audiencia juzgados

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Valladolid

Condenada la mujer que clavó unas tijeras en el cuello a su examante

14 noviembre, 2019 18:39

El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha condenado a diez meses de cárcel a M.E.L, la mujer que fue juzgada recientemente por herir en el cuello con unas tijeras a su examante, un Policía Municipal vecino de La Cistérniga a quien acometió en el domicilio de éste tras presentarse para pedirle explicaciones de por qué ya no quería seguir la relación.

La sentencia, en consonancia que las peticiones tanto de las acusaciones pública y particular como de la propia defensa, incluye la prohibición de la condenada para el porte de armas por dos años y de aproximarse al domicilio y lugar de trabajo del lesionado a una distancia inferior a 200 metros y de comunicarse con él por cualquier medio (escrito, telemático, telefónico) durante el tiempo de un año y diez meses, además del pago de las costas procesales.

En concepto de responsabilidad civil, la agresora deberá abonar al perjudicado una indemnización de 1.000 euros, así como al SACYL la cantidad que se determine en ejecución de sentencia la asistencia sanitaria prestada, según informaron a Europa Press fuentes del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

"¡Siento mucho lo ocurrido, me puse nerviosa, fue un acto reflejo pero en ningún momento quise matarle!", es la versión que M.E.L. ofreció durante el juicio para tratar de explicar por qué el día 26 de marzo clavó unas tijeras en el cuello a su examante, funcionario policial, tras acudir al domicilio de éste para tratar de retomar la relación.

Durante el juicio, La ahora condenada relató que aquella mañana se presentó a la puerta del chalé del que, como así puntualizó, creía que seguía siendo su amante, con el fin de pedirle explicaciones de su enfado con ella y para saber la razón de por qué no quería volver a verla.

Una vez dentro de la vivienda, M.E.L. aseguró que se produjo el incidente cuando el agente la amenazó con llamar a la Guardia Civil si no se marchaba y señaló con el dedo de la mano la puerta de salida de la vivienda.

"Me dirigía a la puerta, cogí el bolso y al buscar las gafas me encontré unas tijeras", declaró la mujer, que acto seguido, al sentirse agarrada del brazo por R.G, reaccionó sin pensárselo asiendo las tijeras, de 20 centímetros de hoja, que dirigió al cuello de su examante.

La mujer reconoció que le pinchó con ellas pero insiste en que "¡fue un acto reflejo por el miedo que me provocó su actitud. Fui a su domicilio para hablar con él, no para matarle!", añadió M.E.L, que no pudo explicar de forma creíble la razón por la que llevaba unas tijeras en su bolso, protagonizando así una escena más propia del filme 'Atracción fatal', dirigido por Adrian Lyne y coprotagonizado por Michael Douglas y Glenn Close.

Luego, ambos forcejearon y cayeron al suelo, si bien ella aseguró que su oponente la agarró del pelo y la arrastró por el suelo para situarse sobre ella por espacio de cerca de media hora, hasta que el examante pudo llamar a la Guardia Civil y una patrulla se personó en el domicilio.

El lesionado, por su parte, recordó de aquel día que se vio obligado a franquear la puerta a la acusada para evitar que los timbrazos de ésta en su puerta pusieran en alerta a todo el vecindario.

R.G. mantuvo que la relación había quedado rota el día anterior--se enteró de que ella estaba casada--y que nada más entrar en su casa pidió a M.E.L. que se marchara bajo amenaza de llamar a la Guardia Civil.

Sin embargo, el lesionado indicó que su ex, lejos de atender sus requerimientos, sacó de improviso unas tijeras de su bolso y se las clavó en el cuello, si bien se trató de una lesión superficial, aunque también ha añadido que tuvo que forcejear con ella para evitar que volviera a acometerle con el arma.

"Me costó reducirla y lo conseguí sólo cuando ella, que pretendía volver a coger las tijeras, comenzó a sentirse cansada", advirtió R.G, que calificó a la agresora como una persona "muy celosa" con la que quedaba una vez por semana. "Era una mera relación carnal. No quedábamos para tomar un café, señoría, quedábamos para lo que quedábamos!", explicó gráficamente.

La patrulla de la Guardia Civil que acudió en auxilio del agente de la Policía Municipal relató que al llegar a la vivienda encontró a la acusada en posición de cuclillas y con la cara ensangrentada, producto del golpazo que se produjo con una puerta al intentar defenserse la víctima.

Ambos agentes coincidieron al señalar que la mujer reconoció en todo momento haber sacado unas tijeras y haber herido con ellas a su expareja. "Nos dijo que se le había ido la cabeza", aseveró uno de los guardias civiles.