El amor es un sentimiento tan bonito como complejo. Cuando llega, lo abarca todo: no te deja pensar en otra cosa, vives en una especie de “nube de felicidad continua” y te hace sentir indestructible. Pero el amor va cambiando y se transforma, al igual que lo hacen las relaciones de pareja.
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La mayoría de historias de amor se rigen por cinco etapas principales que, prácticamente, son inevitables. Contribuyen al desarrollo de la relación y no todas son sencillas de superar. De hecho, algunas de ellas, hacen peligrar la pareja y es la principal causa de ruptura.
Conocer estas cinco fases y en que consiste cada una de ellas, es importante para construir una relación sana, estable y duradera. Identificarlas, ayudará también, a poder superarlas con éxito.
Fase 1: El enamoramiento.
Es la fase que marca el inicio de una relación, cuando idealizamos todo de nuestra pareja y todo nos parece maravilloso. La serotonina aumenta, la seducción ya ha comenzado, pero aún no ha concluido, por lo que mostramos nuestra mejor versión. Es una etapa llena de atenciones y declaraciones, en la que todo funciona a la perfección. Suele durar entre tres y 18 meses.
Fase 2: Pequeños enfrentamientos.
Una vez pasa la etapa inicial, comienza una fase en la que poco a poco vamos desidealizando a nuestra pareja y empezamos a percibir pequeños defectos que, hasta ahora, no habíamos visto. Aquí surgen las primeras dudas, ya que al ver los puntos débiles y los miedos, aparece la desilusión.
Nos damos cuenta de que no todo es tan perfecto como parecía, y muchas veces es aquí donde acabamos con la relación. Para evitarlo es importante no precipitarse y una buena comunicación. No existe la pareja perfecta, y hay que aprender a convivir con los defectos de la otra persona.
Fase 3: Oposiciones.
Si se supera la fase anterior, en la tercera es cuando empiezan a surgir las primeras oposiciones. La rutina genera tensiones y produce desde pequeñas disputas sin importancia, hasta discusiones más serias que pueden derrumbar la relación. Acumulamos rencores y rabia, y se produce “una pequeña grieta”. Aquí debemos preguntarnos si estamos listos o no para comprometernos y aceptar a nuestra pareja como realmente es.
Fase 4: Balance.
La respuesta a la pregunta se suele dar en la fase cuatro, que ocurre a los 5 años aproximadamente. Es un momento decisivo en el que se decide el rumbo que queremos dar a nuestra pareja. Además de hacer un balance y decidir si realmente nuestra relación nos hace felices o no, es importante asumir que, si queremos seguir con esa persona, es hora de arreglar “la pequeña grieta” que surge en la fase anterior. Es una etapa en la que hay que extremar los cuidados y la atención, para volver a reconectar con tu pareja.
Fase 5: Confianza y seguridad.
Y por último, llega la etapa en la que la confianza y la seguridad empiezan a asentarse. Nos inunda la certeza de estar con la persona indicada y nos damos cuenta de que el tiempo que estamos con nuestra pareja nos llena de felicidad como el primer día. En este punto, la pareja ha afrontado varias crisis y, ante todo, sigue juntas, por lo que se puede asegurar que la base de la relación es sólida.