El restaurante de Berasategui 'oculto' en una bodega a 20 metros bajo tierra con la mejor oferta gastronómica de España
- Ubicado en Rueda, el establecimiento ofrece algunos de los platos más emblemáticos del famoso chef donostiarra bajo la dirección de Nauzet Betancort.
- Más información: El guiso súper económico de Martín Berasategui que es ideal para los días de frío: fácil y con pocos ingredientes.
En Rueda (Valladolid), en las profundidades de una bodega del siglo XV, a 20 metros bajo tierra, se encuentra uno de los 12 restaurantes de Martín Berasategui, el chef con más estrellas Michelin de toda España. Este establecimiento subterráneo se hace llamar Gastrobodega Martín Berasategui y abrió sus puertas en 2022, sustituyendo al antiguo local allí establecido.
El proyecto se inició cuando Berasategui visitó las increíbles galerías laberínticas de la bodega, propiedad de la familia Yllera. "Cuando bajó las escaleras todo le recordó mucho al Bodegón de Alejandro, el negocio familiar de sus padres y su tía donde él se estrenó en el oficio a los 15 años", cuenta el canario Nauzet Betancort, chef ejecutivo de la Gastrobodega.
Así dio comienzo una experiencia de alta cocina donde se fusionan perfectamente enoturismo y gastronomía. De hecho, el local acaba de ser obsequiado con el premio a la Mejor Oferta Gastronómica de España; un título otorgado en los VII Premios de Enoturismo Rutas del Vino de España por ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino). Según ACEVIN, la Gastrobodega ha sido reconocida "por el compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo local" y por transformar una gran propuesta culinaria en una "experiencia enriquecedora" para los visitantes.
Antes de cruzar el umbral de la puerta de la Gastrobodega Martín Berasategui, justo frente a la entrada del restaurante, se encuentra una pieza vinícola digna de museo: una enorme barrica de madera de castaño (un material que ya no se utiliza para fabricar barricas) que, según cuenta Betancort, se construyó dentro de la propia bodega porque, debido a sus grandes dimensiones, no habría sido posible construirla fuera y bajarla hasta allí a través de los estrechos túneles. "No es Patrimonio Nacional, pero debería", sentencia el chef.
Una vez en el interior del local, no tienes la más mínima sensación de estar a tantos metros hacia abajo del exterior. La iluminación vívida, las paredes blancas vestidas con coloridos cuadros de Cristina Krab y otros artistas, los techos altos y los espacios amplios, acogen y arropan al comensal hasta sus mesas de manteles también blancos donde puedes probar sus platos a la carta (dividida en entrantes, pescados, carnes y postres) o su menú degustación de 84€, que cambia cada cuatro meses.
A excepción de dos recetas 'estrella' (la milhoja de anguila, foie y manzana caramelizada, que acompaña a Berasategui desde 1993, y el espléndido pichón con setas, pasta y trufa, de 2017), todo se transforma en la Gastrobodega para adaptarse a los productos de temporada y de proximidad. Unos productos que, según Betancort, no necesitan ser decorados en exceso, ya que, a su parecer, "la cocina no debe deslumbrar con florituras, sino con la autenticidad del sabor".
A destacar también (y mucho) sus deliciosos panes artesanos y sus cremosas mantequillas de Rueda de pimentón rojo y aceitunas kalamata, que no podíamos parar de comer. Pero había que dejar espacio al magnífico boletus a la brasa con caldo de cebolla y vino añejo de Rueda, una maravilla para el paladar, seas o no amante de la micología.
En los postres, sorprende el divertido Gin Fizz de pomelo rosa, caramelo de té y jengibre, con una presentación original e inesperada, aunque el dulce preferido de Nauzet es el shisho verde con pistacho de Pozal de Gallinas y menta silvestre. Nosotros nos quedamos también con el cremoso de cacao con helado de vino dorado y dulce de ajonegro de Portillo.
Todo ello maridado con unos vinos de la Bodega Yllera de distintas denominaciones de origen de Castilla y León que presenta con total abnegación a los clientes Roberto Simal, jefe de sala. "Queremos que cada plato y cada vino cuenten una historia. Aquí, el cliente no solo viene a comer, viene a vivir una experiencia", ha dicho al respecto Martín Berasategui.
Una experiencia que tiene lugar no sólo en el comedor, sino también fuera de él, con una visita guiada a los pasillos subterráneos de la bodega, además de con eventos exclusivos y catas privadas. La Gastrobodega Martín Berasategui, ubicada en el número 1 de la Avenida Mariano Ruiz Rodríguez de Rueda, ha sido recomendada por la Guía Michelin y abre de martes a domingo en horario de 13:30 a 15:30 y los viernes también de 20:30 a 23:00.