Vista aérea del pantano de Yesa
El pueblo abandonado en España perfecto para una escapada de Semana Santa y que tiene aguas curativas
Se trata de un pequeño municipio escondido en una de las zonas que menos se conoce de nuestro país y que cada vez está recibiendo más visitantes que se quedan prendados de un entorno repleto de historia y belleza.
24 marzo, 2024 16:42Quedan pocos días para uno de los momentos más esperados del año. Llega la Semana Santa, la primera gran época de vacaciones para muchos españoles. Ese merecido y anhelado descanso después de los tres primeros meses del 2024 que han sido absolutamente frenéticos y agotadores.
Las Navidades quedan ya lejanas y para aquellos que quieran hacer una pequeña escapada de unos días es conveniente preparar este viaje con tiempo, eso que ya casi no queda. Eso sí, hay que elegir muy bien dónde ponemos el ojo, ya que Semana Santa es una época complicada y más este año, que cae muy pronto.
Hay que elegir entre la playa, la montaña, visitar ciudades o simplemente regresar a casa para aquellos que viven lejos de la familia. Sin embargo, una opción que nunca falla es apostar por los pueblos de España, los cuales esconden rincones maravillosos. Uno de los más exóticos a la par que desconocidos es el que presentamos ahora. Un pequeño municipio escondido famoso por sus 'aguas curativas'.
¿Cuál es el pueblo de España conocido por sus 'aguas curativas' ideal para Semana Santa?
La localidad de la que venimos a hablar es Tiermas, un pequeño pueblo abandonado que se sitúa entre las provincias de Zaragoza y Navarra. Allí podemos encontrar un municipio cargado de una historia y de un misterio realmente complejo y llamativo. El núcleo de esta zona es el pantano de Yesa, cuyas aguas son cada vez más famosas.
Cerca de sus fronteras se encuentran varios pueblos abandonados, aunque no por ello ajenos al turismo que está aflorando en la zona. Algunos de los más famosos son Escó y Ruesta. Toda la zona sufrió un llamativo cambio en el año 1960 cuando se produjo la construcción del Embalse de Yesa.
El objetivo de esta construcción era dotar de agua a las regiones del sur de Navarra y Las Cinco Villas de Zaragoza. Un proyecto de carácter hidráulico que alteró irremediablemente el paisaje y la vida de sus habitantes y es que provocó que más de 1.500 habitantes de la zona fueran despojados de sus tierras. Sus casas y sus propiedades quedaron completamente sumergidos bajo el agua. Solo dos personas se atrevieron a desafiar a las autoridades, aguantando en sus terrenos hasta el último momento.
Ahora, décadas después, el pueblo de Tiermas se ha convertido en un reclamo turístico para muchas personas que acuden a bañarse en estas aguas que cubren un pueblo ya abandonado, lógicamente. Para acceder a él hay que llegar hasta la antigua carretera de Jaca y tomar un sendero cortado que se eleva por una pendiente muy pronunciada. A partir de ese punto, ya solo se puede entrar caminando entre la naturaleza salvaje.
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Entre la maleza emerge la iglesia de San Miguel, la cual en su día fue famosa por sus frescos, hoy convertidos en ruinas. Tiermas esconde un pasado medieval donde destaca el Portal de las Brujas y donde se encuentra el Hotel Balneario Infanta Isabel, un antiguo complejo de lujo que ofrecía tratamientos terapéuticos en las aguas termales de la región.
A pesar de que Tiermas es ahora un pueblo sumergido, en los meses de septiembre y octubre, después de los efectos del calor veraniego, emerge de entre las tinieblas de las profundidades para dejar algunos de sus secretos al descubierto. Y hasta allí acuden ahora miles y miles de personas buscando experiencias depurativas como baños de barro y lodo, sumergiéndose en las aguas que una vez inundaron sus antiguas calles. Además, nada más acercarse a la zona, el olor a azufre que emana de las aguas termales actúa como reclamo para todos los visitantes.
En estos momentos, este paraje repleto de belleza e historia único en España está en peligro, ya que existe un proyecto de ampliación de este pantano, lo que conllevaría la desaparición total de Tiermas y de otros pueblos similares. Por ello, ahora más que nunca, el pantano de Yesa y sus alrededores suponen un destino inigualable para un viaje esta Semana Santa.
