La aspiradora es ya un invento centenario. La primera patente del invento que jubiló a la escoba fue registrada en 1901 por el ingeniero inglés Hubert Cecil Both, aunque el aparato que por aquel entonces presentó no era ni por asomo el que tenemos en el imaginario colectivo en la actualidad. Era una máquina de unas dimensiones enormes, muy lejos del diseño actual que tienen las aspiradoras.
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Hoy en día, el pequeño tamaño y su precio accesible es precisamente lo que ha hecho que la aspiradora sea uno de los electrodomésticos más extendidos de nuestro país. De hecho, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) realizada en 2008 —la única que se ha hecho hasta la fecha—, el 62,6% de los hogares españoles tenía una aspiradora. Es muy probable que la cifra incluso haya aumentado en los últimos años.
Sin embargo, a pesar de su extendida presencia, una de las grandes preguntas que siempre surgen es si es posible aspirar líquidos. En muchas ocasiones, ante la duda, optamos por no hacerlo. Pues bien, según la experta en limpieza doméstica Sarah Aguirre está bien hecho, ya que “las aspiradoras normales no están diseñadas para recoger agua u otros líquidos”, explicó en un artículo para The Spruce.
Es más, añade Aguirre, si alguna vez tenemos la tentación de pasar la aspiradora por encima de un charco de agua, podríamos estar corriendo el riesgo de dañar gravemente la máquina o, lo que es peor, electrocutarnos. Y aunque tengamos la suerte de evitar el desastre, el agua podría desencadenar un buen desastre en el depósito de la aspiradora.
En cambio, la experta recomienda considerar la adquisición de una aspiradora de taller o aspiradora de sólidos y líquidos, que valen tanto para seco como para húmedo. “Pueden ser un gran complemento para aquellas situaciones de emergencia en las que necesites aspirar derrames o charcos, pero nunca utilices una aspiradora normal para hacer este trabajo”, escribió Aguirre.
Otras cosas a evitar
Además de los líquidos, existe toda una serie de objetos a evitar si no queremos jubilar antes de lo previsto la aspiradora. Estos son algunos de los ejemplos:
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- Vidrios rotos. Cuando se nos cae un vaso al suelo y se rompe en pedazos pequeños, una de las primeras cosas que se nos pasa por la cabeza es pasar la aspiradora. Sin embargo, si tenemos una aspiradora con bolsa, los pequeños trozos de vidrio podrían perforarla fácilmente. En estos casos, es mejor barrer a la vieja usanza: con escoba y recogedor.
- Mucho pelo. Aspirar una pequeña cantidad de cabello no debe suponer un problema, pero succionar una gran cantidad de pelo puede enredar el cepillo giratorio y obstruirlo, según Southern Living.
- Objetos duros. Pequeñas monedas, tornillos o una pequeña piedra. Casi todos hemos aspirado estos objetos en casa. Sin embargo, señala Aguirre, es preferible evitarlo, ya que estos objetos duros podrían causar grandes daños en el interior de la máquina.
- Polvo fino o cenizas de la chimenea. Después de hacer una reforma, seguramente se te pase por la cabeza aspirar todo ese polvillo fino que ha quedado. O aspirar esa ceniza que queda en la chimenea. Sin embargo, según la revista del hogar Southern Living, esto podría ser una pésima idea, ya que las partículas finas podrían obstruir el filtro de la aspiradora e inutilizarla completamente.