Pistoletazo de salida para un nuevo Wake Up, Spain!, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I en colaboración con EY, Oesia, Microsoft y EMT de Madrid. Pedro J. Ramírez, presidente de EL ESPAÑOL, ha destacado precisamente el carácter que este foro (que celebra su tercera edición) tiene para los próximos meses, en los que España se hará cargo de la Presidencia de la Unión Europea.
De hecho, durante su intervención, Ramírez se ha referido la intervención de clausura con el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. "Es un orgullo que sea un español quien impulse y exprese con firmeza esos anhelos, hasta tal punto compartidos por nuestro periódico, que el Wake Up, Spain! se convierte así en un Wake Up, Europe!".
"Estamos convencidos de que no habrá mejor despertar para España que el que se produzca en el seno de una Europa cohesionada y firme. Una Europa dispuesta a acudir a todas las citas en las que se vaya moldeando el futuro de la humanidad. Como españoles, como europeos, hagámoslo juntos", ha indicado.
El presidente y director de EL ESPAÑOL ha precisado que "el lema de este año concreta nuestro propósito: Impulsar el cambio en tiempos de incertidumbre. O más bien habría que decirlo en plural porque esta tercera edición es la de las tres incertidumbres entrelazadas: incertidumbre económica, incertidumbre geoestratégica, incertidumbre electoral".
Con todo, considera que el camino ya está trazado. "Sea cual sea la evolución del PIB, la inflación y el precio del dinero; sea cual sea el rumbo militar o diplomático que tome la crisis mundial desencadenada por la infame invasión de Ucrania por Putin; sea cual sea el resultado de las elecciones municipales y autonómicas de mayo y de las generales de España, el imperativo del cambio y los grandes empeños ya identificados seguirán estando ahí".
Para ello, Ramírez indica que la hora de ruta está conformada por cuatro grandes ejes en los que ya están trabajando Gobierno, oposición y agentes sociales: "me refiero a la digitalización, la transición energética, la cohesión social y territorial y la igualdad estrechamente relacionada con la educación".
También ha aclarado que Wake Up, Spain! "no es un foro de debate político. Todos los invitados lo son en función de los cargos públicos o de las posiciones ejecutivas que ostentan en sus empresas, no de los partidos a los que representan o del patrimonio que acumulan. Aquí no importa quien eres, sino lo que haces".
Examen sin notas
La cita se ha convertido "en un punto anual de control, en un examen sin notas, en un valiosísimo intercambio de información sobre la marcha de los proyectos clave que afectan a la economía y en un ejercicio de estimulación colectiva para contribuir a sacarlos adelante".
Por otro lado, el presidente de EL ESPAÑOL ha celebrado que los fondos europeos ya son "una realidad plasmada ya en tres desembolsos de 37.000 millones de euros, incorporados a las arcas públicas. Podrá discutirse la forma de gestión o el reparto entre las comunidades autónomas, pero no el éxito de haberlos conseguido".
De hecho, ha celebrado la puesta en marcha de los PERTE, "que están teniendo la virtud de identificar algunas de nuestras prioridades estratégicas", y ha mencionado la puesta de la primera piedra de la gigafactoría de Sagunto que servirá de eje nuclear al PERTE del vehículo eléctrico. "Y hace apenas quince días la ministra Morant anunció en nuestro Foro de Castilla La Mancha una inyección de 70 millones para impulsar la participación de empresas españolas en el PERTE de Salud de Vanguardia.
Por otro lado, "al margen de los errores que hayan podido producirse en su dotación o planteamiento, los PERTE son un buen ejemplo de la colaboración público-privada, concebida no como una opción sino como una obligación tanto de las administraciones como de las empresas. Y desde luego como el gran marco de referencia de la línea editorial de EL ESPAÑOL".
Es más: para Ramírez, estas iniciativas "deberían servir para relanzar entre nosotros la gran alianza entre lo público y lo privado, entre los gobiernos y las empresas, entre los gobernantes y los emprendedores. Todos pueden merecer la crítica, pero cuando se insulta a un creador de decenas de miles de puestos de trabajo, igual que cuando se insulta al jefe del Gobierno o al de la oposición, la sociedad entera debería revolverse, pues esa mezquindad nos empobrece potencialmente a todos".