Moncloa da por hecho que Junts y ERC exigirán el cupo como condición para investir a Illa
El PSOE había derivado la cuestión del cupo a la mesa con Junts y el verificador salvadoreño, y confiaba en retrasarla al final de la legislatura, pero la propuesta de Aragonès acelera la negociación.
20 marzo, 2024 02:23El president de la Generalitat y candidato de ERC en las elecciones catalanas, Pere Aragonès, se unió ayer a la reivindicación de Junts y presentó su propuesta de financiación singular para Cataluña, con un modelo como el del cupo vasco.
Si tenía alguna duda, el PSOE ya tiene la certeza de que los dos partidos independentistas comparten como una de sus principales reivindicaciones la cesión del 100% de los impuestos a Cataluña.
A día de hoy, esa reivindicación es una de las líneas rojas que aún mantiene Pedro Sánchez, tras haber cedido otras como la de la amnistía. Junto con la del referéndum o la consulta de autodeterminación, el cupo consta en el acuerdo de investidura suscrito con Junts en noviembre como discrepancia radical entre ambos partidos.
[Aragonès plantea que Cataluña recaude el 100% de los impuestos y transferir un cupo al Estado]
Ambos asuntos fueron desviados a la mesa entre PSOE y Junts, con presencia del verificador salvadoreño, Francisco Galindo, y Moncloa confiaba en ir enfriando esa negociación hasta el final de la legislatura.
A Sánchez le valía remitirse a un acuerdo para un nuevo sistema de financiación autonómico para todas las comunidades. Algo casi imposible en esta legislatura si se tiene en cuenta que la gran mayoría de las comunidades están en manos del PP.
Sin embargo, la convocatoria anticipada de elecciones catalanas para el 12 de mayo ha alterado notablemente esa previsión, tanto como que ha hecho que se sitúe ya en la agenda política inmediata lo que Sánchez quiso patear hacia adelante para encontrárselo bien entrada la legislatura.
Centro de la campaña
Fuentes del Gobierno constatan que ambos asuntos estarán en el centro de la campaña en esos comicios y temen que será la base de cualquier negociación de investidura en Cataluña.
La gran apuesta de Sánchez es que el socialista Salvador Illa pueda ganar esas elecciones por segunda vez y que en esta ocasión, además, pueda ser investido president de la Generalitat, como en su momento lo fueron los candidatos del PSC Pasqual Maragall y José Montilla. De esa forma, explican los socialistas, se vería la utilidad de la amnistía como instrumento para debilitar al independentismo y sacarle de la Presidencia.
Las encuestas indican que puede ganar de nuevo, pero en todo caso necesitará apoyo en la investidura de ERC o de Junts. Para esa difícil negociación, Moncloa da por hecho que los dos partidos pondrán como condición imprescindible para la investidura que Illa asuma exigir y negociar con el Gobierno central el sistema de cupo para Cataluña.
En ese caso, Sánchez tendría más difícil enfriar el asunto y, sobre todo, los socialistas tendrían que admitir en Cataluña un compromiso que les desgastaría enormemente en el resto de España. Por supuesto, supondría volver a saltarse una línea roja y desdecirse de sus posiciones anteriores.
El PP tendría un arma política muy eficaz en su labor de oposición y para arrinconar al PSOE en el resto de comunidades. Podría servir también para azuzar a barones y dirigentes regionales socialistas.