Andalucía se perfila como una región capaz de acometer un verdadero cambio que la impulse con éxito hacia el futuro. En un momento crucial como el actual, la Comunidad Autónoma cuenta con todo el potencial para aprovechar al máximo las oportunidades y convertirse en un catalizador del desarrollo español.
Según analiza el estudio Perspectiva Andalucía: presente y futuro de una región en marcha elaborado por EY y presentado durante el Foro La Andalucía pos-Covid, de EL ESPAÑOL e Invertia, este potencial puede verse impulsado, aún más, por la llegada de los fondos Next Generation EU, que sumados al nuevo Marco Financiero Plurianual 21-27 ofrecen la oportunidad de transformar una tierra que tiene todos los activos necesarios para ser un verdadero motor económico y de transformación.
Sin embargo, persisten circunstancias que lastran la capacidad de crecimiento y convergencia de la economía andaluza, como la menor dotación de capital físico por trabajador o habitante, la menor inversión en investigación, desarrollo e innovación, así como en capital humano, o la débil presencia de intangibles en los activos de las empresas.
Además, la crisis de la Covid-19 ha puesto de manifiesto otras muchas debilidades de la economía de la región que merecen una reflexión sosegada para acometer las medidas de política económica necesarias.
Los fondos Next Generation y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) suponen una extraordinaria oportunidad para reforzar la inversión en políticas educativas, de conocimiento, de formación y empleo y de reducción de las desigualdades.
Junto con las inversiones en transición energética y transformación digital, así como con una ambiciosa agenda de reformas, deberíamos asistir a un claro incremento de las oportunidades laborales de los andaluces y a un impulso del crecimiento económico de Andalucía y a su convergencia, no solo con los niveles medios españoles, sino también con los europeos.