Todo lo que necesitas saber para viajar con tu gato en tren este agosto

Viajar con un gato en tren es mucho más sencillo de lo que parece. Eso sí, lo primero que se debe hacer es no seguir el ejemplo de la imagen que ilustra este artículo. El animal debe ir, en todo momento, dentro de un transportín adecuado para su tamaño que debe permanecer cerrado. Y es que los felinos pueden asustarse, huir… y a lo mejor tus vacaciones acaban truncadas.

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Por eso, es esencial prepararse con tiempo y saber qué esperar de ese viaje en tren con tu minino. Los veterinarios y etólogos recomiendan que el transportín que escojas sea lo suficientemente amplio y rígido, pues un gato ansioso podría acabar rasgándolo. Eso sí, fíjate bien en las condiciones que pone cada compañía de tren, que puede variar (especialmente si viajas al extranjero). 

Además, es fundamental que cuentes con la cartilla de tu mascota, que no deja de ser como su propio DNI, y esta debe estar en regla. Es decir, el gato debe estar vacunado y desparasitado para viajar. Además, es imprescindible que cuente con un microchip. 

Y nunca, aunque viajes en coche privado, deberías viajar con tu gato sin ella. Pero sobre todo, es esencial que leas con cuidado los requisitos de cada compañía para viajar con mascotas. 

Consejos para viajar con tu gato y no morir en el intento

Cualquier familia que conviva con un gato sabe que los felinos son seres extremadamente territoriales y no les gusta especialmente abandonar su hogar. Sin embargo, hay momentos del año, como las vacaciones de verano, en los que resulta más sencillo que nuestra mascota nos acompañe a dejarle al cuidado de terceros. 

Y cuando llega ese temido momento, hay que estar preparado para que tu gato no se ponga más nervioso de lo necesario. Eso sí, si dudas sobre si es mejor llevártelo contigo o no, todo dependerá de las condiciones en las que viajes y se vaya a quedar el minino. En el canal de YouTube Mascotas y Familias Felices, un veterinario te explica todo lo que debes saber antes de tomar esta decisión.

Si te decides a irte de vacaciones con tu gato, la clave está en la preparación previa. Lo primero que tienes que hacer es permitir que tu minino se acostumbre al transportín y que no lo vea como un instrumento de tortura que solo sirve para ir al veterinario. 

Para ello, puedes dejarlo varias semanas antes de emprender el viaje en una zona visible, abierto, para que pueda inspeccionarlo. Incluso puedes colocar su comida cerca de él para que se acerque o meter dentro alguna golosina gatuna y ver su reacción. 

Recuerda, además, que después de cada visita al veterinario o cada viaje debes lavar con agua y jabón el transportín para eliminar cualquier resto de feromonas asociadas al estrés. 

Para hacer todo el proceso del viaje más cómodo para tu gato, puedes rociar el transportín –e incluso a ti mismo– con feromonas, como los sprays de Feliway, que se pueden encontrar en cualquier tienda de mascotas. Está probado que ayudan a que los mininos se encuentren más cómodos tanto durante el viaje como a la llegada a su nuevo hogar de vacaciones. 

Una vez que tu gato y el transportín sean inseparables, será el momento de emprender el viaje. Pero antes, recuerda ponerle un arnés con una correa atada al interior del transportín a tu amigo felino, así evitarás sustos si, por cualquier motivo, se abriese la puerta. 

Además, cuando salgas de casa –y especialmente si tu gato es muy asustadizo–, puedes taparlo con un fular, un pareo o un pañuelo grande. Y es que al eliminar el estímulo visual, evitamos mareos. 

Si el viaje en tren va a ser largo, es aconsejable que tu transportín cuente con una ranura para introducir agua a tu gato. Y, sobre todo, vigila en todo momento que se encuentre bien, y permite que te huela y sienta cerca durante el trayecto. 

Una vez lleguéis a vuestro destino, asegúrate de rociar feromonas en la estancia, preparar el arenero para tu gato –lo más probable es que lo necesite con urgencia– y un cuenco con agua fresca. Para evitar vómitos, espera una media hora para ponerle un poco de pienso. 

Abre la puerta del transportín y deja que tu minino salga de él a su ritmo y explore. No le fuerces; si necesita esconderse, permíteselo. Será tu gato el que marque sus propios tiempos en su nueva ubicación.

Con todos estos consejos, ya estarás más que preparado para emprender una nueva aventura con tu compañero felino.