Hoy, 8 de agosto, es un día especial. Se celebra el Día Internacional del Orgasmo femenino en todo el mundo. Lo primero que pensarás es que “hay días para todo” o "¿por qué no hay un día del orgasmo masculino?". Tanto si estos pensamientos han rondado tu mente al leer el titular como si no, conviene que sigas leyendo.
Durante este día, hay que poner en valor el derecho de las mujeres a dejar de ser quienes cargan con la responsabilidad de "dar placer". O lo que es lo mismo, animar a las mujeres a conocer mejor su cuerpo y su placer sexual.
El origen de esta celebración de la sexualidad femenina no es institucional: la ONU no es quien lo ha marcado en su kilométrica lista de días internacionales. Este día se celebró por primera vez en la ciudad brasileña de Esperantina, donde Arimateo Dantas, funcionario municipal y concejal, lo ideó como una forma de compensar la deuda sexual que tenía con su esposa. Se bautizó como dia do orgasmo femenino y era una forma de alentar a los hombres a satisfacer a sus esposas.
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Hablar del coito es un tema tabú en muchas culturas y tradiciones. Y cuando se hace, se procura utilizar eufemismos para que los ancianos no se ruboricen y los más pequeños no se alarmen. Frente a esto, la directora de cine erótico feminista Erika Lust, en declaraciones a EFE, reivindica que “necesitamos normalizar hablar sobre ello de manera positiva e informada, para que además de informar sobre los riesgos y precauciones a tomar cuando se tiene, se hable de placer, de qué nos gusta, de fantasías, de diversidad de cuerpos o géneros e identidades”.
¿Qué es un orgasmo?
El orgasmo, también conocido como clímax, es un periodo rápido en intenso de placer sexual. Cuando ocurre, la frecuencia del pulso y la presión sanguínea aumentan. Y además, se producen contracciones en la parte inferior de la vagina de las mujeres y en la uretra de los hombres. Para que esto suceda, las parejas deben estimularse mutuamente algunas zonas sensibles del cuerpo —no necesariamente la zona genital—.
Durante este proceso, se produce una respuesta tanto física como hormonal. En el cerebro, se libera oxitocina, también conocida como la hormona del amor. Es una sustancia que produce bienestar y favorece los vínculos interpersonales. Pero este no es lo único que pasa en el cerebro. También se liberan otras sustancias químicas, como la dopamina u hormona de la felicidad, que nos da una sensación de placer, deseo y motivación.
Para descubrir los intrincados misterios del cerebro durante el orgasmo (y las relaciones sexuales) unos científicos utilizaron unos instrumentos que se pueden encontrar en la mayoría de hospitales: máquinas de resonancia magnética funcional (IRMf) o tomografías por emisión de positrones (PET). Estos aparatos pueden medir el flujo sanguíneo y la actividad neuronal del cerebro.
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Durante el acto sexual, las inhibiciones desaparecen. Y esto tiene que ver con una parte concreta del cerebro. "El córtex orbitofrontal lateral —responsable de la razón y la toma de decisiones—se vuelve menos activo”, explicó a INSIDER el psicólogo clínico Daniel Sher. Y la desactivación temporal de esta zona envalentona: “Disminuye el miedo y la ansiedad”, añade Sher.
Además, en los momentos más calientes, “el córtex sensorial genital registra las caricias en las regiones inferiores del cuerpo”, explicó a INSIDER la psicóloga cognitiva Kayt Sukel. Esta es la parte del cerebro que registra los movimientos del cuerpo.
Lo que se ha expresado es aplicable tanto a las mujeres como a los hombres. Pero hoy, Día Internacional del Orgasmo Femenino, hay que profundizar sobre el placer sexual femenino.
¿Cómo se alcanza y cuánto dura?
Los orgasmos femeninos, que suelen durar más que los masculinos, dependen de muchos factores, como el tiempo y el tipo de estimulación sexual, el estado de la relación, la salud general de la mujer y cómo se siente con respecto al sexo en general y a su pareja en particular.
Aunque su duración es, por lo general, mayor que el de los hombres, hay un inconveniente: el clímax en la mujer puede interrumpirse fisiológicamente con más facilidad que la respuesta masculina.
Una mujer tarda entre 6 y 20 minutos en alcanzar el clímax, según un estudio publicado en 2020 en la revista The Journal of Sexual Medicine. Y esta investigación también estima que durante las relaciones sexuales, el orgasmo femenino dura una media de 14 minutos. Hace unos años, se dio un caso excepcional. En noviembre de 2019, Lorna Harrison experimentó el orgasmo más largo hasta la fecha: 24 horas de puro placer sexual. Empezó en su casa, cuando su novio estaba con ella, pero no habían mantenido relaciones sexuales.
