La sostenibilidad y el impacto social a través de la gestión de intangibles de una empresa es denominada por muchos como la cuarta Revolución Industrial. Tal y como informó Invertia, los criterios sostenibles hicieron cambiar de estrategia a 253 fondos europeos en 2020 y su inversión ha ascendido hasta 1,1 billones en activos sostenibles.
La relevancia por la gestión de los intangibles y las prácticas sociales pueden tener una correlación con el hecho de vivir en un mundo más global con mayor transparencia sobre las acciones de las empresas. Prueba de ello, herramientas como el Medidor de Transparencia creado por la CNMC para evaluar el comportamiento corporativo de las organizaciones.
Del mismo modo, los fondos europeos Next Generation incluyen un mayor compromiso por las causas sostenibles de las firmas. Así, objetivar el impacto social es importante en el ámbito corporativo para no quedarse atrás con respecto a los competidores.
Índice de la Huella Social
En este contexto nace el índice SERES de la Huella Social. Una herramienta creada por la Sociedad y Empresa Responsable de la que forman parte 150 compañías entre las que se encuentra los primeros espada del índice bursátil español y que permite medir su impacto social.
El modelo de medición aporta a las empresas el valor añadido de poder identificar oportunidades en la red de potenciales clientes. Según SERES, esta metodología otorga la posibilidad de entender y cualificar a las compañías sobre los ámbitos clave relacionados con lo social que además se han añadido en el Plan de Recuperación de la Unión Europea.
En una ponencia organizada por la entidad sin ánimo de lucro, su presidente Francisco Román, ha afirmado que "la dimensión social cuenta con la dificultad de no estar muy estandarizada". Por lo que proyectos como medir el compromiso humano pueden servir de "lenguaje común" para las compañías.
La medición de los estándares sociales los determina - según la directora general Ana Sáinz- la formación inclusiva, igualitaria y de calidad, la digitalización humanista o la cohesión social y territorial entre otros factores.
En lo que respecta a los consumidores, la preocupación por los criterios medioambientales y humanos son factores cada vez más determinantes a la hora de consumir una marca o servicio. Sin ir más lejos, casi el 50% de los consumidores en España dejaría de comprar un producto por el hecho de no ser ecofriendly, según un estudio realizado por Aecoc con motivo del 2º Congreso de Desarrollo Sostenible celebrado el pasado año.
La fiebre por la sostenibilidad, por cuidar el planeta y por alcanzar una sociedad más igualitaria no tiene freno. Por ello, muchas son las empresas que están redimensionando su cadena de valor ante la creciente preocupación que tiene el ciudadano por estas cuestiones. Algo que, en el futuro, sólo irá a más.