María Ramírez: "Kamala Harris transmite fuerza y está cómoda, pero no es tan conocida como Trump"
- Tras cubrir las campañas electorales estadounidenses desde 2004 hasta hoy, la periodista disecciona a la candidata demócrata en 'Kamala Harris, la primera' (Debate).
- Más información: María Ramírez y su libro sobre Kamala Harris: "Está en juego mucho más que el simbolismo de que gane una mujer"
¿Qué libro está leyendo?
La novela Una tienda en Chicken Hill de James McBride y The Storm is Here del periodista Luke Mogelson, sobre el asalto al Capitolio y sus antecedentes.
¿Cuál es el libro que más le ha ‘autoayudado’?
Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino.
Si no hubiera sido periodista, ¿qué hubiera querido ser?
Una autora de musicales capaz de crear Hamilton.
Un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ. ¿Por qué?
La dimisión de Richard Nixon en la redacción del Washington Post. He leído y visto tanto sobre el tema…
¿Qué es lo más sorprendente sobre Kamala Harris que va a descubrir el lector de esta monografía?
Una luchadora que ha desafiado a quienes la subestimaban y no encaja con las caricaturas que existen sobre ella.
¿Cuál es el mayor cambio que la candidata ha experimentado en estos dos años, qué ha ganado y qué ha perdido?
Perdió visibilidad como vicepresidenta. Ha ganado experiencia en política exterior, rodaje en mítines y gestión de las voces discordantes del partido.
¿Cree que podrá ganar a Trump?
Tiene más posibilidades que Biden, pero las encuestas muestran una competición ajustada.
¿Cuáles son sus puntos fuertes?
Harris es buena negociadora, transmite fuerza y naturalidad, está cómoda en su piel.
¿Y su mayor debilidad o carencia?
No es tan conocida como su rival.
Al retratar la presidencia de Trump recuerda el grado de incompetencia, misoginia y racismo que le caracterizó. ¿Por qué el Partido Republicano se arroja en sus brazos?
El sistema bipartidista favorece que una parte de votantes, aun incómodos con su candidato, le acaben votando por oposición. Algunos líderes tienen miedo a las represalias de una minoría y para otros la prioridad es una agenda muy conservadora.
¿Siente nostalgia de su etapa en EE. UU., y de seguir día a día la campaña electoral?
Sí, Estados Unidos es un buen país para ser reportera por su variedad y apertura. Todo el mundo quiere contarte su vida pese a la desconfianza en los periodistas de los últimos años. Estaré allí para cubrir la recta final de la campaña.
Una anécdota de la última que siguió…
De la primera, en 2004, a la última, en 2020, he entrevistado al mismo joven desde su debut con 13 años en política nacional desde una islita de Alaska.
¿Cuál es la serie que ha devorado más rápido? ¿Diría, por cierto, que es la mejor que ha visto? ¿O es otra?
Homeland. La mejor, Doctor en Alaska. La más divertida, Frasier.
¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?
Rojo para hacerme amiga de Valentina, la protagonista. No aguantaría en Tar.
No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.
Titular con asuntos de política entrevistas con actores o escritores cuando su obra no tiene relación. Yo también lo he hecho.
Una obra sobrevalorada.
El ala oeste de la Casa Blanca.
Un placer cultural culpable.
Las portadas del Daily Star, el tabloide más loco del Reino Unido.
¿Cuál es la última exposición a la que ha ido? Impresiones…
Una pequeña sobre marcapáginas en la Biblioteca Weston de Oxford. Me gusta la historia física de los libros.
¿La Inteligencia Artificial matará la creación artística?
No, si sabemos utilizarla como “acompañante”.
España es un país…
Donde hay buenas librerías independientes.