Una frontera es una línea real o imaginaria que delimita un país. Lo que en un principio parece algo simple, lo cierto es que va mucho más allá. Desde las que se encuentran en medio de una calle, las que están vigiladas las 24 horas por el ejército o, literalmente, las que no son propiedad de ningún país.
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En el mundo existen miles de fronteras que, establecidas mediante acuerdos entre las naciones, se crearon principalmente para asegurarse los recursos que pertenecen a cada país: conservar lo propio, tanto terrestre, marítimo y aéreo y, sobre todo, no confundirlo con lo ajeno.
Dentro de este mundo es fundamental diferenciar entre enclave y exclave. Mientras que el primero es un país o una parte de él que se encuentra totalmente rodeada por otro estado, el segundo es una parte de un país que se encuentra separada del territorio principal.
Solo hay tres países en el mundo que son enclaves de otros: El vaticano, rodeado de Italia; San Marino, enclave de Italia, y Lesoto, que es un enclave de Sudáfrica.
Cuando pensamos en España, parece que solo limita con dos países, Francia y Portugal. Sin embargo, sus fronteras van más allá de lo que parece y sus territorios se hacen hueco entre otros países.
Andorra es el tercer país con el que limita España, pero también con Francia. Se constituye como un Estado independiente, ya que no pertenece a ninguno de los que tiene cerca; sin embargo, tiene dos jefes de Estado: Emmanuel Macron, el presidente de Francia y Joan-Enric Vives, el obispo de Urgel (España).
La isla de los faisanes, seis meses para cada país
Y si el conflicto con Francia no es suficiente con Andorra y su pertenencia, lo cierto es que hay una isla que presenta una de las situaciones más extrañas: cada seis meses, cambia de propiedad.
Ubicada en el río Bidasoa, que hace frontera entre España y Francia, existe una isla de 200 metros de largo y 40 de ancho, la isla de los Faisanes divide ambos países, y dependiendo de la época del año, le corresponde a uno de los dos.
La isla forma parte de España durante seis meses al año, mientras que los otros seis, es considerada francesa.
Aun así, ni Andorra ni la isla de los faisanes son las únicas particularidades que presentan España y Francia, ya que, ubicada en territorio francés, se encuentra una ciudad española.
Llivia, es una localidad y municipio de España ubicada en Francia, a un kilómetro de la frontera. El motivo por el cual se encuentra en otro país se da cuando España cedió parte de su territorio a los franceses.
En esta cesión, el representante español adujo que Llivia no era un pueblo, sino una villa —tal y como 120 años antes la había nombrado Carlos I— por lo que no podía entrar en el trato.
Los territorios españoles en África
Para saber de dónde se originan esos pequeños territorios que se encuentran en África, pero que, sin embargo, son españoles, tenemos que regresar a 1492, con la reconquista.
Cuando España y Portugal recuperaron la península ibérica de los musulmanes, los españoles invadieron África y tomaron algunas de las islas, como las Canarias. Todo este éxito vio su caída años después, en el 1955, con el proceso de descolonización.
España abandonó muchos de estos territorios, excepto aquellos que les servía como estratégicos. La gran mayoría de ellos se encontraban en Marruecos, y a pesar de pertenecer a otro país totalmente diferente, los españoles los reconocían —y reconocen— como suyos.
Uno de estos enclaves es el peñón de Vélez de la Gomera, un territorio rocoso en el que dos espacios pertenecen a España, mientras que unos metros más allá, es territorio de Marruecos.
Aunque este pequeño territorio sea desconocido para muchos, uno de los enclaves más famosos en Marruecos es Melilla, una ciudad autónoma española situada en el norte de África.
Y hablando de Melilla, no podemos olvidar la ciudad española de Ceuta, en frente de la península ibérica y también rodeada por Marruecos.
Gibraltar y el pequeño terreno español
Si hay algo que durante años ha dado lugar a debate es la propiedad de Gibraltar, una historia que se remonta a 1704, durante la guerra de secesión Española. Como consecuencia del conflicto, España cedió a Gran Bretaña la porción de Gibraltar durante el tratado de paz en 1713.
Al tratarse de una cesión, desde entonces, España ha reclamado la soberanía de Gibraltar, mientras que los británicos la niegan por la ventaja que en su día les otorgó.
Sin embargo, existe algo muy cercano a ello que sí pertenece a los españoles: la Isla de Perejil, un territorio totalmente deshabitado en el Estrecho de Gibraltar. A pesar de que los británicos no sean quienes protagonicen este conflicto, se encuentra en disputa territorial por parte de Marruecos.
Este desacuerdo llegó a lo físico cuando, en 2002, 12 miembros de la Gendarmería Real Marroquí ocuparon Perejil. Como respuesta, España mandó buques de guerra para rodear la isla y arrestar a los soldados marroquíes.