A lo largo de los tiempos se han atribuido propiedades metafísicas a las piedras semipreciosas. Algunas culturas atribuían poderes curativos y espirituales a las gemas, influyendo en aspectos emocionales y físicos de quienes las poseen.
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En el Antiguo Egipto una piedra destacaba por encima del resto. Los egipcios la adoraban porque se asemejaba al cielo nocturno estrellado. Por ello, se la asoció con el universo y lo sobrenatural.
La piedra favorita de los faraones
Es una piedras semipreciosas favoritas de los faraones. De un característico color azul opaco, el lapislázuli se ha utilizado como elemento decorativo y pieza de joyería desde hace cientos de años.
También era apreciada por grandes artistas como Leonardo da Vinci o Alberto Durero, que lo usaban como pintura para sus obras.
Es el lapislázuli, una piedra compuesta principalmente por lazurita, un silicato de aluminio y sodio y pequeñas cantidades de otros minerales como sodalita, calcita y pirita. Su nombre proviene del sánscrito ‘rajavarta’ que significa ‘rizo de rey’.
Los sacerdotes teñían sus prendas con pintura de lapislázuli para mostrar su condición de dioses. Este era el material principal para la creación de amuletos.
También se adornaban máscaras funerarias y tumbas. Uno de los ejemplos más famosos lo podemos encontrar en la tumba de Tutankamón, donde se puede ver un escarabajo de grandes dimensiones con lapislázuli.
Rituales funerarios
El libro egipcio de los muertos detalla la importancia de lapislázuli en los rituales funerarios, utilizando amuletos de esta piedra azul para proteger a los difuntos de los espíritus malignos, al colocarlos sobre el cuerpo de la persona.
Ya en la Roma antigua, se creía que el lapislázuli era un afrodisíaco y representaba el amor, la paz y la alegría.
Los beneficios que se le atribuyen
Como propiedades energéticas, al lapislázuli tiene que ver con todo lo relacionado con la voz, la garganta y la comunicación. Estimula el poder de la palabra dando confianza a quien la lleva. Como hemos dicho se utilizaba como amuleto de la suerte.
Al lapislázuli también se le atribuyen algunas propiedades curativas como las siguientes:
Ayuda a superar la depresión
Alivia dolencias relacionadas con la garganta y la tiroides, dolores de cabeza y migrañas.
Ayuda a conciliar el sueño y a mejorar el descanso.
Reduce el estrés y los dolores menstruales.
Permite conciliar el sueño.
Cómo activar la piedra
Pero para que esta piedra sea capaz de producir estos efectos, es preciso recargarla de forma habitual siguiendo este protocolo:
En primer lugar, los expertos aconsejan dejarla expuesta a la luz de la luna toda la noche para recuperar su energía. Es recomendable que sea una noche de luna llena.
También se puede colocar al lado de un cuarzo rosa o una amatista para que recupere fuerza.
Para limpiarla, es necesario colocarla en un recipiente de vidrio a temperatura ambiente, y lavarla con jabón de forma suave para después, secarla con un paño seco.