Una de las callejuelas del pueblo.

Una de las callejuelas del pueblo. GVA

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Viaja a la Edad Media sin salir de Alicante: el pueblo de menos de 100 habitantes que te enamorará

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Hay quien dice que viajar en el tiempo es algo que solo se puede vivir a través de las películas de ciencia ficción.

Sin embargo, este viaje también se puede hacer sin recurrir a los efectos especiales ni a la magia, sino tan solo cogiendo el coche para visitar algunos pueblos con mucha historia y encanto.

La provincia de Alicante, conocida por sus playas y su clima agradable, también destaca por albergar numerosos pequeños pueblos con mucho encanto, y algunos en riesgo de despoblamiento.

En este sentido, el Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana ha publicado el último informe sobre los "Indicadores demográficos de despoblamiento de la Comunitat Valenciana (2023)" en el que destaca que "según la revisión del padrón continuo a 1 de enero de 2023, 97 municipios de la Comunitat Valenciana (542 ayuntamientos) tienen una población inferior a 300 habitantes".

Concretamente en la provincia de Alicante, los municipios con menos habitantes son Tollos (40), Famorca (45), Facheca (101), Benillup (105) y Almudaina (110).

Benimassot

Uno de los pueblos con menos habitantes de la provincia de Alicante es Benimassot.

Situado en plena comarca del Comtat, este pequeño y pintoresco pueblo cuenta con 96 habitantes.

Se trata de uno de esos rincones donde parece que el tiempo se detiene, ofreciendo una sensación de paz y tranquilidad que lo convierte en un lugar ideal para quienes buscan escapar del bullicio de las grandes ciudades.

Este pueblo tiene raíces musulmanas, algo común en muchos pueblos de la comarca, y su nombre en árabe significa "hijos de Masud" o "casa de Masud".

La influencia musulmana se puede percibir en la disposición del casco antiguo y en algunos elementos arquitectónicos que han perdurado a lo largo de los siglos.

Tras la Reconquista, como muchas otras localidades de la región, pasó a manos cristianas y formó parte de los señoríos feudales.

Naturaleza

Y es que pasear por su centro histórico no es lo único que más llama la atención de Benimassot.

El pueblo está enclavado en un valle, rodeado de montañas como la Serrella y el Barranc de Malafí, lo que le brinda un paisaje de gran belleza.

Los alrededores son ideales para los amantes del senderismo y las excursiones por la naturaleza, ya que la zona está repleta de rutas que atraviesan montañas, barrancos y campos de almendros y olivos.

Además, al estar situado a unos 780 metros sobre el nivel del mar, Benimassot disfruta de un clima más fresco, especialmente agradable en los meses de verano, cuando las temperaturas en otras zonas de Alicante pueden ser bastante elevadas.

Y es que a pesar de su reducido tamaño, Benimassot conserva una rica tradición cultural. Las fiestas más importantes del pueblo se celebran en honor a San Miguel Arcángel, a finales de septiembre, con actos religiosos y actividades festivas que incluyen procesiones, verbenas y comidas populares.

Unas festividades que son un reflejo del fuerte sentido de comunidad que une a sus habitantes.

Benimassot también tiene una gran conexión con el pasado rural de la región.

Muchos de los ancianos del pueblo aún recuerdan las épocas en que la agricultura era el principal sustento, especialmente el cultivo de olivos y almendros, así como la recolección de productos tradicionales como las almendras y la aceituna.

Benimassot también dota de un encantador patrimonio. Su iglesia parroquial, dedicada a San Miguel Arcángel, es el principal edificio histórico y religioso, con una arquitectura sencilla que refleja la austeridad y la devoción rural de épocas pasadas.

Las estrechas calles del pueblo están llenas de casas de piedra tradicionales, muchas de las cuales han sido restauradas respetando su aspecto original, lo que contribuye a mantener el encanto de un pueblo que ha conservado su autenticidad.

En la actualidad, Benimassot es un ejemplo del típico pueblo rural español que ha luchado por mantenerse vivo frente a la despoblación que afecta a muchas zonas rurales del país.

Aunque la mayoría de su población está envejecida, el turismo rural ha ganado algo de fuerza en los últimos años, atrayendo a visitantes que buscan desconectar en un entorno natural y disfrutar de la hospitalidad de los locales.

Benimassot es también un lugar ideal para quienes quieren explorar la comarca del Comtat y descubrir a través de la "Ruta 99", otros pueblos cercanos como Fageca, Quatretondeta o Balones, cada uno con su propio encanto y su propia historia.