
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida durante las jornadas del Wake up, Spain! 2025.
Almeida nos cuenta recién aterrizado lo que vio en EEUU el 'Día de la liberación'... y celebra que no mató a nadie jugando al béisbol
Describe los aranceles como una "mala noticia" y apostó por la flagelación para el futuro: "Al menos, que sirvan para constatar que lo mejor es el libre comercio".
Por muchos aviones que salgan, hay días en los que Madrid todavía puede ser Villar del Río. Esperábamos en la puerta de Casa de América a Almeida como si fuera nuestro 'mister Marshall'. Venía con el pelo mojado de la ducha, sin corbata y recién aterrizado. "¡José Luis, José Luis! ¿Cómo es Estados Unidos tras la bomba arancelaria?". Al alcalde le pilló en Miami y lo palpábamos como se palpa a los supervivientes de Hiroshima.
José Luis, naturalmente encantado, nos contó que se había reunido con empresarios y con políticos estadounidenses. Los aranceles –él no lo dijo con esta palabra– son una cabronada, pero no le cabía la sonrisa en la boca. Había recibido en carne propia el furor del Miami latino por Madrid. Como dice Raúl del Pozo, los latinos llevan ya años comprándose Madrid y eso trae mucha pasta.
En realidad, no es un milagro que José Luis haya sobrevivido a eso que Trump llama "Día de la liberación". Lo que resulta un verdadero milagro es que los estadounidenses hayan sobrevivido a Almeida.
Fue un gran placer tenerte alcalde! https://t.co/JgQcI9ASsR
— Mayor Francis Suarez (@FrancisSuarez) April 1, 2025
No hay nada como el desconocimiento. Ignorando sus balonazos a las criaturas más dulces de la ciudad en sucesivas inauguraciones, los americanos le pidieron a José Luis que hiciera un lanzamiento de béisbol. ¡Con lo duras que son esas pelotas! Las de béisbol, no las de José Luis. Bueno, eso no lo sabemos.
Total que lanzó... y no ocurrió nada. Los españoles, que le conocemos, podemos apreciar en el vídeo que lanzó muy suave. De hecho, la pelota botó antes de llegar al catcher. Él mismo lo celebró en nuestro escenario como un verdadero triunfo: "¡No le pegué a nadie!".
La diplomacia de Sánchez deja mucho que desear, pero mandar a José Luis a jugar al béisbol a Estados Unidos el "Día de la liberación" podría habernos costado aranceles del 50%.
"¡Pero José Luis, José Luis! ¡Qué dicen en Estados Unidos!". Y nuestro Marshall seguía, hablado como los colones del nuevo mundo: "Es que no os podéis imaginar cómo es aquello. ¡Cómo les gusta Madrid!".
Describió los aranceles, ya más serio, como una "mala noticia" y, como buen alumno de Retamar, apostó por la flagelación para el futuro: "Por lo menos, que sirvan para constatar que lo mejor es el libre comercio". ¡Joder, José Luis! ¡Que no hace falta constatar nada!
"Pero es que no os imagináis, de verdad, hay que estar allí para verlo. ¡Cómo les gusta Madrid a los de Miami!", seguía José Luis. Pero, claro, no le había dado tiempo a leer las noticias en el camino del aeropuerto a este auditorio de Casa de América. Le preguntaron por algo del Gobierno y él siguió como hace diez días: "¡Lo peor de todo es que la vicepresidenta Montero no crea en la presunción de inocencia!".
–Alcalde, pero ya pidió perdón. A su manera, pero pidió perdón. Eso se ha quedado un poco viejo, ¿no?
–¿De verdad pidió perdón? –hay que reconocer que no parecía que Montero fuera a hacerlo.
–Sí, sí.
–¡Pues en Estados Unidos no se oyó! –también hay que reconocerle sentido del humor.
El año pasado, Almeida dejó tirado a este foro para irse de luna de miel. Han pasado doce meses y va a ser padre. Como nos dijo en una entrevista, siempre hace lo que los suyos esperan de él. Escuchar a Georgie Dann, sacarse las oposiciones, jugar al golf, casarse (en esto tardó mucho) y tener un hijo.
José Luis no tenía jet lag porque su mujer le obliga a levantarse muy pronto para ver los encierros de San Fermín. Este año quiere ir a un balconcito de la Estafeta. Aunque para encierro, la pinza PSOE-Vox. Eso le encanta, le provoca una sonrisa hasta lujuriosa: "Si me atacan PSOE y Vox, sé que estoy haciendo lo correcto".
"Bueno, pero es que, de verdad, el entusiasmo que hay en Miami con Madrid... Os puedo contar algunas cosas". Tuvieron que llevárselo.
Fue este último día del 'Wake Up' un tanto sobrenatural. Porque los sindicatos, tradicional extensión del PSOE, se están moviendo. Algo está pasando. Unai Sordo, el líder de Comisiones Obreras, deslizó dos duras críticas a Sánchez.
La primera, que una parte de los 14.000 millones que el presidente dice haber "movilizado" para combatir a Trump ya estaban movilizados. Y la segunda, que hay que presentar Presupuestos se vayan a aprobar o no en el Congreso. Ya se lo dicen los sindicatos, Sumar y la oposición. Pero no los presentará, pese a que así lo exige la Constitución. Por culpa del eterno-retorno bipartidista. Como unos lo hicieron, los otros también.
Terminamos de escribir esta última crónica de la barra del 'Wake Up' con cierta sensación de inverosimilitud. Eso que los psicólogos llaman "desrealización". Cinco días, mañana y tarde, secuestrados bajo tierra, en este auditorio de Casa de América.
Cuando íbamos a salir, ya no quedaba nadie. Pero en la puerta, a sólo un par de metros de la calle, encontramos a Albert Triola, el CEO de Oracle. Estaba sentado en un taburete. Era la reencarnación del ángel exterminador de Buñuel. Por motivos desconocidos, no podía salir del edificio. No había nada que lo impidiera, pero no podía. A nosotros nos pasó lo mismo y ahí nos quedamos, con él. En realidad, aquí seguimos, esperando a que alguien nos rescate.