A dos días del martes de noviembre denominado 'electoral day', los pronósticos están super igualados entre los dos candidatos, republicano Trump y demócrata Harrys, sin que pueda aventurarse un ganador lo que resulta más que chocante a ojos de nuestros criterios europeos y considerados lógicos en suma.
¿Cómo puede tener posibilidades de ser presidente un convicto en 27 causas penales, ya condenado en otra y acusado de promover y amparar el asalto al Capitolio? A la vez de no haber reconocido los resultados electorales de hace cuatro años y alardear de su racismo, machismo y xenofobia. Sin embargos, USA si es diferente y lo que aquí sería inconcebible allí resulta admisible.
Pero en estas vísperas electorales, la tensión es máxime y se están ya tomando medidas de prevención, por aquello de que “prevenir es curar”. Por ejemplo, una hija mía, que ejerce de abogada en Nueva York, me cuenta que a los numerosos miembros de su despacho les han enviado un email ofreciendo apoyo psicológico para digerir los resultados electorales, se supone que si gana Trump. Y no es broma. Y en muchos edificios se está extremando la seguridad porque se esperan protestas e incidentes.
Uno recuerda, no obstante, haber vivido, in situ, unas elecciones americanas, concretamente en 1976 y no pasó nada cuándo ganó Cárter. Eso sí, el control preelectoral es riguroso y el orden de las votaciones también, por cierto, al menos en Washington, donde yo estaba con un grupo de invitados iberoamericanos, se votaba con máquinas utilizando palancas o palanquitas para las diversas cuestiones que se someten a votación como la elección de senadores y congresistas y distintas consultas en cada Estado además de la elección presidencial.
Me llamó la atención el grado de compromiso de los americanos con su sistema democrático hasta el extremo que para poder votar tienes que inscribirte previamente, lo que ya constituye un primer esfuerzo y, además, al rellenar la inscripción hay una pregunta a contestar que aquí sería inadmisible que es manifestar cuál es tu partido político favorito.
A la vez en USA, se toman tan en serio las elecciones que, sobre todo las mujeres, visitan las casas particulares para animar a los ciudadanos a inscribirse para votar. A la vez suelen tomar el ‘tea’ y de aquí el famoso 'tea party'. Es una “democracia doméstica”, realmente ejemplar.
Era el 1976 -como he dicho antes- y en nuestro país comenzaba la democracia por lo que yo tomé buena nota de aquel país que ya llevaba 200 años justos con ella, de aquí que, a pesar de los pronósticos de todo tipo, incluidos los más catastrofistas, estoy convencido que USA saldrá adelante de esta difícil y decisiva situación para su actual democracia. Obama en uno de sus magníficos libros de memorias, dice algo que me llamó la atención y es que cuando estaba en el Senado y un tema estaba suficientemente debatido “había que tirarse a matar" símil muy taurino. Pues bien, los toreadores Kamala Harris y Donald Trump ya están a punto de terminar sus faenas respectivas por lo que ha llegado el momento de la suerte suprema y tienen que “tirarse a matar”. Esperemos que al menos uno o una, no pinche en hueso y triunfe plenamente.