Nunca se le hubiera pasado por la cabeza a F. Scott Fitzgerald que con una de sus novelas diera nombre a una nueva forma de flirteo.
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En 1925, el escritor publicó El Gran Gatsby, y en 2013, Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan dieron vida a los personajes de esta historia de amor.
Ahora, la generación Z utiliza el término 'gatsbying' como nueva técnica para ligar. Fue la modelo australiana Matilda Dods, quien lo usó por primera vez en una entrevista.
La modelo Matilda Dods
"Esto es lo que ocurre, pasas la tarde con amigos, tomando un vino y te ríes. El color de tus labios es perfecto y tu pelo también se ve perfecto. Sacas el móvil e inmortalizas con un vídeo o con una imagen lo bien que lo estáis pasando y lo mona que estás. 20 minutos más tarde sacas el móvil y miras quién ha visto las imágenes. Sabes perfectamente si él o ella lo ha visto, aquel hombre o mujer cuya atención tratas de captar publicando las imágenes y subiéndolas en redes", asegura la modelo.
Y añade: "Me apuesto a que era lo que Gatsby, Leonardo, sentía cuando organizaba fiestas solo para que Daisy, Carey, asistiera y se enamorara de él".
Subir a redes una imagen
Trasladado a nuestro tiempo, es esa foto que subes en el gimnasio para que la vea el chico que te gusta o esa canción que pones en concreto para la chica que te mola. Se trata de subir a las redes una storie, una foto o un vídeo deseando que sea el desencadenante de una conversación que aún no ha tenido lugar.
La película El Gran Gatsby (2013) protagonizada por Leo DiCaprio cuenta la historia de un hombre que se hace rico, y al que solo le falta el amor, que vive en la otra orilla. Para captar la atención de su enamorada organizaba fiestas multitudinarias con el objetivo de encontrarse con ella.
Hoy, las fiestas se sustituyen por publicaciones en Instagram.
En realidad, son las indirectas de toda la vida, pero trasladadas al entorno digital. Otra forma por la que se conoce esta técnica es el instagrandstanding.
Los psicólogos advierten
Pero ojo, porque los expertos en psicología aseguran que prolongar esta práctica en el tiempo puede generar un problema porque es adictiva.
Si tu objetivo se cumple, es decir, que la imagen es vista por quien quieres, tus niveles de dopamina se incrementan, pero lo que realmente ocurre es que estás poniendo tu felicidad en la reacción del otro.
Un bienestar efímero que se puede traducir en inestabilidad emocional.