Fotografía bajo el mar de la Gran Barrera de Coral, Australia.

Fotografía bajo el mar de la Gran Barrera de Coral, Australia. Istock

Noticias COP 16 Biodiversidad

La COP16 se tiñe de azul: la protección de la biodiversidad en alta mar se convierte en un punto clave a debatir

Publicada

"Creemos firmemente en preservar la biodiversidad de la Tierra. Hay demasiada vida de nuestra especie y estamos destruyendo todo lo demás. Esto tiene que terminar", asegura Juan Carlos Navarro, ministro de ambiente en Panamá. Con esas palabras arranca la conferencia de Nuevas iniciativas y financiamiento para proteger la biodiversidad marina en alta mar celebrada este 28 de octubre en Cali, Colombia, en el marco de la COP16 por la Diversidad Biológica. 

En ese sentido, señala el ministro, "Panamá está en un 150% en contra de la minería en aguas profundas y también de la contaminación acústica provocada por ella". Clasifica de "inmoral" la caza de ballenas, a las que califica de "hermosas e irremplazables criaturas", y subraya la necesidad de "llamar a las cosas por su nombre": "Las asesinan. No hay justificación para ello y no necesitamos más conversación. Tenemos que ponernos manos a la obra y dejar de cazarlas". 

Motivo por el que se consideran "100% a favor de los defensores de los océanos y 100% a favor de la conservación de los recursos oceánicos". Por ello, aprovecha la ocasión para anunciar la creación de una nueva reserva marina en el territorio panameño. 

Pero para lograr los objetivos propuestos por la comunidad internacional, subraya que "debemos asegurarnos de que nuestros países hagan su trabajo para proteger esos recursos marinos de la sobrepesca, del colonialismo pesquero, de las naciones que envían sus flotas piratas para destruir nuestras pesquerías y de las naciones que idean códigos genéticos, porque la biodiversidad no tiene propietario". 

Como apunta el ministro, Panamá se ha comprometido a hacer todo lo que sea necesario para protegerlos. "Incluso dedicaremos nuestras vidas a hacerlo", añade.

Alianzas por los océanos

Con el Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales (BBNJ, por sus siglas en inglés) como principal promotor de la protección de los océanos, Max Fontaine, ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Madagascar, define de "absurdo" eso de "no firmar, no unirse y no apoyar" esta ratificación

Asegura que alcanzar el objetivo de llegar al 30% de la protección del mar para 2030 es "una cuestión de supervivencia". Por eso, pese a que "durante demasiado tiempo Madagascar ha dado la espalda al mar y a los recursos hídricos" [teniendo que enfrentar problemas nutricionales el pasado año] ahora indica que el gobierno está comprometido en "hacer todo lo posible para ayudar y apoyar a los pescadores y a la economía azul". 

Un mismo contexto en el que la directora de Planificación de la Agencia Nacional de Medio Ambiente y el ministro de Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y Transición Ecológica de Costa de Marfil indica que "los países de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) han adoptado un enfoque regional coordinado para ratificar rápidamente el tratado a fin de proteger nuestra biodiversidad, nuestros océanos y nuestros medios de vida". 

Y es que en naciones como Costa de Marfil, donde el océano se convierte en el "sustento" de la población, asegura la directora: "Somos conscientes de la importancia de proteger los océanos". Una conciencia que no para de crecer, ya que, como apunta la ministra de medio ambiente de Chile, país líder en la conservación de los océanos: "En Nueva York teníamos 10 países que lo habían ratificado y ahora tenemos 14".

Sin embargo, el objetivo es aún mayor y por ello, dice: "Esperamos que para junio del año que viene podamos tener 60 países". Porque, tal como indica el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, "cada país tiene un papel que desempeñar para alcanzar este objetivo". 

30% para 2030

Iziaq Adekunle Salako, ministro de Estado para el Medio Ambiente en Nigeria, subraya la labor de planificar "un camino para proteger al menos el 30% de los océanos del mundo para 2030". Propósito para el que indicaba que nos encontramos en un momento de actividad donde debemos implementar "acciones concretas". 

Un escenario en el que, una vez más, la unión se vuelve fundamental para lograr este objetivo: "Tenemos que apoyarnos unos a otros. Asegúrese de proteger de la manera más eficaz posible la seguridad oceánica mundial y la creación de bases de áreas marinas protegidas de alta y plena protección en alta mar". 

Motivo por el que asegura que "ahora es el momento de desarrollar propuestas sólidas para la designación de áreas marinas protegidas". Porque, tal como señala Konrad Leonard, embajador de Bélgica en Colombia, uno de los fundadores de los Líderes Azules, un grupo de países que se centran no solo en la cantidad de protección de los océanos, sino también en la calidad de esa protección: "Esta designación es esencial no solo para la comprensión y el reconocimiento de la biodiversidad marina, sino también para tomar medidas adicionales para protegerla". 

Leonard explica que actualmente "solo aproximadamente el 7% del océano está protegido", razón por la que desde Bélgica están sumergidos en "un proceso para designar varias reservas marinas". Por eso hace hincapié en la importancia del BBNJ: "No podemos permitirnos más retrasos en la entrada en vigor del acuerdo. La ratificación rápida es esencial si queremos proteger nuestro planeta". 

Financiación y sinergias

Como para tantos otros proyectos e iniciativas, la financiación cobra un papel fundamental. Motivo por el que, explica la subdirectora de la Unidad de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Recursos Naturales de la Dirección General de Recursos Naturales y Sostenibles de la Unión Europea, la UE acaba de "adoptar un programa de 40 millones que apoyará a las instituciones nacionales en la ratificación e implementación del tratado". 

Una iniciativa en la que, dice, se analizará, entre otras cuestiones, "el potencial de ciertas áreas en convertirse en AMP (Áreas Marinas Protegidas)" o que servirá para "comprender mejor la composición o el funcionamiento de los ecosistemas helados". 

Por su parte, la jefa de la división de Biodiversidad Marina, Áreas Marinas Protegidas y Acción Climática Marina del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Naturaleza, Conservación y Protección del Consumidor de Alemania explica que cuentan con "proyectos de hasta 20 millones de euros junto con los países socios, liderados por la Agencia Alemana de Desarrollo". 

Pero no son los únicos. Melissa Wright, directora de la Iniciativa Oceánica de Bloomberg Philanthropies, un equipo que ha estado trabajando para salvaguardar los océanos del mundo mediante la promoción de la conservación marina, la protección de los árboles resilientes y la reducción de la práctica de la sobrepesca dañina e ilegal desde 2014, asegura que se comprometen, junto con otras nueve organizaciones, a "destinar 10 millones de dólares a brindar a los gobiernos mundiales apoyo legal y político para ratificar el tratado". 

Porque, como no podría ser de otra forma, apunta Wright, "la colaboración es fundamental para alcanzar el objetivo". Aunque, matizaba la directora de High Seas Alliance, una coalición de ONG de todo el mundo dedicada a promover la protección de alta mar: "Necesitamos maximizar estas sinergias para asegurarnos que podemos lograr los beneficios de la conservación más eficientes y efectivos para la biodiversidad". 

Razón por la que Chrissy Grant, coordinadora regional del Foro Indígena Internacional sobre la Biodiversidad, subraya la importancia de no dejar a nadie apartado de este acuerdo, alabando a los pueblos indígenas por su labor para "utilizar los océanos para comerciar con sus vecinos y obtener sus alimentos de manera sostenible".