La búsqueda de la felicidad es uno de los grandes retos de nuestra especie. Aunque sea aparentemente subjetiva, varios estudios demostraron que, en realidad, dependía esencialmente de algunos factores bien delimitados.

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Los científicos de la prestigiosa universidad de Harvard realizaron uno de los estudios más largos de la historia, siguiendo a más de 700 jóvenes, de los cuales 60 aún viven, desde 1938: el estudio sobre desarrollo adulto. Descubrieron que el secreto de la felicidad sería contar con un entorno sano y relaciones de calidad.

Varios investigadores demostraron que también podían contribuir a la felicidad otros factores claves, de aplicación individual. Los repasamos.

Practicar deporte

Los expertos destacan la práctica, sobre todo al aire libre, como primer factor de felicidad. "El aire fresco y el ejercicio son una poderosa combinación que mejora el estado de ánimo. Caminar, andar en bicicleta, correr y otras actividades aeróbicas liberan hormonas que mejoran el estado de ánimo y que pueden reducir el estrés y conferir una sensación de bienestar", explica el equipo.

Destacan que el ejercicio permite aumentar el nivel de serotonina, una de las cuatro hormonas conocidas por contribuir al bienestar. "Los niveles más altos de serotonina se asocian con un mejor estado de ánimo. De hecho, un estudio demostró que sólo 90 minutos a la semana de actividad proporcionaban mejoras en el estado de ánimo similares a las de un antidepresivo. Cuando se combina con medicamentos, el ejercicio puede incluso ayudar a los trastornos del estado de ánimo que han sido resistentes a otros tratamientos".

Sobre el tiempo dedicado a esta práctica deportiva, los investigadores recomiendan realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada cinco días a la semana, o 20 minutos vigorosos tres veces a la semana. 

Los pequeños placeres

La felicidad se encuentra en cosas tan sencillas como los pequeños placeres del día a día. Es lo que defienden los expertos: "concéntrate en los pequeños acontecimientos diarios de la misma manera que lo harías en los grandes, como el día de una boda, el nacimiento de un niño o unas relajantes vacaciones. Después de todo, son esos pequeños momentos los que constituyen la mayor parte de tu vida", recuerdan.

Proporcionan más ejemplos de disfrute simple: "saborea el tiempo que dedicas a la jardinería (sí, las plantas en macetas cuentan) o sentado frente a una ventana soleada con una taza de té. Pon música energizante. Ríete con familiares o amigos mientras disfrutas de una buena comida. Métete bajo una manta suave con un buen libro o podcast para disfrutar". Recuerdan finalmente la importancia de celebrar los logros, aunque sean muy pequeños.

Aligera la carga de la elección

Aunque solamos pensar que elegir en un amplio abanico es preferible, contar con opciones más limitadas genera menos preocupación. "La felicidad depende en parte de las elecciones; después de todo, sería muy estresante no tener ningún control sobre tu vida. Sin embargo, las investigaciones han descubierto que las personas a las que se les dan más opciones tienen más oportunidades de arrepentirse", aclaran los expertos "No tener que tomar numerosas decisiones durante todo el día puede resultar liberador".

A la hora de elegir, no dudes en aplicar consejos básicos: "piensa que si una decisión no traerá consecuencias importantes, limitarás la cantidad de tiempo que tienes para elegir o te darás menos opciones.

No te permitas dudar de la decisión una vez tomada. Guarda tus intensas deliberaciones para cuestiones más importantes y de mayor trascendencia. Sin embargo, incluso al tomar estas decisiones, trata de evitar mirar atrás", concluyen los investigadores.