Golpe al mito de los 10.000 pasos: esta es la cantidad mínima que debes andar para tener salud
Un nuevo estudio apunta que a partir de 4.000 pasos diarios se empezarían a obtener beneficios para salud.
11 agosto, 2023 03:01Durante los últimos años no han sido pocos los estudios que han intentado discernir la cantidad mínima necesaria de pasos necesarios para obtener beneficios saludables. Si en un principio se pensaba que eran 10.000 (un número muy redondo y susceptible al marketing de dispositivos fitness), posteriormente se sugirió que incluso 6.000 u 8.000 pasos diarios serían suficientes para obtener resultados.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universida de Lodz (Polonia), dirigidos por Maciej Banach, y publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology, sugeriría que incluso menos pasos serían suficientes para reducir el riesgo de morir por cualquier causa.
El número mágico, según este nuevo estudio, serían 3.967 pasos al día como mínimo. O, redondeando, caminar tan solo 4.000 pasos al día ya reduciría la mortalidad por cualquier causa. Cabe destacar que el estilo de vida general es importante, y se sabe que el estilo de vida sedentario se relaciona con una peor salud en general, pero aún hoy en día no estaba claro cual es la cantidad mínima de pasos a la que debemos aspirar; o si bien existe un limite superior a partir del cual no hay beneficios.
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Así pues, para descubrirlo, los investigadores usaron datos de 17 estudios previos con 226.889 participantes, a los cuales se siguió durante un promedio de siete años, teniendo en cuenta el resto de sus actividades diarias y su impacto sobre la salud general.
El mínimo de pasos diarios para empezar a reducir la mortalidad por cualquier causa fue 3.967 pasos, mientras que dar 2.337 pasos ya sería suficiente para reducir el riesgo de mortalidad cardiovascular en especial. Pero eso no es todo, dado que en este caso, a más pasos, mejor salud: por cada aumento de 1.000 pasos diarios, el riesgo de mortalidad se reducía un 15% añadido; si se aumentaban 500 pasos diarios, el riesgo de mortalidad se reducía un 7% adicional a nivel de mortalidad cardiovascular.
Como comenta el propio Banach, profesor de cardiología y autor principal del estudio, "nuestro trabajo confirma que cuanto más camines, mejor. Descubrimos que esto es aplicable tanto a hombres como a mujeres, independientemente de su edad, si viven en una región templada, subtropical o subpolar, o en una zona con mezcla de climas. Además, nuestro análisis indica que solo 4.000 pasos diarios serían suficientes para reducir la mortalidad general, y unos pocos menos ya reducirían la mortalidad cardiovascular".
Así mismo, para los grupos de edad más jóvenes, la mejoría más pronunciada en su salud se observó en los individuos que caminaban entre 7.000 y 13.000 pasos diarios; en los grupos de 60 años o más, el rango óptimo estaba entre 6.000 y 10.000 pasos.
También se evaluaron cantidades aún mayores, como dar 20.000 pasos diarios, y también se objetivaron mejorías. No parecía haber un límite. Aún así, los investigadores explican que "no se observó ningún efecto de disminución o meseta de riesgo para ninguno de los grupos investigados, pero los datos para tales cantidades de pasos son limitados y se necesita más investigación al respecto".
Por su parte, Banach recuerda que vivimos en un mundo medicalizado, y cada vez los medicamentos son más avanzados para tratar enfermedades cardiovasculares específicas. Sin embargo, como él mismo comenta, "siempre debemos enfatizar que los cambios en el estilo de vida, incluyendo la dieta y el ejercicio, podrían ser tan efectivos o incluso más" que los medicamentos para reducir el riesgo cardiovascular y prolongar la vida.
Así mismo, los investigadores son conscientes de que será necesario seguir investigando, sobre todo en los casos de esfuerzos más intensos, como maratones o desafíos del nivel de los Iron Man, además de tener en cuenta poblaciones de diferentes edades y con diferentes problemas de salud. Como ya sucede con los tratamientos farmacológicos, hay que personalizar los cambios en el estilo de vida.