"Los padres perfectos no existen". Así de rotunda se muestra Rebecca Kennedy, más conocida como la doctora Becky, en una entrevista con ENCLAVE ODS de EL ESPAÑOL. En VIVIR, nos basamos en el método Good Inside de esta psicóloga clínica estadounidense, que ha revolucionado la crianza en su país, para sentar bases robustas en la infancia que preparen a los más pequeños para la adolescencia.
Su metodología parte de una hipótesis que los padres y las madres han de tener siempre en mente, sobre todo con los adolescentes: "Todos somos buenos por dentro". Es decir, dice, "todo el mundo tiene bondad dentro", aunque "la gente se porte mal", algo que, insiste, "no es justificable". Pero la bondad existe, y esa es, asegura, la base de una educación robusta que convierte a cualquier niño en un joven funcional.
Estos son solo cinco de los muchos consejos que la doctora Becky ofrece es su libro Educar sin miedo (Planeta, 2022), recabados tras años, como dice la revista Time, "susurrando a los padres milenials".
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1. Cuida tu salud mental y la suya
Como afirma la psicóloga afincada en Nueva York, “cuando quieres ser padre o madre y, además, te preocupa tu salud mental, necesitas abordar la situación de otra manera para honrar a tus hijos, pero también a ti mismo”. Eso es, en su experiencia, lo que hace que muchos milenials busquen ayuda profesional. Porque “criar a tus hijos y volver a 'criarte' a ti mismo es muy duro”, insiste.
Y el estado de la salud mental de los pequeños, además, será lo que siente las bases para que en su adolescencia sean capaces (o no) de gestionar sus emociones. Especialmente, en un mundo cada vez más digitalizado.
"Una consecuencia de la manera en que vivimos y nos interrelacionamos con internet es que parece que hay una respuesta perfecta para cualquier pregunta", algo que puede ser peligroso tanto para un niño como para un adolescente que no tenga las herramientas necesarias para gestionar esa frustración que deriva del "si sigo leyendo, investigando, haciendo scroll, cambiando de página… la respuesta correcta aparecerá".
La doctora Becky insiste: "Es muy importante, cuando buscas información en cualquier área, parar, comprobar cómo estás y preguntarte a ti misma si lo que estás haciendo te está ayudando, empoderándote o generándote ansiedad". Y ese mensaje es, precisamente, el que hay que trasmitirles a los niños.
2. Frustrarse es bueno, también para los niños
Uno de los principales problemas relacionados con la salud mental es la intolerancia a la frustración. Algo que, dice la psicóloga, se tiene que trabajar desde la cuna. Porque, escribe en su libro, "cuanto más aceptamos el desconocimiento, los errores y las dificultades que se nos presentan, más preparamos el camino para el crecimiento, el éxito y los logros".
La estadounidense, además, insiste en que es necesario dejar que los niños intenten averiguar cómo hacer las cosas por sí solos, que se frustren y que vuelvan a intentarlo. Pero, aconseja: "Si queremos que nuestros hijos desarrollen tolerancia a la frustración, tenemos que desarrollar tolerancia a su frustración".
3. Educa en "resiliencia y no en el miedo"
¿Y qué mejor para tolerar la frustración que trabajar la resiliencia? La doctora Becky insiste en que esta es la única herramienta que permitirá que nuestros hijos sean felices. Por eso, aconseja que eduquemos "en la resiliencia y no en el miedo".
Al fin y al cabo, escribe la psicóloga, "la felicidad depende de que sepamos regular la angustia". Esto, a su vez, lleva a que seamos capaces de tolerar la frustración. Y concluye: "Tener resiliencia no significa que nos volvamos inmunes al estrés o a las dificultades, sino que determina el modo en que nos relacionamos con esos momentos difíciles".
4. Los primeros años de vida importan, y mucho
La doctora es tajante: "La forma en que los padres interactúan con sus hijos en sus primeros años de vida es el modelo que esos niños llevarán consigo cuando salgan al mundo". Los pequeños son como esponjas, incluso antes de cumplir un año.
Por eso, recuerda, algo que, como padres, no se puede olvidar: "Los niños se programan a sí mismos para adaptarse a su entorno formándose expectativas sobre el mundo a partir de la información que asimilan". Y remata: "Esa programación temprana influye en el modo en que piensan sobre sí mismos y sobre los demás mucho más allá de la infancia".
5. Dile la verdad, siempre
Decir la verdad es el principio de la crianza más importante para esta psicóloga. Aunque parezca obvio, es, además, "el más complicado". Porque, asegura, "hablarles con sinceridad a tus hijos, sin andarte por las ramas ni evitar temas espinosos, requiere entrar en contacto con muchos de tus propios sentimientos, también con los desagradables, en beneficio de tus hijos".
Sin embargo, asegura, es la única manera de sentar unas bases robustas en su educación que pavimenten el camino hacia una adolescencia que a muchos padres provoca pavor.