Mujeres agricultoras recogiendo aceitunas en un olivar.

Mujeres agricultoras recogiendo aceitunas en un olivar. mgstudyo Istock

Historias

Ellas también recogen aceitunas: las agricultoras oleicas reivindican su papel histórico en el campo

Córdoba
Publicada

Campo, agricultura y olivar parece que han sido palabras erróneamente asociadas al papel del hombre. Sin embargo, se trata de un sector en el que las mujeres sí están presentes y donde cumplen un papel fundamental en el proceso oleico. 

"Desde el principio siempre ha sido ella quien ha recogido la aceituna", indicaba Mª José Campos Arrebola, agricultora y secretaria de la cooperativa Nuestra Señora de la Consolación en Doña Mencía. De este modo, dice, se destaca a las mujeres como responsables de "fijar la población la zona del olivar". 

Y es que, aunque muchos puedan pensar que su presencia es algo actual y novedoso, este se trata de un pensamiento totalmente equivocado. "En el Antiguo Egipto —en el origen de este árbol— la diosa Isis era la encargada de formar a los hombres en el olivo y en el aceite", explicaba Fernanda Merino, agricultora de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario en Nueva Carteya.

Incluso, destaca Manuela Aguilera González, agricultora y propietaria en olivar en Priego de Córdoba, "hubo momentos en los que había más mujeres que hombres". Aunque, aun en el caso de ser minoría, deja claro Merino, "vamos todos a lo mismo y se paga igual"; o por lo menos así es el funcionamiento en su cooperativa. 

De hecho, asegura Rafael Pérez de Toro, director global de calidad de Deoleo, "la mujer siempre ha intervenido en los procesos de recolección, que eran durísimos". Y aprovecha la ocasión para resaltar su dedicación: "Sin ellas todo esto no valdría de nada, su labor es fundamental y es básico escucharlas de primera mano". 

Campañas complicadas

Los olivos y, en concreto, la producción de aceite se encuentran en un momento complicado. ¿El motivo? Por un lado, la falta de lluvias que, apunta Aguilera González, "condiciona mucho a pensar en invertir y plantearse escenarios nuevos porque no sabes qué va a pasar con la próxima campaña". 

Merino clasifica a las dos últimas cosechas como algo inédito, donde "lo que más se ha necesitado son las precipitaciones". Un panorama que "ha llevado a unos precios elevados y a la disminución del consumo". Motivo por el que, insiste, "no se puede bajar la guardia en el campo. No puedes dejar de mimar a los olivos aunque el proceso de producción sea elevado". 

De izquierda a derecha: Nuria Yáñez, Manuela Aguilera González, Fernanda Merino, Mª José Campos Arrebola y Rafael Pérez de Toro.

De izquierda a derecha: Nuria Yáñez, Manuela Aguilera González, Fernanda Merino, Mª José Campos Arrebola y Rafael Pérez de Toro. Deoleo

Pero este no es el único 'inconveniente' que percibe la agricultora de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario en Nueva Carteya y señala también el papel del propio consumidor: "Hay que educarlo en salud y cultura porque falta mucho en ese sentido. Se tienen que conocer los beneficios, porque el aceite no es caro". 

Relevo generacional

El otro conflicto presente es la falta de mano de obra y así lo expresa Aguilera González: "Cuando yo no pueda realizar ciertas actividades, no sé qué pasará con mi plantación". Una situación que le preocupa especialmente, ya que define el sector agrícola como "un motor principal" al que "hay que dar importancia".

Por ese motivo, Campos Arrebola asegura que está mecanizando las tierras lo máximo posible. Y es que, como bien indica Pérez del Toro, "hay muy pocos jóvenes que quieran dedicarse a la agricultura y menos aún a la recogida", aunque, matiza la propietaria en olivar en Priego de Córdoba, "el olivar es mucho más que el momento de la recogida, pero el resto no se ve". 

En este escenario, continúa el director global de calidad de Deoleo, "deberíamos cambiar el enfoque de la agricultura. Tenemos que seguir dando de comer a todo el mundo, pero no a cualquier coste, sino de forma eficiente, con un producto de calidad y que no tenga gran impacto medioambiental. Este sector es la solución a los problemas de la sociedad y si le damos la vuelta habremos eliminado el problema generacional". 