Los episodios orgásmicos podían suceder en cualquier momento y lugar, confesó Harrison a Manchester News: “Una vez, en un supermercado, sentí que me venía un orgasmo y que iba a perder el control. Tuve que agarrarme a las estanterías y al carro de la compra para apoyarme. La gente me miraba muy raro". Como no podía controlarlos, Harrison acudió a su ginecólogo, que le recetó medicación.
No llegan
Uno de los descubrimientos más sorprendentes del estudio, realizado por un equipo de investigadores indios, es que la mayoría de las mujeres encuestadas —un 69%— no alcanzaron el clímax solamente por la penetración. Y la muestra era muy representativa: 645 mujeres de entre 21 y 40 años en relaciones heterosexuales estables y de 20 países diferentes. No obstante, la mayoría sí que lo alcanzó cuando se ponían en práctica otras formas de estimulación.
Dentro de estas prácticas, se incluyen:
- Los masajes y caricias no genitales prolongadas de la mujer de la cabeza a los pies, especialmente los pies.
- Caricias y lamidas prolongadas del clítoris.
- Juego prolongado con los pechos y succión de los pezones.
- Digitación anal.
- Ligeros azotes.
Además, las mujeres eran significativamente más propensas a alcanzar el clímax en dos posturas durante el coito: la mujer encima (vaquera) y la penetración por detrás (perrito). Las conclusiones del estudio fueron claras: "Las mujeres de nuestro estudio alcanzaron el orgasmo con más frecuencia con actividades sin penetración".
¡Ahhhh…, sí!
En un artículo para la revista Psychology Today, el periodista Michael Castleman, autor del libro Sizzling Sex for Life: How to Maximize Erotic Pleasure at Any Age (2021), realiza una serie de recomendaciones a los hombres para que, en sus relaciones heterosexuales, consigan con mayor facilidad que su pareja alcance el orgasmo.
- Ralentiza el ritmo. La mayoría de las mujeres necesitan al menos 20 minutos de besos, caricias y masajes en todo el cuerpo, es decir, no genitales, para sentirse cómodas.
- Utiliza un lubricante. Muchas mujeres se autolubrican bien, algunas copiosamente, otras más de lo que les gustaría. Pero otras no producen mucha autolubricación, algo completamente normal. En ese caso, usa saliva en la mano o un lubricante. Muchas mujeres que no se autolubrican también lo disfrutan.
- Tus dedos deberían hacer más. A diferencia de lo que puede sugerir la pornografía hecha por y para hombres, la mayoría de las mujeres dicen que disfrutan mucho más del sexo cuando los hombres acarician suavemente sus labios vaginales (vulvas). A la hora de tocar la vagina, a menos que la mujer pida específicamente lo contrario, muévete lenta y suavemente. Y no tengas miedo a pedir que te enseñen.
- La clave está en el clítoris. Utiliza tus dedos lubricados, y tal vez juguetes sexuales, pero sobre todo tus labios y tu lengua. La mayoría de las mujeres afirman que el camino más seguro hacia el orgasmo pasa por un sexo oral paciente y prolongado. Si tienes dudas de dónde está, simplemente pídele a tu pareja que te enseña, ella conoce su cuerpo tanto como tú conoces el tuyo.
- Supersensibles. El clítoris de muchas mujeres es tan sensible al tacto que las caricias directas y los lametones resultan demasiado intensos. Pídele a tu pareja que te indique qué es lo que más le gusta. Asegúrate de que le proporcionas placer y no le causas incomodidad. Pregúntale: "¿Te parece bien? ¿Quieres algo diferente?".
- Sé paciente. Muchas mujeres perfectamente normales tardan en alcanzar el clímax. Ten paciencia. Si no se corren rápidamente, algunas mujeres temen que sus amantes se aburran o se fatiguen. Esa ansiedad puede interferir en la concentración erótica de la mujer, impidiendo sus orgasmos. Asegúreles a sus parejas que pueden tomarse todo el tiempo que necesiten, que a usted le encanta complacerlas y que no va a aburrirse ni a fatigarse.
- Placeres minoritarios. En el estudio, la digitación anal y los azotes ayudaron a muchas mujeres a llegar al orgasmo. Si las mujeres disfrutan con ello, estupendo. Pero ambos son placeres minoritarios. No esperes que a las mujeres les gusten. Antes de intentarlo, pregúntales si están dispuestas a jugar de esa manera. Si la pareja prefiere no hacerlo, respeta sus deseos.