A lo largo de la historia, la búsqueda del bienestar emocional ha sido un deseo que ha movido las acciones de todas las personas. Sin saber definir con palabras qué es exactamente la felicidad, todo individuo tiene la necesidad de sentirse pleno, algo en lo que parecen tener más suerte aquellos que cuentan con 5 rasgos característicos que definen a las personas satisfechas con su vida.
El perfil de la felicidad ya lo elaboró en 2017 una investigación —a cuya propuesta también se han sumado otros trabajos en torno a la "ciencia de la felicidad" en los últimos años— conducida por investigadores del University College de Londres.
El estudio, publicado en la revista especializada Proceedings of National Academy of Sciences, observó a un grupo de 8.119 hombres y mujeres con una edad promedia de 66 años y 8 meses —los más jóvenes tenían 52— y arrojó resultados de lo más reveladores.
Claves del estudio
En concreto, la investigación reveló que los participantes que se caracterizaban por tener 5 habilidades sociales específicas manifestaban mayores niveles de felicidad. Incluso, se observó que estos sujetos también gozaban de una sensación de satisfacción con la vida, conexiones fuertes con su entorno y una situación económica próspera.
La investigación, que además de la edad y el sexo también tuvo en cuenta el poder adquisitivo de los involucrados, resalta que "la proporción de participantes en el quintil más alto de riqueza se asoció positivamente con el número de habilidades vitales".
Mientras tanto, quienes carecían de las competencias resaltadas en el estudio parecían tener una mayor probabilidad de sufrir depresión y problemas de aislamiento social.
Los investigadores describen estas cualidades como "no cognitivas", ya que no guardan relación directa con la capacidad intelectual. En su lugar, son habilidades maleables que deben cultivarse en el día a día, pese a que haya factores externos o genéticos que puedan obstaculizar la búsqueda de la plenitud emocional.
"Estas habilidades son cruciales en los primeros años de vida, pero nuestros hallazgos indican que siguen relevantes en edades más avanzadas", concluyen al respecto. Es decir, si la fórmula de la felicidad realmente existe, individuos de cualquier generación pueden fortalecer las siguientes cualidades en busca de un mayor bienestar.
1. Búsqueda de la estabilidad
Los individuos estables son menos propensos a ser arrastrados por las fluctuaciones emocionales y logran enfrentar los desafíos de la vida con mayor resiliencia. Esta estabilidad, que en la medida de lo posible también debe darse en el ámbito profesional y en la vida cotidiana, permite adaptarse a situaciones imprevistas con una actitud positiva.
2. Determinación para cumplir objetivos
Este es un pilar de la felicidad que permite establecer metas y trabajar para alcanzarlas. Las personas determinadas saben superar obstáculos y se mantienen enfocadas en sus propósitos, lo que (siempre que se haga con moderación) conduce a un mayor sentido de satisfacción personal a largo plazo.
3. Control de las emociones
Aquellos que pueden gestionar sus sentimientos de manera saludable tienden a experimentar menos conflictos interpersonales y mantienen vínculos más satisfactorios. El autocontrol también implica relacionarse con asertividad, marcar límites y saber expresar las necesidades emocionales sin reservarlas, ya que estas se acumulan en perjuicio de la salud emocional.
4. Optimismo ante la adversidad
Las personas optimistas tienden a ver el lado positivo de las situaciones, enfocándose en las soluciones en lugar de cerrarse cuando se presenta cualquier inconveniente. Este enfoque no solo les permite lidiar con el estrés de manera más efectiva, sino que también mejora su bienestar emocional y el de quienes les rodean.
5. Actitud consciente en la vida
La actitud consciente o meticulosa implica prestar atención plena a la vida y a las experiencias del día a día. Quienes adoptan esta actitud valoran y aprecian cada momento. Es decir, practican la gratitud, lo que también puede contribuir, según el estudio, a una mayor satisfacción vital.