Innovación tecnológica

Al igual que en tantos otros sectores, la irrupción de la tecnología ha marcado un antes y un después. Y, como explica Consoli Moreno, maestra de molino y Premio a Mejor Mujer Productora Aove 2024, "poco a poco vamos implantando nuevos avances al olivar". Aunque asegura: "Tenemos que empezar desde el agricultor hasta la venta porque el cambio climático está haciendo que se reestructure el panorama y nos estamos haciendo a ello". 

En la actualidad, apunta Rosa Gallardo, directora de Cátedra Internacional de IA y Agricultura de la Universidad de Córdoba, "se nos está exigiendo producir más, con menos recursos y menos impacto". Algo que "solo es posible a partir de la innovación", porque, explica, es lo que "nos ha ofrecido ahorrar costes y ser eficientes en el uso de recursos". Por ello, clasifica la digitalización y la sostenibilidad como "un binomio innegable". 

De izquierda a derecha: José Antonio Bonache, María del Mar García Caparros, Brígida Jiménez Herrera, Rosa Gallardo y Consoli Moreno.

De izquierda a derecha: José Antonio Bonache, María del Mar García Caparros, Brígida Jiménez Herrera, Rosa Gallardo y Consoli Moreno. Deoleo

Además, la introducción de la tecnología, señala Gallardo, "puede ayudar como herramienta para atraer a los jóvenes, porque no es un sector atrasado, sino tremendamente innovador". Y añade: "No puede haber una agricultura verde en números rojos y la digitalización bien entendida puede ser el camino"

Porque, como bien dice Brígida Jiménez Herrera, doctora en farmacia, especializada en grasas por CSIC, IFAPA en Cabra, "si no hay rentabilidad, los jóvenes no están". Y para lograrlo señala el agua como "uno de los factores principales", destacando el "agotamiento del estrés hídrico" de Andalucía como uno de los grandes problemas. 

Evolución de mercado

Mariu Luchetti, directora de marketing, innovación y sostenibilidad de Deoleo Global, define al aceite de oliva como "la grasa más saludable" y asegura que "hay países donde la penetración todavía es baja". Aún existe la posibilidad de incrementar el recorrido de este producto y, en ese contexto, señala a Estados Unidos donde, apunta, "ha habido un reclamo para cocinar con él a partir de la pandemia". 

Y es que, en un país como España, donde se produce el 45% del aceite mundial y el 70% del de la Unión Europea, está claro que sabemos "diferenciar lo bueno" y, por eso, dice Blanca Torrent, teniente alcalde y delgada de Hacienda, Economía y Empleo del Ayuntamiento de Córdoba, "hay una competitividad muy fuerte donde las cosechas juegan un papel fundamental"

Un ideal que comparte Rosa Vañó, directora comercial de marketing de Castillo de Canena y académica de la Real Academia de gastronomía, al decir que "no hay cultivo de un mejor aceite que el árbol que tenemos en la cuenca mediterránea". Motivo por el que, afirma, "los países están ahí con los brazos abiertos esperando a que vayamos a contarles una historia, porque si hay un lugar que está en el mejor momento somos nosotros y el aceite de oliva virgen extra". 

Quizás por eso Lucía Matas, directora comercial de Almazaras de la Subbética, lo define como "luz, alimento y ungüento" y asegura que "hay países que están creciendo gracias a nuestra dieta mediterránea". A pesar de ello, identifica "el desconocimiento de todas las propiedades" como un gran problema del sector, porque "se quedan en los congresos médicos y no salen a la luz y, por eso, no se compra lo que no se conoce". 

De izquierda a derecha: Víctor Roig, Mariu Luchetti, Blanca Torrent, Rosa Vañó y Lucía Matas.

De izquierda a derecha: Víctor Roig, Mariu Luchetti, Blanca Torrent, Rosa Vañó y Lucía Matas. Deoleo

Por ese motivo, indica Torrent, es vital "potenciar esa comunicación de la importancia que tiene nuestra cultura, porque con solo abrir una botella tienes la cercanía de la tierra". Sin embargo, esta relación productor-consumidor no es tan sencilla porque, explica Vañó, "desde Bruselas no nos dan la autorización para informar de qué está tomando al consumir aceite y la única forma de comunicarnos es a través de la etiqueta". 

Precisamente para mejorar ese diálogo entre agricultores e instituciones, dice la teniente alcalde, se necesita a "gente que esté en política y que entienda qué está pasando en el sector oleícola en Andalucía. Es importantísimo que nos lideren personas especializadas porque si no existen unos intereses que no te representan". Porque, concluye Vañó, "se habla mucho de la sostenibilidad, pero la mayor sostenibilidad es la de las personas".