de la zona euro, conocidos como halcones y palomas por sus preferencias a la hora de votar las decisiones de política monetaria, estaban más divididos que nunca. Por primera vez en mucho tiempo el mercado no fue capaz de anticipar con rotundidad qué decisión tomaría finalmente el BCE.
El ala dura se impuso y la decisión final fue continuar con las subidas de los tipos de interés con una nueva alza de 25 puntos básicos. Una decisión que llegó acompañada de una revisión de las proyecciones macroeconómicas del BCE, que implican una rebaja del crecimiento esperado para la zona euro en 2023, 2024 y 2025.
En concreto, el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro, que creció un 5,6% en 2021 y un 3,4% en 2022, tan sólo lo hará un 0,7% este año (frente al 0,9% anterior), un 1% el próximo (frente al 1,5% anterior) y un 1,5% en 2025 (frente al 1,6% anterior), según las estimaciones del BCE. Las tres previsiones suponen una actualización a la baja.
Por su parte la inflación, tras pasar del 2,6% de 2021 al 8,4% de 2022, se reducirá hasta el 5,6% en 2023, hasta el 3,2% en 2024 y solamente se acercará al objetivo del BCE en 2025, en el 2,1%. Las proyecciones de inflación de este año y el próximo suponen un alza, mientras que la de 2025 es una rebaja.
El BCE dibuja así un escenario de bajo crecimiento, cercano al estancamiento en el caso de este año, e inflación aún elevada, que ha hecho a su Consejo de Gobierno decantarse por endurecer aún más la política monetaria. El crecimiento futuro de los precios de la energía está detrás de estas revisiones.
Es de esperar que el BCE acierte en su diagnóstico de la economía de la zona euro y que sus decisiones de política monetaria acaben por fin con la inflación elevada, teniendo en cuenta la gran diversificación que existe entre países. Mientras en Bélgica (2,4%), España (2,4%) y Chipre (3%) se registran tasas cercanas al objetivo del BCE, Eslovaquia aún enfrenta una inflación del 9,6%, Croacia una del 8,5% y Austria una del 7,6%, de acuerdo con la estimación inicial de los datos de agosto publicada por Eurostat.
La recuperación que no llega
La media de los países del euro aún está en el 5,3%. Y cercano a ese nivel cerrará este año, de forma que "los tiempos difíciles", como dijo Christine Lagarde el jueves, "son ahora". "La recuperación que habíamos anticipado se retrasa hasta 2024", añadió la presidenta del BCE en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno.
Y es que las perspectivas para este año son prácticamente de estancamiento. Lejos queda aquella proyección de un avance del PIB superior al 2% en 2023 que el BCE emitió en junio de pasado año, justo antes de comenzar a subir los tipos.
El impacto en la economía de más de un año de endurecimiento de las condiciones de financiación y una inflación aún elevada en el conjunto de la región ha tenido su efecto y el BCE ya solamente estima un crecimiento del 0,7% para este año. Entre las dos previsiones median diez subidas de los tipos de interés, que han pasado del 0% al 4,5% en el tipo general (del -0,5% al 4% en el caso de la facilidad de depósito).
La propia Lagarde lo reconocía hace unos días. "La menor demanda de las exportaciones de la zona euro y el impacto de las estrictas condiciones financieras están frenando el crecimiento, incluso a través de una menor inversión residencial y empresarial", señaló en la rueda de prensa.
Levantar el pie del acelerador
Algo que podría llevar al BCE a levantar el pie del acelerador para evitar un mayor impacto en la economía. Por el momento, el Consejo de Gobierno ya ha dejado entrever que la del jueves podría ser la última subida de los tipos de interés en este ciclo, aunque Lagarde quiso frenar el optimismo (quizás en vista del hundimiento del euro) al apuntar que no se puede decir en estos momentos que se haya alcanzado el pico.
"Las perspectivas macroeconómicas son cada vez más sombrías", explica Wolfang Bauer, gestor del equipo de renta fija pública de M&G Investments, en cuya opinión "existe una delgada línea entre un crecimiento frágil y un aterrizaje forzoso, escenario que el BCE desearía evitar".
"No subir los tipos por ahora podría ser la mejor opción, ya que nuevos incrementos podrían empujar a algunas partes de la zona euro a una recesión", añade este experto.
El BCE juega con dificultad para mantener el equilibrio entre combatir la inflación y no llevarse por delante a la economía. De ahí que no todos los miembros del Consejo de Gobierno estuvieran de acuerdo el jueves en subir los tipos de interés una vez más.
"Vemos que aumenta el riesgo de un error de política, pero esperamos que el ciclo de relajación no comience antes del tercer trimestre de 2024", advierte Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments.
Además, es posible que el BCE tenga que volver a revisar sus proyecciones a la baja, como consideran desde MFS Investment Management.
"Lagarde señaló que los riesgos son, efectivamente, a la baja. Los indicadores de las encuestas siguen apuntando a una desaceleración y seguimos siendo conscientes de hasta qué punto se ha producido un endurecimiento de la política monetaria que todavía se está reflejando en la economía real", expone su responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados, Peter Goves.
Con todo, desde el BCE se mantienen optimistas en que "el crecimiento repuntará en 2024". "Ahora, claro, tenemos que tener éxito, necesitamos bajar la inflación y los salarios y el empleo tienen que mantenerse", agregó Lagarde.
El mercado celebra de momento ese posible fin de las subidas de los tipos de interés, aunque habrá que esperar para conocer si el BCE ha acertado en su política y no hace falta volver a incrementar el precio del dinero. De ello depende la estabilidad económica de la zona euro, así que más vale que el camino elegido sea el correcto.